El PT se siente prisionero de ¡°un sistema electoral que favorece la corrupci¨®n¡±
El partido encara su Congreso Nacional, que arrancar¨¢ el pr¨®ximo mes, con varios de sus l¨ªderes hist¨®ricos en la c¨¢rcel
El Partido de los Trabajadores (PT), que lleva 12 a?os gobernado Brasil con ¨¦xitos que ni la oposici¨®n le niega, aprovechar¨¢ la apertura de su quinto Congreso Nacional que tendr¨¢ lugar en Brasilia el mes pr¨®ximo, para buscar una explicaci¨®n al aumento de la corrupci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs, de la que ¨¦l mismo se acab¨® contagiando.
El PT va a celebrar por primera vez un Congreso Nacional con algunos de sus l¨ªderes hist¨®ricos, fundadores y expresidentes en la c¨¢rcel, condenados por corrupci¨®n en el esc¨¢ndalo del mensal?o.
En 2003, el PT, que era el mayor partido de izquierdas de Am¨¦rica Latina, nacido de las cenizas de la dictadura militar, lleg¨® al poder de la mano de su fundador y l¨ªder sindicalista hist¨®rico, Lula da Silva.
El partido lleg¨® enarbolando la bandera de la ¨¦tica, contra la corrupci¨®n que tanto hab¨ªa fustigado desde la oposici¨®n, como esperanza de renovaci¨®n, dispuesto a hacer dar un salto a la naci¨®n, tanto en su aspecto econ¨®mico como social, disminuyendo el abismo de las desigualdades, at¨¢vicas en un pa¨ªs que el expresidente Fernando Henrique Cardoso defin¨ªa como ¡°rico pero desigual¡±.
El documento reconoce que el PT "no consigui¨® infundir un nuevo ritmo a la pol¨ªtica"
Tras 12 a?os de gobierno del PT, con sus luces y sus sombras, sus dirigentes actuales van a recordar en el pr¨®ximo Congreso que hoy, despu¨¦s de ellos, Brasil es ¡°m¨¢s rico y menos desigual¡±. Sus responsables de hoy saben, sin embargo, que el Congreso debe responder al hecho de que justamente el partido haya participado de la corrupci¨®n que ellos hab¨ªan decidido combatir.
Y han individualizado la ra¨ªz de esa corrupci¨®n en el actual ¡°sistema pol¨ªtico electoral¡±, del que el PT se siente tambi¨¦n v¨ªctima, seg¨²n un documento base preparado para el Congreso por Marco Aurelio Garc¨ªa, Asesor especial de la Presidencia dela Rep¨²blica para Asuntos Internacionales.
Seg¨²n dicho documento, el PT se siente ¡°prisionero de un sistema electoral que favorece la corrupci¨®n¡± y que habr¨ªa estado en la base de la desviaci¨®n ¨¦tica que dio origen al mensal?o y aboga ahora por una profunda reforma pol¨ªtica.
La empresa es ardua y el expresidente Lula, en sus a?os de gobierno, nunca consigui¨® llevarla a cabo. Incluso hab¨ªa llegado a pensar en crear una asamblea constituyente exclusiva para la reforma pol¨ªtica. Pero tampoco lo consigui¨®.
Cuando explotaron las protestas callejeras de junio, lo primero que hizo la presidenta Dilma Rousseff para responder a las mismas fue ofrecer un plebiscito constituyente para la reforma pol¨ªtica, que tuvo que retirar al ser considerado inconstitucional.
Dicha reforma pol¨ªtica, en efecto, no puede limitarse, para ser eficaz, a una simple reforma ¡°electoral¡±, que acabar¨ªa fortaleciendo las actuales din¨¢micas de los partidos. Deber¨ªa llegar a la ra¨ªz.
Una de las anomal¨ªas del actual sistema pol¨ªtico brasile?o lo constituye el hecho de ser un sistema presidencialista, que te¨®ricamente otorga grandes poderes, sobre todo de veto, pero donde es imposible gobernar sin una amplia coalici¨®n de los m¨¢s de 30 partidos, la mayor¨ªa sin ideolog¨ªa propia, nacidos ya para dejarse alquilar por el ejecutivo de turno.
Al mismo tiempo, al no existir un primer ministro, que pueda ser destituido en caso de crisis grave, el sistema pol¨ªtico tampoco prev¨¦ un recambio f¨¢cil del Ejecutivo, ya que la remoci¨®n de un presidente de la Rep¨²blica supone siempre un drama nacional.
Todo ello agudiza la burocratizaci¨®n de la pol¨ªtica que acaba contagiando incluso a partidos nacidos como formaciones pol¨ªticas de masas, din¨¢micas, lejanas de las estructuras de los partidos tradicionales. Es el caso del PT, que en este quinto Congreso va a hacer un an¨¢lisis critico por haberse dejado arrastrar tambi¨¦n por el pecado de la burocratizaci¨®n con todas las tentaciones que ello supone.
El documento reconoce que el PT "no consigui¨® infundir un nuevo ritmo a la pol¨ªtica", que equivale a decir que no consigui¨® llevar a cabo una de las reformas claves previstas cuando lleg¨® al poder.
El expresidente Lula, l¨ªder m¨¢ximo del PT, ya hab¨ªa hecho semanas atr¨¢s una autocr¨ªtica parecida. Hab¨ªa reconocido que el partido estaba necesitando de una ¡°gran reforma¡± y hab¨ªa criticado el hecho de que, tras tantos a?os en el poder, hubiera perdido contacto con los movimientos sociales, que fueron siempre su verdadera fuerza. Y hab¨ªa exortado a los j¨®venes militantes a recuperar el ¡°gusto por la pol¨ªtica¡± y hasta por "la calle".
El problema es que los j¨®venes, incluso los del PT, no quieren ya un sistema pol¨ªtico como el actual que, como indica el documento en discusi¨®n, lleva a la corrupci¨®n. Quieren partidos m¨¢s cercanos a la gente, m¨¢s libres y con mayor di¨¢logo con ellos.
El problema de fondo es que el actual sistema pol¨ªtico brasile?o ha ido acumulando una serie de privilegios y poderes y deber¨ªan ser los pol¨ªticos los que renunciaran a ellos trav¨¦s de una reforma pol¨ªtica. ?Ser¨¢n capaces de hacerlo?
El expresidente de la Rep¨²blica, Jos¨¦ Sarney, aliado del gobierno, con 50 a?os de vida activa en el Congreso, lleg¨® a defender para Brasil una reforma pol¨ªtica a fondo, con el paso del actual r¨¦gimen presidencial a un r¨¦gimen parlamentario con un primer ministro.
Al mismo tiempo, cualquier otra manera de hacer dicha reforma que no pase por la pol¨ªtica acabar¨ªa resbalando en aventuras antidemocr¨¢ticas o golpistas, como ya advert¨ªa Lula, que se vio impotente para realizarla.
Y una de las grades conquistas de este pa¨ªs es que ya tiene consolidadas unas instituciones democr¨¢ticas con independencia de poderes, las ¨²nicas capaces de seguir creando riqueza y de seguir disminuyendo las desigualdades sociales.
Queda, pues, la ¨²nica v¨ªa posible: que la reforma la hagan los pol¨ªticos pero con esp¨ªritu "republicano". Es decir, pensando m¨¢s en el inter¨¦s del pa¨ªs que en los privilegios actuales de sus propios partidos.
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