Europa da un vuelco a su imagen exterior
Bruselas esgrime el ¨¦xito del pacto con Ir¨¢n para hacer olvidar fracasos como el de Ucrania
Estambul, mayo de 2013. La alta representante para la Pol¨ªtica Exterior europea, Catherine Ashton, se re¨²ne en privado con el jefe de la negociaci¨®n iran¨ª, Said Jalili, para hablar del desarme nuclear. La era del controvertido Mahmud Ahmadineyad al frente de Ir¨¢n toca a su fin y, tras las tormentosas relaciones que ha mantenido con Occidente, pocos conf¨ªan en que los encuentros prosperen. Entre esos pocos se cuenta Ashton, que ha recorrido medio mundo en los ¨²ltimos tres a?os (Ginebra, Estambul, Bagdad, Mosc¨² y Almaty, en Kazajist¨¢n) para fraguar su mayor ¨¦xito diplom¨¢tico: lograr que Ir¨¢n congele la amenaza nuclear. El episodio da un vuelco a la imagen exterior de la UE, muy necesitada de haza?as que definan su papel ante el mundo.
Han sido 11 intensas rondas de negociaci¨®n hasta llegar a la definitiva, la que culmin¨® el pasado lunes en Ginebra con el primer compromiso firme de Ir¨¢n para apartarse del camino que conduce a la bomba nuclear. La diplomacia europea, tan desdibujada hasta la fecha, ha logrado con este avance trascender su ¨¢rea natural de influencia para propiciar un pacto que cambia el equilibrio de fuerzas en Oriente Pr¨®ximo.
Cierto es que el acuerdo nunca se habr¨ªa producido sin dos elementos fundamentales: el relevo en el Gobierno iran¨ª y la voluntad inequ¨ªvoca de Barack Obama. Pero para acercar posturas y convencer a todas las partes de las bondades de un texto muy ambiguo ha sido fundamental el la intervenci¨®n de la alta representante comunitaria, aseguran fuentes consultadas. Como l¨ªder de esos contactos, Ashton supo del canal secreto que mantuvieron durante a?os Ir¨¢n y Estados Unidos para cimentar un compromiso.
El papel de Ashton ha resultado crucial al tejer una red de confianza y aglutinar en un solo rostro las visiones ¡ªa veces muy distantes¡ª de las seis potencias que se sentaban a la mesa con Teher¨¢n: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China (los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU) m¨¢s Alemania.
Esa capacidad mediadora ha sido clave tambi¨¦n en los otros dos m¨¦ritos que cabe atribuirle en la escena internacional: la reconciliaci¨®n entre Serbia y Kosovo y el di¨¢logo en Egipto, aunque en este ¨²ltimo caso los resultados resulten decepcionantes. ¡°No consigui¨® disuadir a los militares, pero fue la ¨²nica dirigente occidental que dialog¨® con los Hermanos Musulmanes [y con el propio presidente depuesto, Mohamed Morsi], que, en cambio, hab¨ªan rechazado reunirse con John Kerry [jefe de la diplomacia de EE UU]¡±, destaca Rosa Balfour, del European Policy Centre.
Parad¨®jicamente, el mayor ¨¦xito exterior de la UE ha coincidido en el tiempo con uno de sus m¨¢s sonoros fracasos: el alejamiento de Ucrania de la ¨®rbita comunitaria para refugiarse en Rusia, su antiguo dominador. La diplomacia europea minusvalor¨® el chantaje que pod¨ªa ejercer Mosc¨² ante la rep¨²blica exsovi¨¦tica y dio por conquistada la voluntad ucrania de asociarse con el club comunitario.
M¨¢s all¨¢ del tropiezo con los vecinos del Este, el servicio diplom¨¢tico de la UE, en pleno funcionamiento desde hace apenas tres a?os, ha fallado a la hora de dise?ar una estrategia clara de Europa ante el mundo. Tampoco ha logrado defender sus intereses comunes frente a EE UU, como demuestra la tibieza que, con honrosas excepciones, han aplicado los dirigentes comunitarios al turbio episodio del espionaje.
Pese a los indudables r¨¦ditos de Ir¨¢n, a Ashton le queda un largo camino hasta convertir ese acuerdo preliminar en un triunfo definitivo. La brit¨¢nica seguir¨¢ pilotando el proceso durante los seis pr¨®ximos meses, en los que el pacto deber¨¢ concretarse. Justo a tiempo para evaluarlo en las elecciones europeas de mayo de 2014. Fuentes diplom¨¢ticas ven en la alta representante la aspiraci¨®n de optar a otro alto cargo. No le ayudar¨¢n sus escasas dotes p¨²blicas. ¡°Estoy muy concentrada en el trabajo y no tanto en la visibilidad del trabajo¡±, suele justificarse ante sus colaboradores. Ashton cree tambi¨¦n que parte del ¨¦xito de su labor reside en esa discreci¨®n que aplica. Pero la huida de los focos le ha proporcionado, hasta el episodio de Ir¨¢n, una escasa reputaci¨®n entre aquellos a quienes representa: los europeos.
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