El presidente alem¨¢n pide un nuevo liderazgo global de Berl¨ªn

El 3 de octubre de 1990, Alemania celebr¨® en medio de una gran fiesta la reunificaci¨®n del pa¨ªs; Berl¨ªn, el estandarte de un poder desmesurado que llev¨® al pa¨ªs a la guerra y a la destrucci¨®n, recuper¨® el t¨ªtulo de capital de Alemania y ese d¨ªa todo el pa¨ªs comenz¨® a sacudirse el inmenso complejo de culpa heredado desde el fin de la guerra. 23 a?os despu¨¦s, y en el marco de un solemne acto para celebrar un nuevo aniversario de la reunificaci¨®n, el presidente del pa¨ªs, Joachim Gauck, tuvo el coraje de admitir ante la naci¨®n el nuevo poder¨ªo alcanzado por el pa¨ªs y pidi¨® al futuro gobierno que ejerza un nuevo liderazgo global.

Con palabras propias de su funci¨®n de m¨¢ximo representante del pa¨ªs, Gauck record¨® a los invitados al solemne acto en Stuttgart que Alemania "no era una isla" y que hab¨ªa llegado la hora de poner fin a la ilusi¨®n de que el pa¨ªs podr¨ªa estar a salvo de los conflictos pol¨ªticos y econ¨®micos, ecol¨®gicos y militares, si evitaba participar en la soluci¨®n de ellos.

"No me quiero imaginar que Alemania se agranda solo para dominar a los dem¨¢s, pero tampoco me quiero imaginar que Alemania se empeque?ece cuando se trata de solidaridad y asumir riesgos", dijo Gauck durante un discurso que fue transmitido en directo por la televisi¨®n p¨²blica.

El discurso de Gauck puede marcar un peque?o hito en el pa¨ªs si el futuro gobierno hace suyas las palabras del presidente, que tuvo tambi¨¦n el coraje de criticar la ambivalencia pol¨ªtica del gobierno de Merkel durante la crisis del euro, as¨ª como el rol vacilante en conflictos internacionales, como el de Libia o Siria.

Gauck tampoco olvid¨® mencionar el deseo de Alemania de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, un deseo que ya hab¨ªa expresado el excanciller Gerhard Schr?der y que se desvaneci¨® con su negativa a apoyar la invasi¨®n militar estadounidense en Irak. El mandatario destac¨® que Alemania, adem¨¢s de desear convertirse en un miembro permanente tambi¨¦n deb¨ªa preguntarse qu¨¦ papel quiere jugar en los conflictos internacionales. "La pregunta que se plantea es la siguiente: ?es adecuado nuestro compromiso con la importancia de nuestro pa¨ªs?", dijo Gauck.

El discurso del presidente alem¨¢n abre un par¨¦ntesis crucial en la breve historia de la reunificaci¨®n germana. Por primera vez, el m¨¢ximo representante del pa¨ªs exigi¨® una mayor responsabilidad de liderazgo en el mundo, un rol que fue oprimido desde que Alemania se unific¨®. El excanciller Helmut Kohl y su sucesor Schr?der pusieron especial cuidado en no despertar viejos resentimientos entre sus vecinos. Kohl sol¨ªa decir que ¨¦l se inclinaba siempre dos veces ante la bandera francesa, mientras que el exministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, m¨¢s ir¨®nico, sosten¨ªa que Alemania deb¨ªa llevar las riendas de Europa sin que nadie se diera cuenta de ello.

Como es habitual en el protocolo que regula el acto oficial del llamado D¨ªa de la Unidad, la canciller, Angela Merkel, no hizo uso de la palabra, pero una vez finalizado el acto, aprovech¨® la presencia de los periodistas para comentar el discurso del presidente alem¨¢n. En un tono que parec¨ªa darle la raz¨®n a lo expresado por Gauck, la canciller record¨® que a lo largo de 23 a?os su pa¨ªs hab¨ªa recibi¨® un gran apoyo. "Lleg¨® la hora de devolver ese apoyo para trabajar por una Europa unida y por un mundo m¨¢s justo", dijo.