Obama y Malala, juntos en el Despacho Oval

Hasta hace un a?o, Malala Yousarfzai era una joven de 15 a?os que cada ma?ana cog¨ªa el autob¨²s en Swat, en Pakist¨¢n, con el ¨²nico deseo de terminar su educaci¨®n pese a la obstinaci¨®n del r¨¦gimen talib¨¢n que domina su provincia y que hab¨ªa prohibido a las ni?as acudir a la escuela. Pocos, m¨¢s all¨¢ de quienes la le¨ªan en el blog que escrib¨ªa bajo seud¨®nimo en la BBC, conoc¨ªan la tenacidad con la que Malala se empe?aba cada d¨ªa en ejercer su derecho a la educaci¨®n, desafiando la intransigencia extremista. Una bala cobarde y vengativa, disparada hace un a?o por un miembro del TTP, un grupo terrorista paquistan¨ª vinculado con los talibanes, puso su lucha en primera plana.

Hoy todos quieren escuchar lo que Malala tiene que decir. El ¨²ltimo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que este viernes ha recibido a la joven paquistan¨ª en el Despacho Oval, un lugar reservado para las visitas de Estado y de cuyo privilegio no gozan todos los l¨ªderes mundiales. Malala puede no ostentar ese poder f¨¢ctico de otros altos mandatarios, pero posee la fuerza moral que le otorga haberse enfrentado con poco m¨¢s de 10 a?os de vida al fanatismo del r¨¦gimen talib¨¢n.

El hombre m¨¢s poderoso del mundo se ha rendido este viernes ante quien no es, en esencia, m¨¢s que una ni?a. "He agradecido al presidente Obama por el trabajo de EE UU en el apoyo a la educaci¨®n en Paquist¨¢n y Afganist¨¢n y a favor de los refugiados sirios¡±, has e?alado Malala tras la reuni¨®n. ¡°Tambi¨¦n le he manifestado mi preocupaci¨®n por que los ataques con drones est¨¦n fomentando el terrorismo. Hay v¨ªctimas inocentes en esas redadas, que generan resentimiento entre los paquistan¨ªes. Yo le he insistido en que la educaci¨®n tendr¨¢ un impacto mayor en la lucha contra el terror¡±.

Su coraje y determinaci¨®n ¨C¨¦sa que subyace tras las palabras que le ha dirigido a Obama-, las ganas de vivir que demostr¨® mientras se recuperaba del atentado en Gran Breta?a, la fuerza de su discurso y su determinaci¨®n por seguir defendiendo el derecho a la educaci¨®n como el camino m¨¢s seguro hacia la igualdad y la salida de la pobreza, le han hecho merecedora de la admiraci¨®n y el reconocimiento internacional.

Esta semana el Parlamento europeo le ha otorgado el Premio Sajarov, que reconoce la lucha por la libertad de prensa. Su nombre tambi¨¦n se barajaba para el Nobel de la Paz. Todav¨ªa tendr¨¢ que esperar. Pero el mismo d¨ªa que en Oslo el comit¨¦ noruego otorgaba ese Nobel a la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de Armas Qu¨ªmicas, parad¨®jicamente ¨Co no- Malala daba la mano a otro Nobel de la Paz, el actual presidente de EE UU.

El contacto con tantos l¨ªderes mundiales, antes de estar con Obama, Malala hab¨ªa intervenido en una charla con el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim y hace unas semanas estuvo junto a Bill y Hillary Clinton, para recibir uno de los premios de su fundaci¨®n- ha despertado las aspiraciones pol¨ªticas de la joven activista. Esta semana reconoci¨® que le gustar¨ªa llegar a ser primera ministra de Paquist¨¢n para ¡°salvar a su pa¨ªs¡± y ¡°dedicar parte de su presupuesto a la educaci¨®n¡±.

Malala es una adolescente menuda pero con una gran dimensi¨®n social e internacional, que ha legitimado gracias a su perseverancia y a la sinceridad de su discurso. El mensaje de Malala tiene una repercusi¨®n envidiada por muchos l¨ªderes mundiales, qui¨¦n sabe si Obama entre ellos.