Quebec protesta contra el ataque de Ottawa contra su derecho a decidir
La Asamblea Nacional de la provincia protesta un¨¢nimemente ante la petici¨®n de la Fiscal¨ªa de podar una ley de 2000
La decisi¨®n del Gobierno canadiense de pedir dejar pr¨¢cticamente sin efecto la llamada Ley 99, que consagra el derecho ¡°inalienable¡± de los quebequenses ¡°a decidir su r¨¦gimen pol¨ªtico y jur¨ªdico¡±, ha despertado la indignaci¨®n del Ejecutivo y de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Quebec, que ha votado una declaraci¨®n un¨¢nime en la que conden¨® la ¡°intrusi¨®n¡± del Gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper. ¡°Este gesto no es sino un intento de negar nuestra historia¡±, ha afirmado el ministro quebequense de Asuntos Intergubernamentales, Alexandre Cloutier, ¡°de negar nuestra libertad de decidir nuestro futuro como naci¨®n¡±.
El Ejecutivo federal, por su parte, afirma que solo est¨¢ cumpliendo con su obligaci¨®n. "Cuando es la ley canadiense la que se pone en consideraci¨®n, el Gobierno federal debe estar presente", declar¨® Denis Lebel, lugarteniente del primer ministro para asuntos de la provincia franc¨®fona, a la televisi¨®n p¨²blica Radio-Canada. El mi¨¦rcoles 16, la Fiscal¨ªa general de Canad¨¢ pidi¨® ante el Tribunal Superior de la provincia sumarse a una demanda para que ese tribunal "interprete la ley 99 de forma que sus atribuciones est¨¦n limitadas por los poderes que la Constituci¨®n de Canad¨¢ otorga a la provincia de Quebec". La demanda tambi¨¦n pide que el Tribunal anule las cl¨¢usulas de la ley que considere que van m¨¢s all¨¢ de los poderes atribuidos al Parlamento quebequense.
La Ley 99 fue aprobada en 2000 por la Asamblea Nacional, entonces en manos del nacionalista Partido Quebequense (PQ), como contrapunto a la Ley de Claridad, la respuesta de Ottawa a los dos refer¨¦ndums de autodeterminaci¨®n celebrados en Quebec, en 1980 y 1995. El ¡°no¡± a la secesi¨®n gan¨® en ambos plebiscitos, en el segundo de ellos por un estrecho margen de algo m¨¢s de un punto.
Amparada en una decisi¨®n del Tribunal Supremo que exige que cualquier pregunta sobre la secesi¨®n de una provincia sea "clara", la Ley de Claridad proh¨ªbe la independencia unilateral de Quebec al afirmar que es el Parlamento federal el que decide si una pregunta es "clara" o no, y, lo que es m¨¢s importante, al determinar que la secesi¨®n de cualquier provincia del pa¨ªs requiere una enmienda constitucional.
Se espera que el Tribunal Superior de Quebec estudie la constitucionalidad de la ley el a?o que viene
La ley 99, por su parte, afirma que "ning¨²n otro parlamento o Gobierno puede (...) contradecir la voluntad democr¨¢tica del pueblo quebequense a decidir sobre su futuro" y que cualquier opci¨®n sometida a refer¨¦ndum ser¨¢ aprobada "con el 50% m¨¢s uno" de los votos v¨¢lidos. La Fiscal¨ªa general de Quebec, dependiente del Gobierno provincial, siempre ha afirmado que la ley no valida la secesi¨®n por si misma y depende de decisiones "pol¨ªticas" que la justicia debe estudiar "caso por caso". Se espera que el Tribunal Superior de Quebec estudie la constitucionalidad de la ley el a?o que viene.
Uno de los autores de la Ley de Claridad, el exl¨ªder del Partido Liberal St¨¦phane Dion, ha denunciado la ¡°hipocres¨ªa¡± del Gobierno independentista de Quebec. ¡°En p¨²blico dicen ¡®tenemos derecho a la secesi¨®n¡¯, pero de cara al juez le quitan valor a su propia ley. Juegan a un doble juego, y eso hay que denunciarlo¡±.
Despu¨¦s de ser el tema dominante en la pol¨ªtica nacional durante las d¨¦cadas de los 80 y los 90, las ansias de independencia de la segunda provincia m¨¢s grande de Canad¨¢ (y donde vive una cuarta parte de la poblaci¨®n del pa¨ªs) ha pasado a ser un tema menor en el mapa pol¨ªtico nacional. Seg¨²n una encuesta publicada en agosto por el diario La Presse, el 60% de los quebequenses votar¨ªa "no" en caso de un nuevo refer¨¦ndum. En 2006, con un Gobierno en minor¨ªa dependiente del independentista Bloque Quebequense, Harper hizo aprobar una moci¨®n en el Parlamento en el que reconoc¨ªa que Quebec es "una naci¨®n".
La prensa canadiense discrepa sobre los motivos para la sorprendente entrada del Ejecutivo federal en el proceso ¡ªla Fiscal¨ªa present¨® su escrito sin avisar, el mismo d¨ªa de una importante sesi¨®n en el Parlamento¡ª. Mientras algunos han considerado que es un movimiento para dividir a la oposici¨®n ¡ªQuebec es la base electoral de los tres principales partidos contrarios al primer ministro¡ª otros consideran que es un gesto que refuerza a Harper, acosado por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, con vistas al congreso del partido conservador la pr¨®xima semana. En Quebec, varios comentaristas de los principales peri¨®dicos de la regi¨®n han afirmado que la decisi¨®n de entrar al trapo de la constitucionalidad de la ley 99 es un "regalo" para los independentistas.
A pesar de que la declaraci¨®n de la Asamblea Nacional fue aprobada por unanimidad, la oposici¨®n al Ejecutivo independentista ¡ªque gobierna en minor¨ªa¡ª ha recordado que la ley 99 no recibi¨® el apoyo indiscutido del Parlamento regional. "Si hoy nuestro derecho a decidir se pone en duda ante los tribunales", se?al¨® el portavoz parlamentario del Partido Liberal, Pierre Moreau, "es porque en su d¨ªa el Partido Quebequense aprob¨® una ley partidista que da alas a los movimientos secesionistas".
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