Los recelos aplazan el pacto nuclear
Las objeciones de Francia al destino final del uranio enriquecido iran¨ª obligan a retrasar las negociaciones at¨®micas entre Teher¨¢n y las grandes potencias
Las objeciones de Francia se han sumado a las dificultades para alcanzar un acuerdo de las seis grandes potencias con Ir¨¢n sobre su controvertido programa nuclear. Despu¨¦s de las expectativas despertadas por la presencia en Ginebra del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y a pesar de las intensas sesiones que se mantuvieron hasta ¨²ltima hora, los negociadores han admitido que a¨²n exist¨ªan diferencias importantes entre ellos. No obstante, en un signo de que hay voluntad de encontrar una soluci¨®n, acordaron volver a reunirse dentro de una semana o diez d¨ªas. El presidente iran¨ª, Hasan Rohan¨ª, ha pedido a sus interlocutores que no desaprovechen esta ¡°oportunidad excepcional¡±.
¡°Hay divisiones entre el grupo del P5+1¡±, ha declarado el ministro iran¨ª de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, en referencia a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) m¨¢s Alemania, con los que su pa¨ªs negocia. M¨¢s tarde, en una entrevista con la BBC, Zarif se mostr¨® convencido de que eventualmente ¡°se conseguir¨¢ un acuerdo¡±, pero advirti¨® de que hay un plazo de tiempo limitado para ello.
Las diferencias se han hecho patentes ya por la ma?ana, cuando el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, manifest¨® que no ten¨ªa la seguridad de que se pudiera concluir el acuerdo y que su pa¨ªs no iba a aceptar ¡°un timo de la estampita¡±. Fue un jarro de agua fr¨ªa tras el clima de optimismo que hab¨ªan transmitido tanto los negociadores iran¨ªes como otros occidentales.
Hasta ese momento se daba por hecho que, por primera vez desde el descubrimiento del programa nuclear secreto de Teher¨¢n en 2002, iba a lograrse un compromiso para ponerle l¨ªmites que garanticen que no esconde objetivos militares. Incluso se hab¨ªa redactado un borrador del principio de acuerdo sobre el que Ir¨¢n y EE UU, principales actores de esta negociaci¨®n, trataban de limar sus diferencias.
Pero Fabius dijo que su pa¨ªs no pod¨ªa aceptarlo. Francia quer¨ªa que Ir¨¢n renunciara al reactor nuclear de Arak y pon¨ªa objeciones al destino del uranio enriquecido por encima del 20%, dos aspectos de su programa at¨®mico que pueden llevar a conseguir material para una bomba. Incluso Washington, cuya falta de relaciones con Teher¨¢n desde 1979 est¨¢ en la ra¨ªz de la desconfianza hacia la Rep¨²blica Isl¨¢mica, se mostraba menos puntilloso con el objetivo de lograr un par¨®n de la actividad nuclear iran¨ª durante seis meses.
La objeci¨®n francesa se sum¨® a las diferencias sobre el alcance y el ritmo del levantamiento de las sanciones con las que la comunidad internacional ha castigado su programa. Como contrapartida por limitarlo, pide que se anulen las restricciones a su venta de petr¨®leo y transacciones bancarias. Esa exigencia queda lejos del desbloqueo de haberes en bancos extranjeros que ofrecen los Seis. Para los iran¨ªes, que puedan acceder a sus propios fondos no les parece una gran concesi¨®n.
Rohan¨ª inst¨® a las seis potencias a ¡°no dejar pasar esta oportunidad excepcional (¡) para llegar a un resultado positivo en un tiempo razonable¡±, seg¨²n la agencia oficial iran¨ª, Irna. Tras a?os en que se ha culpado a Ir¨¢n de bloquear las conversaciones, la televisi¨®n nacional acus¨® a Francia de ¡°actuar por cuenta de Israel¡± y de ¡°minar¡± las conversaciones.
La actitud de Fabius tambi¨¦n recibi¨® cr¨ªticas del resto de los negociadores. Las agencias de noticias citaron a diplom¨¢ticos occidentales que, desde el anonimato, le acusaban de buscar protagonismo. ¡°Parece que las discusiones de Ginebra no son con Ir¨¢n sino dentro del grupo occidental. No es bueno¡±, lleg¨® a tuitear el ministro sueco de Exteriores, Carl Bildt.
Los rostros de los negociadores, fotografiados cuando entraban o sal¨ªan de las sucesivas reuniones, reflejaban el cambio de atm¨®sfera. Kerry, que ayer se hab¨ªa parado a hablar con los periodistas, ha evitado a la prensa y cuando un reportero se ha cruzado con ¨¦l a ¨²ltima hora y le ha preguntado si hab¨ªa alguna posibilidad de que se cerrara el acuerdo, se ha encogido de hombros.
El objetivo era consensuar un acuerdo marco en cuya primera fase se crear¨ªa un clima que permitiera minimizar la desconfianza que el programa nuclear iran¨ª suscita no solo a las potencias, sino tambi¨¦n a los vecinos de Ir¨¢n. Desde su llegada a la presidencia en agosto, Rohan¨ª ha ofrecido mayor transparencia y de hecho el director del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), Yukyo Amano, llega el domingo a Teher¨¢n para firmar un acuerdo de inspecciones. Sin embargo, lo que se delibera en Ginebra va m¨¢s all¨¢ y compete al alcance y las intenciones del programa.
Con el fin de descartar un posible objetivo militar (que Ir¨¢n siempre ha negado), los Seis quieren que Ir¨¢n limite el enriquecimiento de uranio, el proceso por el cual se elabora el combustible nuclear, pero tambi¨¦n el material fisible que sirve para fabricar una bomba at¨®mica. Mientras se dilucida la f¨®rmula para que Teher¨¢n pueda aceptar sin perder la cara, le han propuesto una moratoria de seis meses como gesto de buena voluntad. A cambio, ofrecen desbloquear los fondos iran¨ªes congelados en sus bancos.
Ahora bien, los negociadores iran¨ªes tienen l¨ªneas rojas. Nunca van a siquiera considerar el enriquecimiento cero que pide Israel e intentan maximizar las concesiones que obtienen a cambio de aceptar limitaciones a ese proceso que consideran un derecho.
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