Kerry trata de calmar el recelo saud¨ª por la pol¨ªtica de EE UU en la regi¨®n

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha subrayado hoy lunes en Riad que Arabia Saud¨ª es un aliado "muy, muy importante" para Estados Unidos. Sus palabras, poco despu¨¦s de entrevistarse con el ministro saud¨ª de Exteriores, el pr¨ªncipe Saud al Faisal, y antes de ser recibido en audiencia por el rey Abdal¨¢, buscan tranquilizar a su socio que en las ¨²ltimas semanas se ha mostrado descontento con la pol¨ªtica de Washington en Oriente Pr¨®ximo. Aunque ambos han expresado la voluntad de seguir trabajando juntos, las diferencias entre los "dos pa¨ªses amigos" permanecen, en especial sobre Siria.

"Esta es una relaci¨®n profunda que dura desde hace 75 a?os y va a seguir durando siempre", ha declarado el jefe de la diplomacia estadounidense durante una conferencia de prensa conjunta con el pr¨ªncipe Faisal. "Los saud¨ªes son muy, muy importantes para todos nosotros. Los saud¨ªes son el principal actor en el mundo ¨¢rabe, junto a Egipto", hab¨ªa manifestado poco antes ante el personal de la Embajada.

La visita de Kerry es la primera desde que el jefe de los servicios secretos saud¨ªes, el pr¨ªncipe Bandar Bin Sult¨¢n, advirtiera el mes pasado de "un giro importante" en sus relaciones con EEUU debido a la pasividad de ¨¦ste en Siria y se?alara que la renuncia de su pa¨ªs a un sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU era un mensaje para Washington.

"Aqu¨ª no caben ni la emoci¨®n ni la ira, sino s¨®lo para pol¨ªticas de sentido com¨²n y cabales", ha se?alado por su parte el veterano Faisal tratando de quitar le?a al fuego.

Pero a pesar de las buenas palabras de ambos, tambi¨¦n han quedado claras las diferencias, sobre todo respecto a Siria. Kerry ha asegurado que Washington no tiene la autoridad legal ni el deseo en este momento de involucrarse en la guerra civil de ese pa¨ªs, y tampoco ignora las complicaciones que esperan a¨²n en el camino. El ministro saud¨ª ha aprovechado la ocasi¨®n para pedir que Ir¨¢n salga de Siria porque, dice, que Teher¨¢n est¨¢ ayudando al presidente Bachar el Asad a bombardear a su propio pueblo.

A ra¨ªz de que el presidente Barack Obama aceptara a primeros de septiembre no bombardear al r¨¦gimen de El Asad a cambio de que entregara sus armas qu¨ªmicas, los gobernantes saud¨ªes se han sentido traicionados y marginados. La familia real, que apoya sin ambages a la oposici¨®n armada siria (mayoritariamente islamistas sun¨ªes), no entiende el giro dado por EEUU. Alguno de sus miembros lleg¨® a calificar de "broma" el desarme qu¨ªmico. Para Riad, ese paso no s¨®lo da aire a El Asad, sino tambi¨¦n a su principal valedor, la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n, que es el mayor rival regional del reino.

A?¨¢dase a eso el reciente flirteo de Obama con el nuevo presidente iran¨ª, Hasan Rohan¨ª, y se entender¨¢ el ataque de celos. Despu¨¦s de 34 a?os, sirviendo de baluarte frente el expansionismo (ideol¨®gico) de la revoluci¨®n iran¨ª, las monarqu¨ªas de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga temen que un eventual deshielo entre Washington y Teher¨¢n se haga a costa de sus intereses. A este respecto, Kerry ha reiterado que su pa¨ªs est¨¢ decidido a no dejar que Ir¨¢n obtenga la bomba at¨®mica, un punto importante cuando se han reanudado las conversaciones nucleares, pero insuficiente ya que, incluso sin ese arma, un Ir¨¢n reintegrado en la comunidad internacional representa un formidable contrincante pol¨ªtico y econ¨®mico.

"Estados Unidos no permitir¨¢ que Ir¨¢n se dote de armas nucleares. Esa pol¨ªtica no ha cambiado", ha asegurado Kerry, quien dijo compartir algunas de las frustraciones de sus anfitriones con el Consejo de Seguridad. Durante su escala en El Cario la v¨ªspera, el secretario de Estado hab¨ªa atribuido las diferencias con sus aliados a distintas "t¨¢cticas", pero asegurado que todos ten¨ªan al final el mismo objetivo.