Mazatl¨¢n no quiere ser un puerto fantasma
La violencia y la inseguridad alejaron los cruceros de esta ciudad mexicana. Pas¨® de recibir 244 en 2010 a uno en 2012
El estadounidense Troy ¨C turista ejemplar: bermudas amarillas, chanclas, gafas de sol ¨C atraves¨® la pasarela del crucero Veendam a las 8.15 del pasado martes 12 y la fiesta se desat¨® en Mazatl¨¢n. Empez¨® a sonar m¨²sica de banda, un grupo de bailarines zapatearon al son vestidos con coloridos trajes folcl¨®ricos, la Reina del Carnaval y la Reina de los Juegos Florales posaron abrazadas a pol¨ªticos y empresarios locales. El gobernador Mario L¨®pez Valdez pas¨® su brazos por los hombros del abrumado Troy y sonri¨® ante una nube de fot¨®grafos. El joven, procedente de San Diego, confesaba despu¨¦s que no sab¨ªa a qu¨¦ se deb¨ªa tanto alboroto. Pero los mazatlecos hab¨ªan esperado mucho - m¨¢s de dos a?os - a que los grandes cruceros comerciales regresaran a la ciudad, y eso merec¨ªa una gran fiesta.
Fue a finales de 2010 cuando las compa?¨ªas internacionales de cruceros empezaron a cancelar temporalmente sus llegadas a Mazatl¨¢n argumentando que no era seguro. El n¨²mero de homicidios en el Estado de Sinaloa ¨C donde se encuentra Mazatl¨¢n¨C, se hab¨ªa disparado de 485 en el a?o 2003 a 2.251 en 2010. Los enfrentamientos entre el c¨¢rtel de Sinaloa, liderado por el Chapo Guzm¨¢n, y el de los Beltr¨¢n Leyva junto a Los Zetas hab¨ªan extendido la violencia por el Estado. En enero de 2011, un turista canadiense fue herido por una bala perdida en un tiroteo. Un mes despu¨¦s, un grupo de cruceristas presenci¨® un enfrentamiento en el que dos hombres fueron acribillados en plena Zona Dorada, que sol¨ªa estar llena de turistas. Las cancelaciones temporales se convirtieron en indefinidas y el puerto de Mazatl¨¢n pas¨® de recibir 244 cruceros en 2008 a tan solo uno en 2012.
Dos hombres fueron acribillados frente a un grupo de cruceristas en una zona tur¨ªstica. Las cancelaciones precipitaron
Las 2.000 personas que, entre pasajeros y tripulaci¨®n, viajaban en el Vendaam, proced¨ªan de Norteam¨¦rica. Por eso en el muelle les esperaban la c¨®nsul de Canad¨¢ en la ciudad y el C¨®nsul de EE UU en Hermosillo, capital del Estado vecino de Sonora. Tambi¨¦n un grupo de entusiastas compatriotas que aguardaban bajo el sol primerizo sonrientes y con unas camisetas azules que dec¨ªan: ¡®Mazatlan Tourist Aide¡¯ (Ayuda a turistas de Mazatl¨¢n). Uno de ellos era Pete Larson, un jubilado estadounidense de Austin que ahora vive en Mazatl¨¢n. Pis¨® la ciudad por primera vez en 1977, el mismo a?o en que comenz¨® a emitirse Vacaciones en el mar?(El crucero del amor, The Love Boat), la popular serie televisiva sobre un crucero que hac¨ªa una de sus escalas, precisamente, en el puerto de Mazatl¨¢n. Eran los a?os dorados de la ciudad.
Rafael Rivera, reconocido empresario del turismo en la ciudad, puede recitar de memoria los barcos y compa?¨ªas que llegaron en las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas. Evoca aquellos tiempos en los que el puerto recib¨ªa varios cruceros al d¨ªa y aquella vez en la que llegaron cinco embarcaciones y una ni siquiera pudo atracar porque no hab¨ªa espacio. Los ojos se le ponen tan brillantes como su camisa azul. ¡°La vuelta del Veendam es una ilusi¨®n para la ciudad¡±, afirma este empresario de viejo cu?o. ¡°El vac¨ªo de estos a?os nos ha hecho mucho da?o¡±, contin¨²a. Su empresa, que ofrec¨ªa tours de un d¨ªa para los cruceristas, abandon¨® Mazatl¨¢n en 2011 y se centr¨® en otros destinos como Los Cabos, en la pen¨ªnsula de Baja California, al otro lado del Mar de Cort¨¦s. Rivera calcula que el cierre de esta sucursal afect¨® a unos 10.000 trabajadores de manera indirecta.
