Francia se queda enganchada al caso Leonarda
Valls promete acelerar la reforma de la pol¨ªtica de asilo, mientras la prensa colabora en la intoxicaci¨®n sobre la familia
El caso de Leonarda Dibrani sigue atrapando a los franceses y a sus medios de comunicaci¨®n. En plenas vacaciones escolares no se habla de otra cosa, como si un resto de mala conciencia colectiva no se hubiera disipado, o quiz¨¢ como si alguien hubiera dise?ado el asunto con esmero para emprender una especie de reeducaci¨®n de la ciudadan¨ªa, una puesta al d¨ªa de los valores republicanos y de la izquierda, destinada a hacer comprender a los electores que, como dice Marine Le Pen, Francia no puede seguir gastando tanto en los extranjeros.
La sobreexposici¨®n p¨²blica del ministro del Interior, Manuel Valls, ayuda a que medios y ciudadanos parezcan incapaces de salir del bucle. Hoy, Valls ha prometido acelerar la reforma de la pol¨ªtica de asilo para que en vez de los 20 meses de media que tarda hoy el Estado en resolver las peticiones, tarde como m¨¢ximo entre seis y nueve meses, reduciendo de paso los recursos, las garant¨ªas jur¨ªdicas de los solicitantes y las ayudas estatales que se concede a los demandantes mientras dura la tramitaci¨®n.
El ministro del Interior, Manuel Valls, ha prometido acelerar la reforma de la pol¨ªtica de asilo
La filosof¨ªa general de la reforma es simplificar los tr¨¢mites para ahorrar tiempo y dinero. Valls no solo cree que algunos extranjeros, como los gitanos, ¡°no quieren integrarse¡±, sino que en su entrevista al Journal du Dimanche, dijo una frase que resume su visi¨®n del asilo pol¨ªtico: ¡°?C¨®mo aceptar que la petici¨®n de asilo no sea m¨¢s que un pretexto para quedarse en Francia?¡±. Hoy, ha matizado que ¡°no se puede confundir el asilo con la inmigraci¨®n ilegal¡±.
La vuelta de tuerca, anunciada como una medida humanitaria durante la campa?a electoral por Fran?ois Hollande, deber¨ªa estar lista antes de fin de a?o, ya que el El¨ªseo achaca el rid¨ªculo internacional ocurrido con Leonarda y su familia al funcionamiento perverso de la actual pol¨ªtica de asilo, y no quiere que se repita un caso semejante.
Lo que parece claro es que el sistema hace aguas por todas partes. Seg¨²n los datos de la Oficina Francesa de Protecci¨®n de Refugiados y Ap¨¢tridas (OPFRA), Francia recibi¨® el a?o pasado 41.254 demandas nuevas de asilo, elevando la cifra global de casos pendientes a 61.468 personas, y concedi¨® el estatuto de refugiado a 4.348 personas, rechazando 41.672. Los 27 socios de la UE recibieron m¨¢s de 330.000 nuevas peticiones de asilo en 2012.
En el caso Loanarda, la gesti¨®n fue m¨¢s larga de lo normal, y dur¨® cerca de dos a?os. Aunque el coste para las arcas estatales fue limitado. Seg¨²n los c¨¢lculos del diario conservador Le Figaro, los ocho miembros de la familia Dibrani recibieron 12.000 euros de ayudas oficiales durante los cuatro a?os y diez meses que residieron en Francia. Dividiendo esa cantidad por 58 meses, da un total de 206,89 euros mensuales, es decir 25 euros mensuales por cada miembro de la familia.
Pero el t¨ªtulo de Le Figaro es ¡°Una familia muy ayudada por el Estado¡±, y muchos franceses tienen la impresi¨®n de que los Dibrani ¨Csobre cuya vida privada el ministerio del Interior y la prensa nacional han publicado hasta el m¨ªnimo detalle, incluida la larga lista de ausencias escolares de Leonarda el ¨²ltimo mes- se aprovecharon del sistema.
Ir¨®nicamente, lo que de verdad le result¨® caro al Estado franc¨¦s -y a la familia- fue su deportaci¨®n a un pa¨ªs, Kosovo, cuya lengua solo habla el padre, el ¨²nico de los ocho que naci¨® all¨ª ya que los dem¨¢s nacieron en Italia y en Francia.
Seg¨²n un informe del senador de la UMP Pierre Bernard, el coste medio de las repatriaciones en 2008 se elev¨® a 20.970 euros por persona. Con las subidas de la gasolina y de los precios de los billetes de avi¨®n, y la participaci¨®n de varios polic¨ªas y de al menos dos coches en la operaci¨®n salida desde Lyon a Pristina v¨ªa Alemania, el viaje sin retorno de los ocho Dibrani debi¨® ser caro, aunque seg¨²n Interior solo le cost¨® al erario p¨²blico 11.800 euros. La cifra contrasta con las que ofrece el Tribunal de Cuentas, que calcula que cada expulsi¨®n cuesta 14.500 euros, o 18.000 si se cuenta el coste de los recursos administrativos y judiciales.
Eso, sin contar los 10.000 euros que el prefecto de Doubs ofreci¨® a la familia para repatriarla como ayuda al retorno (los Dibrani rechazaron la oferta), y los costes ¨Cestos s¨ª asumidos- de casi un lustro de escolarizaci¨®n y sanidad que Francia puso a disposici¨®n gratuita de estos gitanos sin patria que no quer¨ªan integrarse.
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