EE UU insiste en el espionaje masivo
El comit¨¦ de Inteligencia del Senado extiende el programa de recolecci¨®n de datos Kerry admite, sin embargo, que ¡°en algunos casos se ha ido demasiado lejos¡±
Casi a la misma hora en que el secretario de Estado, John Kerry, admit¨ªa que, ¡°en algunos casos¡±, el espionaje de Estados Unidos en el mundo puede haber ido ¡°demasiado lejos¡±, el comit¨¦ de Inteligencia del Senado aprobaba por once votos contra cuatro una ley que extiende y refuerza el programa de recolecci¨®n de datos telef¨®nicos en este pa¨ªs y en el exterior. La aparente contradicci¨®n es muestra de las dificultades y la improbabilidad de que la Administraci¨®n de Barack Obama pueda cumplir efectivamente con la promesa de reducir la vigilancia de las comunicaciones.
Las propias declaraciones de Kerry, hechas por v¨ªdeo a una conferencia celebrada en Londres, reflejan el convencimiento por parte del Gobierno de que el espionaje norteamericano es eficaz e imprescindible. ¡°Hemos conseguido impedir que se derriben aviones, que se vuelen edificios, que se asesine a personas, gracias a que hemos podido conocer con antelaci¨®n esos planes¡±, dijo Kerry. ¡°Les aseguro que no se ha abusado de ninguna persona inocente en ese proceso¡±, a?adi¨®.
Ahora bien, en ese esfuerzo por reunir informaci¨®n, ¡°en algunos casos, se ha ido, inadecuadamente, demasiado lejos, y el presidente, nuestro presidente, est¨¢ decidido a clarificarlo para la gente, y ahora se est¨¢ produciendo un proceso de revisi¨®n para que nadie tenga sensaci¨®n de abuso, para que estemos seguros de que no pasa en el futuro¡±.
Con el matiz de que Kerry es quien m¨¢s sufre personalmente en Washington el da?o causado por el espionaje a las relaciones diplom¨¢ticas de EE UU, estas palabras del secretario de Estado se entienden en el contexto de la l¨ªnea de defensa planteada por Obama desde el inicio de este esc¨¢ndalo: no toda la informaci¨®n que la tecnolog¨ªa es capaz de reunir es, realmente, necesaria ni est¨¢ justificada por razones de seguridad.
Bajo esa m¨¢xima, es previsible que el proceso de revisi¨®n en marcha concluya a finales de a?o con la recomendaci¨®n de algunas limitaciones en el espionaje. La Casa Blanca ha dicho que no se sigue espiando ni se volver¨¢ a espiar el m¨®vil de la canciller alemana, Angela Merkel, y es probable que esa misma decisi¨®n se extienda al menos a una parte de los otros 34 l¨ªderes internacionales cuyas comunicaciones son en alguna medida controladas, seg¨²n los papeles de Edward Snowden.
Pero es dudoso que la consecuencia ¨²ltima de esta crisis sea la revisi¨®n a fondo de los actuales sistemas de vigilancia masiva, que una mayor¨ªa en la Administraci¨®n, en el Congreso y en los servicios de inteligencia siguen considerando legales y eficaces.
¡°El programa de recolecci¨®n de llamadas ¨Cconducido por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA)- es legal y est¨¢ sujeto a un extenso control judicial y parlamentario, y creo que contribuye a nuestra seguridad nacional¡±, dijo la presidenta del comit¨¦ de Inteligencia del Senado, la dem¨®crata Dianne Feinstein, al procederse a la votaci¨®n el jueves por la noche de la Ley para la Mejora de FISA, el nombre de ese programa de almacenamiento de los n¨²meros telef¨®nicos y la duraci¨®n de las llamadas, aunque no sistem¨¢ticamente su contenido.
Feinstein, la misma que el pasado lunes opin¨® en contra del espionaje a l¨ªderes de pa¨ªses aliados, manifest¨® que la nueva ley incluir¨¢ algunas medidas para hacer esta vigilancia m¨¢s transparente y m¨¢s garant¨ªas de que no se producen abusos. Aunque contin¨²a la posibilidad de conservar los datos por un periodo de hasta cinco a?os, se requiere permiso del fiscal general para los que se quiera mantener despu¨¦s de tres a?os. Igualmente se exige que cada n¨²mero telef¨®nico que se considere sospechoso de acuerdo a la confrontaci¨®n de datos hecho por la NSA, sea supervisado por un juez para corroborar que existen sospechas razonables de que puede estar vinculado a actividades terroristas.
Esta ley, que cuenta con amplias posibilidades de conseguir la aprobaci¨®n del Congreso y ha sido criticada por organizaciones de derechos y libertades civiles, parece echar por tierra un esfuerzo simult¨¢neo que dirig¨ªan en los ¨²ltimos d¨ªas otro grupo de senadores para eliminar por completo el programa FISA.
Ese debate en el Capitolio es ilustrativo de la gigantesca resistencia para una remodelaci¨®n en profundidad de los sistemas de espionaje, empezando por la opini¨®n p¨²blica, que se mantiene, por el momento, ajena a este pol¨¦mica. El martes, cuando el director de la NSA, general Keith Alexander, compareci¨® en la C¨¢mara de Representantes para defender el trabajo de su agencia, mantuvo sin fisuras la necesidad de continuar con los procedimientos actuales y advirti¨® que, cualquier cosa en sentido contrario, supondr¨ªa una amenaza a la seguridad nacional.
Preguntado en esa misma comparecencia el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, la m¨¢xima autoridad en el mundo del espionaje norteamericano, si no era necesaria una mayor transparencia en la que forma en que se act¨²a, contest¨®: ¡°La inteligencia se conduce desde la premisa de que podemos hacerlo en secreto, y no contamos con que lo que hacemos aparezca en los peri¨®dicos¡±.
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