Las revelaciones de Edward Snowden, un se¨ªsmo planetario
Las filtraciones han tenido tales repercusiones que ya son pocos los que se alzan en p¨²blico para exigir el castigo del pecador
?H¨¦roe o traidor? ¡°Ni lo uno ni lo otro¡±, respondi¨® Edward Snowden en junio desde su primer exilio, en Hong-Kong. ¡°Soy un americano¡±. En aquellos d¨ªas, en Washington, el aparato oficial estaba arrastr¨¢ndo su nombre por el fango. ¡°No es un patriota¡±, solt¨® Barack Obama en agosto. As¨ª evitaba reproducir la etiqueta de ¡°traidor¡± que se hab¨ªan apresurado a asignar al inform¨¢tico de 30 a?os tanto el secretario de Estado, John Kerry, como la congresista dem¨®crata Dianne Feinstein y el presidente republicano de la C¨¢mara, John Boehner.
?Traidor? El 39% de los estadounidenses califica as¨ª a Snowden, seg¨²n un sondeo publicado en septiembre, mientras que el 35% le considera un ¡°patriota¡± (una cuarta parte no tiene opini¨®n). Pero resulta significativo que entre los j¨®venes haya muchos m¨¢s que le elogian y entre las personas de edad haya muchos m¨¢s que le condenan. Cuatro meses despu¨¦s de que comenzaran sus revelaciones, el antiguo colaborador de la NSA sigue siendo objeto de una orden de busca y captura en Estados Unidos por ¡°espionaje¡± y ¡°robo de documentos pertenecientes al gobierno¡±. Sin embargo, las filtraciones que ha hecho han tenido unas repercusiones de tal dimensi¨®n, han tocado cuestiones de libertades p¨²blicas tan delicadas y han preocupado hasta tal punto a la opini¨®n mundial que ya son escasas las voces que se alzan en p¨²blico para exigir el castigo del pecador.
Es como si, al revelar la intromisi¨®n de las autoridades estadounidenses en las vidas privadas y su culto al secretismo, al denunciar la imposici¨®n incondicional de los argumentos de la seguridad y la complicidad de las grandes empresas de internet supuestamente amigas, el filtrador nos hubiera convencido de la sinceridad de su proyecto y hubiera suscitado simpat¨ªas. A pesar de que la elecci¨®n --obligada-- de Mosc¨² y las indirectas de pa¨ªses hostiles a Estados Unidos (Venezuela, Cuba) hayan podido crear confusi¨®n.
Los estadounidenses se han enterado en r¨¢pida sucesi¨®n de que se recopilaban y guardaban los metadatos de sus conversaciones telef¨®nicas --qui¨¦n llama a qui¨¦n y cu¨¢ndo--; que, a pesar de los discursos tranquilizadores en los que se dec¨ªa que solo se espiaba a extranjeros, sus correos electr¨®nicos internacionales sufr¨ªan la misma suerte: que las grandes empresas de internet hab¨ªan entregado las claves de sus nubes a la NSA y que esta hab¨ªa logrado incluir en los sistemas de comunicaci¨®n unos programas que permit¨ªan descrifrar esas claves.
OBAMA Y PUTIN
China y Rusia han intentado beneficiarse del caos creado por Edward Snowden
Enseguida, adem¨¢s, las revelaciones de este inform¨¢tico superdotado adquirieron dimensi¨®n internacional. El efecto Snowden, originado en Hong-Kong, se extendi¨® a todo el planeta, a semejanza de las redes mundiales de comunicaci¨®n vigiladas por la agencia. Apuntaladas una y otra vez por nuevos documentos, las revelaciones sobre el despliegue de los ¡°grandes o¨ªdos¡± estadounidenses, no solo para espiar a pa¨ªses hostiles sino tambi¨¦n en instituciones y pa¨ªses amigos (Naciones Unidas, Uni¨®n Europea, Brasil, etc¨¦tera), han puesto en tela de juicio la confianza que Estados Unidos pretende inspirar. Las pavesas lanzadas por Snowden han desencadenado varias crisis diplom¨¢ticas. Barack Obama, por ejemplo, anul¨® la reuni¨®n cara a cara con Vladimir Putin prevista durante la reuni¨®n del G-20 en San Petersburgo despu¨¦s de que Rusia concediera el 1 de agosto asilo al fugitivo.
Despu¨¦s, el eco planetario de Snowdengate se hizo o¨ªr en Brasil, cuando la cadena de televisi¨®n Globo denunci¨® que Estados Unidos hab¨ªan plantado escuchas para vigilar a la presidenta Silma Rousseff, lo cual provoc¨® la furia de las autoridades y la anulaci¨®n de la importante visita que la jefa de Estado bresile?a iba a hacer a Estados Uidos en octubre. El argumento de ¡°la lucha contra el terrorismo¡±, presentado de forma sistem¨¢tica, se tambale¨® cuando otros documentos revelaron que la NSA vigilaba asimismo a empresas como el gigante petrolero Petrobras.
Eruopa tambi¨¦n ha vivido al ritmo de las r¨¦plicas del se¨ªsmo Snowden: el esc¨¢ndalo de la NSA reaviv¨® en Alemania los demonios de la Stasi, la antigua polic¨ªa pol¨ªtica comunista. En plena campa?a electoral, Angela Merkel vio c¨®mo le reprochaban el grado de cooperaci¨®n de los servicios secretos alemanes. En Par¨ªs, el El¨ªseo mont¨® en c¨®lera al saber, el 1 de septiembre, que Estados Unidos hab¨ªa espiado de forma concienzuda al Quai d¡¯Orsay. Incluso la imagen del Reino Unido, guardi¨¢n de la libertad de expresi¨®n, se vio mermada cuando las autoridades interrogaron al compa?ero de Glenn Greenwald en Heathrow y conminaron a la redacci¨®n de The Guardian a destruir los discos duros que conten¨ªan los documentos de Snowden. La sombra de la NSA pesa sobre toda Europa y ha llegado a poner en peligro las negociaciones del tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos.
