La bufonada
Bast¨® ver el programa de debates m¨¢s seguido, ¡°Porta a porta¡±, altavoz de Berlusconi, para probar que har¨¢ todo lo posible para sobrevivir
As¨ª t¨ªtulo un diario italiano el comentario a la ¨²ltima pirueta parlamentaria de Berlusconi en su edici¨®n digital. Dar¨ªo Fo la calific¨® tambi¨¦n de ¡°payasada¡± y la mayor¨ªa de los comentarios insistieron en que lo ocurrido representaba la muerte pol¨ªtica del Caim¨¢n quien, a?ad¨ªan algunos, habr¨ªa decidido al final salvar al gobierno Letta-Alfano. Estimaci¨®n esta del todo err¨®nea, ya que precisamente si Berlusconi dio el golpe de efecto de otorgar la confianza de su partido, en el ¨²ltimo instante de la explicaci¨®n de voto, fue porque hab¨ªa echado cuentas y conoc¨ªa su derrota. Poco antes, con sus senadores hab¨ªa acordado un ¡°no¡± rotundo, refrendado por la feroz intervenci¨®n de su portavoz Biondi en el hemiciclo.
El movimiento hab¨ªa sido necesario para impedir que los moderados, con el delf¨ªn Alfano al frente, atendiesen a los llamamientos de todo el pa¨ªs, de la Confindustria a la Iglesia, para que sobreviviese el gobierno. Dos grupos parlamentarios procedentes del PdL, enfrentados a Berlusconi y a su proyecto de Forza Italia, al ¡°extremismo¡± de sus ¡°halcones¡±, con los ministros como n¨²cleo, supon¨ªan el principio del fin para su imperio, ahora quiz¨¢s prematuramente diagnosticado. Bast¨® ver por la noche en TV1 el programa de debates m¨¢s seguido, ¡°Porta a porta¡±, vocero encubierto de las posiciones berlusconianas, para probar que har¨¢ todo lo posible para sobrevivir. El tema de la victoria de Letta no contaba; solo afirmar que el gesto de Berlusconi, en apariencia insensato, mostraba su lucidez y coherencia pol¨ªtica. El pobre representante del Partido Democr¨¢tico se vio cercado: se equivocaban al ense?arse con el cavaliere, era el mensaje de los dem¨¢s participantes y del moderador no moderado, Bruno Vespa. De paso la ministra ¡°moderada¡± presente, Lorenzin, confirmaba su lealtad. Berlusconi habr¨ªa votado a Alfano, no a Letta. Fastidia el proyecto Forza Italia, pero si logra impedir la divisi¨®n de grupos parlamentarios, la voz del partido sigue en su poder, al menos formalmente. Ahora en el relato de resurrecci¨®n toca el papel de v¨ªctima, con su expulsi¨®n del Senado: culpable, el ensa?amiento de la izquierda, a pesar de la generosidad mostrada. Nada cre¨ªble, pero ¨²til para preservar en lo posible el control sobre sus divididas huestes.
Hay otros efectos secundarios de lo ocurrido. Grillo fuera de juego, tras mostrar las u?as fascistas de su movimiento (amenazas a la disidente). En el PD, de cara a su Congreso, el aspirante Renzi ha encontrado un hueso duro de roer en Letta, quien valido del ¨¦xito nunca aceptar¨¢ ponerse a sus ¨®rdenes por muy secretario que aquel sea. Y est¨¢ el perceptible acercamiento entre ¡°moderados¡± del PdL con Letta y su equipo, a fin de cuentas procedentes de la Democracia Cristiana. En su discurso ante el Senado, Letta cit¨® solo nombres de centro-derecha, de Einaudi a Benedetto Croce. Ni siquiera a Bobbio. La izquierda democr¨¢tica no forma parte de su tradici¨®n, as¨ª que cabe vaticinar una larga amistad con lo que ahora representa Alfano. Desde la presidencia de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano puede contemplar el triunfo p¨®stumo del ¡°compromiso hist¨®rico¡±.
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