¡°Es cierto que la inseguridad ha pegado en Mazatl¨¢n pero tambi¨¦n que nos hemos visto perjudicados por la marca Sinaloa¡±, explica el doctor Arturo Santamar¨ªa G¨®mez, autor del libro Escenarios de violencia e inseguridad en los destinos tur¨ªsticos. Mazatl¨¢n como estudio de caso. Que el mayor c¨¢rtel del pa¨ªs lleve el nombre del Estado y que est¨¦ metido de lleno en una guerra por el territorio no ayuda mucho a la imagen. ¡°Nos va a costar recuperarnos y reducir la percepci¨®n de inseguridad, que es peor que la inseguridad misma¡±, explica Santamar¨ªa.
El doctor cuenta que realmente el n¨²mero de homicidios ha descendido en 2012 y 2013, los a?os en los que los cruceros han estado ausentes. El a?o pasado se registraron 1.464. Las autoridades aseguraron que el c¨¢rtel de los Beltr¨¢n Leyva quedaba desarticulado en agosto de 2011 con la detenci¨®n de ?scar Osvaldo Garc¨ªa Montoya. Los mazatlecos aseguran que los enfrentamientos se han reducido en los ¨²ltimos a?os aunque la actividad del narcotr¨¢fico no ha desaparecido por completo.
Hoteleros, camareros, vendedores... Si se les pregunta, todos resumen la situaci¨®n del mismo modo: ¡°La llegada del crucero ha animado las ventas, pero nada que ver con lo que era antes¡±. Parece el lema de los comerciantes de la ciudad. A M¨®nica sus compa?eras la apodaban con guasa La reina del ¨®palo por su facilidad para vender joyas. Era en 2009 y pod¨ªa llegar a vender hasta 4.000 d¨®lares al d¨ªa en pendientes, pulseras y gargantillas de plata cuando trabajaba para una empresa que contaba con cinco tiendas en Mazatl¨¢n. ¡°Ahora, en un buen d¨ªa hacemos unos 300 d¨®lares. Pero tambi¨¦n los hay en los que no se vende nada¡±, explica detr¨¢s del mostrador de un local de la Zona Dorada. La cadena cerr¨® todas sus tiendas menos una. Muchos de los locales de este ¨¢rea corrieron la misma suerte y otros solo abren sus puertas los fines de semana, cuando llegan los turistas nacionales. ¡°Con el Veendam hemos hecho poco m¨¢s de 1.000 d¨®lares. A ver si sigue la racha". Las estimaciones de 2010 aseguran que cada crucerista se deja en la ciudad una media algo superior a 85 d¨®lares. Al d¨ªa siguiente de la marcha del barco, en la Zona Dorada se extendi¨® el rumor de que un turista se gast¨® 10.000 d¨®lares en joyas. Qui¨¦n sabe si era cierto o se trataba de lo que muchos a?oraban que pasase.
Cada turista de cruceros gasta m¨¢s de 85 euros en cada visita. En el Veendam viajaban m¨¢s de 2.000 personas
Para mayor desgracia del turismo en la zona, el m¨¢ximo impacto de la violencia ha coincidido con la crisis econ¨®mica, que priv¨® de viajar a muchos vecinos del norte y que tambi¨¦n sacudi¨® otros puertos del Pac¨ªfico, como Cabo San Lucas, Acapulco, Puerto Vallarta, Ensenada, etc. "Los turistas de EE UU y Canad¨¢ han reducido sus viajes al extranjero desde 2008¡±, confirma Francisco Madrid, director de la Escuela de Turismo de la Universidad An¨¢huac M¨¦xico Norte. Entre 2008 y 2012, la zona perdi¨® 1.861.576 viajeros. O lo que es lo mismo, en un plazo de cuatro a?os llegaron un 59% de pasajeros menos. Sin embargo, ning¨²n puerto se qued¨® con el marcador pr¨¢cticamente a cero, como ha ocurrido en Mazatl¨¢n. No hay que menospreciar el coste que esto supone al propio puerto de la ciudad, ya que cada embarcaci¨®n de estas caracter¨ªsticas deja unos 20.000 d¨®lares por derechos de atraco e instalaciones portuarias. El resultado es que los ingresos del puerto cayeron un 50% por la ausencia de cruceros.
Si se le pregunta a un taxista mazatleco, este sabr¨¢ recitar de memoria las fechas en que otros cruceros tienen prevista su llegada a Mazatl¨¢n: 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero. Esos d¨ªas volver¨¢n a abrir unos comercios que llevan dos a?os cerrados, como el restaurante que Rafael Rivera - el empresario de la camisa brillante - tiene en la zona del muelle. En esta ocasi¨®n, con la llegada del Veendam, Rivera lo puso a funcionar tres d¨ªas antes aunque con menos empleados. Espera que la apertura alg¨²n d¨ªa sea definitiva pero, de momento, el establecimiento volvi¨® a echar el cierre cuando zarp¨® el barco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.