En varios pa¨ªses europeos, algunas ONG de defensa de los derechos humanos --la Federaci¨®n internacional de las ligas de derechos humanos y la Liga de de los derechos humanos en Francia-- han presentado una demanda judicial contra la intromisi¨®n de la NSA en las comunicaciones privadas. Las comisiones nacionales europeas de inform¨¢tica y libertades han acudido a la Comisi¨®n Europea para emprender una evaluaci¨®n del programa de vigilancia de datos personales llevado a cabo por Estados Unidos. Sin embargo, las revelaciones de que los servicios de inteligencia europeos mantienen pr¨¢cticas similares y han colaborado con la NSA han provocado escasas reacciones, lo cual indica la debilidad de los contrapoderes para defender las libertades p¨²blicas.
"UN TIPO EXTRA?O"
Como es l¨®gico, China y Rusia han intentado beneficiarse del caos creado por Edward Snowden. Acostumbrados a recibir lecciones de Washington en materia de libertades en internet y espionaje inform¨¢tico, Pek¨ªn y Mosc¨² no han tenido reparos en devolver el cumplido. ¡°Washington acusa a China de espionaje inform¨¢tico, pero da la impresi¨®n de que, en Estados Unidos, la mayor amenaza que se cierne sobre [¡] las libertades individuales es el poder descontrolado del gobierno¡±, coment¨® el China Daily. En cuanto a Rusia, se ha jactado de acoger y proteger a un defensor de las libertades, a pesar de que a Vladimir Putin, antiguo agente del KGB, no pueda parecerle precisamente bien que se airee la trastienda de los servicios secretos, ni siquiera los norteamericanos.
¡°Es un tipo extra?o¡±, dijo el presidente ruso a comienzos de septiembre. ¡°Se ha condenado a una vida muy dif¨ªcil¡±. De hecho, Edward Snowden ha obtenido un asilo temporal de un a?o, a condici¨®n, insisti¨® Putin de que deje de hacer cualquier denuncia que pueda ¡°molestar a nuestros interlocutores estadounidenses¡±. El inform¨¢tico vive en un lugar supuestamente secreto, fuera de Mosc¨², por su propia seguridad, dicen las autoridades. Una p¨¢gina web rusa pr¨®xima al Kremlin public¨® el 7 de octubre una foto borrosa de un hombre que empujaba un carro de supermercado y que se supon¨ªa que era ¨¦l.
Esta supuesta ¡°prueba de vida¡± se vio reforzada, tres d¨ªas despu¨¦s, por la visita al fugitivo, en alg¨²n lugar de Rusia, de cuatro estadounidenses, antiguos miembros de la CIA, el FBI y la NSA que han denunciado las pr¨¢cticas de dichos organismos y apoyan a Snowden. Tras haberle entregado en persona ¡°un premio a la integridad en los servicios de inteligencia¡±, aseguraron que no hab¨ªan visto ninguna se?al de que los servicios de seguridad rusos le tuvieran controlado, algo que los observadores ponen en duda. Quien deseaba convertirse en ¡°un Jesucristo de la era digital, sin acabar crucificado¡±, corre hoy peligro de terminar su vida ¡°bajo el estricto control del FSB (antiguo KGB), que le ordenar¨¢ hacer todo tipo de declaraciones rid¨ªculas a los medios¡±, ha escrito la periodista rusa Yulia Latynina en The Moscow Times. Hasta el momento, no ha sido as¨ª.
Por ahora, Edward Snowden parece ser un caso muy positivo para Rusia. Su padre, Lon, que le visit¨® el 10 de octubre, expres¨® su ¡°extrema gratitud¡± a las autoridades rusas por la seguridad y la libertad que tiene, seg¨²n ¨¦l. En la televisi¨®n estatal, dirigi¨® su gratitud hacia el presidente Putin y el abogado de su hijo, Anatoli Kutcherena. Este ¨²ltimo, un abogado de prestigio y cercano a las autoridades, subraya los peligros que acechan a su cliente: ¡°Est¨¢ siendo perseguido por una superpotencia, el gobierno estadounidense [¡]. Eso representa una grave amenaza¡±. Kutcherena, de 53 a?os, es miembro de la C¨¢mara Civil, un ¨®rgano consultivo creado por el Kremlin que, en teor¨ªa, defiende los intereses de la sociedad civil. Pertenece tambi¨¦n al Consejo consultivo civil del Ministerio del Interior. Adem¨¢s de Edward Snowden, el abogado --al que Le Monde ha pedido en vano unas declaraciones-- defiende en la actualidad al ¡°rey de la potasa¡±, el millonario de Daguest¨¢n Suleiman Kerimov, que est¨¢ siendo juzgado por estafa en Bielorrusia. Ha sido abogado de hombres de negocios y responsables pol¨ªticos en casos de financiaci¨®n ilegal y otros esc¨¢ndalos.
El inform¨¢tico estadounidense no es objeto de ninguna orden judicial en Rusia, pero s¨ª necesita protecci¨®n y discreci¨®n, indic¨® Kutcherena en una de sus escasas declaraciones p¨²blicas. Seg¨²n dice, Snowden recibe numerosas ofertas de trabajo, lee a Dostoyevski y aprende ruso. Se pasea ¡°con libertad por la calle¡±. Pero est¨¢ ya familiarizado con una expresi¨®n: ¡°Tiajko, tiajko¡±. En otras palabras: ¡°Es duro, es duro¡±.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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