Nuevas manifestaciones violentas provocan heridos y caos en R¨ªo
Los profesores de la ciudad brasile?a protestan por la aprobaci¨®n de una nueva norma municipal Las protestas se saldan con 17 detenidos y 22 heridos
R¨ªo de Janeiro ha vuelto a ser estos d¨ªas escenario de nuevas manifestaciones violentas que culminaron la tarde de ayer con 17 detenidos y 22 heridos, la mayor¨ªa por la dureza de la polic¨ªa militar al disolver a los manifestantes.
Se ha tratado de la mayor protesta callejera desde las multitudinarias manifestaciones de junio pasado, cuando salieron a la calle cerca de un mill¨®n de personas.
Pese a que los mismos actos violentos que han empa?ado otras manifestaciones volvieron a ocurrir ¡ªtiendas y sucursales de banco destruidas, incendios de basura para crear barricadas y grupos de v¨¢ndalos enmascarados miembros del movimiento Black Bloc¡ª, esta manifestaci¨®n ten¨ªa un motivo concreto. La huelga que los maestros de la ciudad han mantenido desde agosto en protesta por una nueva norma del sistema educativo municipal que finalmente fue aprobada ayer.
Muy pocas veces los maestros ¡ªuna de las instituciones peor pagadas del pa¨ªs junto con, curiosamente, la polic¨ªa¡ª se hab¨ªan manifestado de una manera tan dura y violenta.
Los profesores llegaron a ocupar la C¨¢mara de concejales de R¨ªo, donde se discut¨ªan las nuevas normativas. Los manifestantes han anunciado que continuar¨¢n en huelga a pesar de que el alcalde, Eduardo Paes, ha amenazado con cortarles el sueldo.
La polic¨ªa militar hab¨ªa conseguido dos d¨ªas atr¨¢s desalojar de la C¨¢mara a los manifestantes, aunque tuvieron que usar la fuerza y lanzar gases lacrim¨®genos para obligarles a abandonar el local.
Desalojados, los maestros ¡ªjunto con cientos de manifestantes¡ª acamparon frente a la puerta de la C¨¢mara. Tras el anuncio de que el nuevo plan hab¨ªa sido aprobado, otras 2.000 personas se unieron a la protesta. Pero esta vez no se trataba de personas comunes y an¨®nimas, sino de activistas de partidos de izquierdas, sindicatos y grupos sociales, que junto con grupos violentos acabaron creando de nuevo escenas violentas.
Las autoridades paralizaron todo el centro de la ciudad y hasta fueron cerrados los teatros donde se estaba celebrando el Festival de Cine de R¨ªo.
Lo ocurrido en la capital carioca empieza a repetirse en otras ciudades. Las manifestaciones ya no son las mismas de junio. Son m¨¢s sectoriales y en ellas participan ya abiertamente los grupos pol¨ªticos m¨¢s radicales de izquierdas y los m¨¢s violentos, que acaban alejando de la calle a los no politizados.
Sin embargo, como ya hab¨ªa explicado Manuel Castells aqu¨ª en Brasil, la fuerza de las manifestaciones de junio sigue ¡°latente en las redes sociales¡± y pueden volver a repetirse en cualquier momento.
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