Una trampa de cine para capturar a uno de los piratas m¨¢s temidos de Somalia
El somal¨ª Abdi Hassan viaj¨® voluntariamente a Bruselas creyendo que saldr¨ªa en un documental
La vanidad le ha costado muy cara al pirata somal¨ª Mohamed Abdi Hassan, uno de los m¨¢s buscados del mundo, e implicado en su d¨ªa en el secuestro del atunero vasco Alakrana, seg¨²n sospecha Espa?a. Las autoridades belgas lo detuvieron el pasado s¨¢bado tras haberlo atra¨ªdo hasta B¨¦lgica con una falsa promesa: participar en una pel¨ªcula sobre su vida. La jugada maestra requiri¨® meses de negociaci¨®n en los que un grupo de agentes se hicieron pasar por art¨ªfices de ese supuesto documental para seducir al pirata. Nada m¨¢s poner un pie en el aeropuerto de Bruselas, fue detenido por delitos de secuestro, crimen organizado y pirater¨ªa.
La peculiar estrategia de las autoridades belgas ha dado fruto, aunque han sido necesarios meses de dedicaci¨®n. La Fiscal¨ªa decidi¨® infiltrar a agentes en esta misi¨®n cuando tuvo claro que una orden internacional de arresto no lograr¨ªa detener a Hassan, conocido como Afweyne (bocazas en somal¨ª), ni a su compa?ero, Mohamed M. A, alias Tiiceey, que viajaba con ¨¦l con la promesa de participar tambi¨¦n en el documental. ¡°Tras iniciar pacientemente una relaci¨®n de confianza con Tiiceey y Afweyne, que llev¨® varios meses, los dos estaban preparados para participar en este proyecto¡±, detall¨® el fiscal federal belga, Johan Delmulle, el pasado lunes.
Afweyne hab¨ªa decidido recientemente abandonar la pirater¨ªa tras a?os de dedicaci¨®n. La forma en que anunci¨® al mundo su retirada del oficio da pistas sobre la vanidad de este personaje, decidido a dar rienda suelta a sus ansias de notoriedad en el mundo del celuloide. ¡°Hemos estado en este sucio negocio durante mucho tiempo, pero experimentamos su amargura y sus consecuencias negativas. Yo y otros camaradas hemos decidido dejarlo¡±, dijo solemnemente en una ceremonia p¨²blica celebrada a principios de enero en una regi¨®n del centro de Somalia.
Pese a acumular una docena de delitos a sus espaldas, seg¨²n estimaciones de la ONU, el pirata pretendi¨® incluso redimir a otros: ¡°Tambi¨¦n me gustar¨ªa animar a muchos de mis colegas a renunciar tambi¨¦n a la pirater¨ªa, y entregar cualquier material que tengan: naves, armas¡¡±, asegur¨® sin pudor en enero.
Y en esa fase de arrepentimiento le lleg¨® la falsa posibilidad de contar su lucrativa vida en alta mar, al frente de secuestros millonarios en las costas de ?frica oriental. Con ese sue?o entre manos se subi¨® a un avi¨®n en Nairobi que lo dej¨® en el aeropuerto internacional de Bruselas. All¨ª lo esperaba la justicia. Tanto Afweyne como su c¨®mplice est¨¢n ya en prisi¨®n preventiva y probablemente presten declaraci¨®n hoy mismo.
Aunque lo ha apresado B¨¦lgica, la detenci¨®n tiene gran importancia para Espa?a. La Audiencia Nacional no confirma que Afweyne estuviera detr¨¢s del secuestro del Alakrana, pero s¨ª tiene constancia de que, en aquel momento, en 2009, era el jefe de la zona donde fue retenido el atunero, al norte de Mogadiscio, informa Mar¨ªa Fabra. Los 36 tripulantes de este barco permanecieron 47 d¨ªas frente a las costas somal¨ªes.
B¨¦lgica lo buscaba por el secuestro de un barco de esa nacionalidad ¡ªm¨¢s prolongado que el espa?ol¡ª que se produjo en el mismo a?o cerca de las costas de Somalia. Los secuestradores retuvieron a la tripulaci¨®n durante 70 d¨ªas en condiciones ¡°inhumanas¡±, seg¨²n la Fiscal¨ªa belga. El delito se sald¨® con dos piratas detenidos y juzgados, a 10 y nueve a?os de prisi¨®n respectivamente, pero las autoridades belgas ten¨ªan la sospecha de que eran meros ejecutores de los planes que otros orquestaban. Y esos otros cometieron el error de aspirar a convertirse en estrellas de cine.
La ingenuidad de los dos piratas demuestra en buena medida hasta qu¨¦ punto ten¨ªan sensaci¨®n de impunidad a pesar de sus delitos. El denominado Bocazas viv¨ªa protegido por los gobernantes somal¨ªes, seg¨²n Naciones Unidas. Sus expertos acusan a un expresidente de ese pa¨ªs de haber extendido un pasaporte diplom¨¢tico al pirata, con lo que ten¨ªa amplia libertad de movimientos. Y gozaba del favor de grandes l¨ªderes de la zona, como el libio Muamar el Gadafi, que lo invit¨® a los fastos de conmemoraci¨®n de sus 40 a?os en el poder. De no haber sido por el enga?o, la justicia belga habr¨ªa tenido pocas posibilidades de cazar a los dos presuntos delincuentes.
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