Las protestas policiales se extienden por Argentina mientras el Gobierno pide paz
Al menos nueve personas han muerto desde el principio de los saqueos, hace una semana La presidenta Cristina Fern¨¢ndez asegura que fueron planificados
La bola de las protestas policiales en Argentina no para de crecer. Y con ella, el drama de los saqueos y las muertes. Hace una semana los agentes de la provincia de C¨®rdoba extorsionaron a las autoridades al negarse a salir de los cuarteles hasta que no les subieran el sueldo. Y la ciudad, a 700 kil¨®metros de Buenos Aires, qued¨® en manos de los saqueadores. El gobernador peronista de C¨®rdoba, Jos¨¦ Manuel de la Sota, enfrentado al Gobierno peronista de Cristina Fern¨¢ndez, infravalor¨® el problema. A su vez, el Gobierno de Fern¨¢ndez cometi¨® el error de no enviarle refuerzos a su rival pol¨ªtico hasta que De la Sota no lo pidiera por el conducto reglamentario. A consecuencia de toda esa cadena de errores, la ciudad de 1,2 millones de habitantes qued¨® durante 35 horas en medio del caos, muri¨® una persona y decenas resultaron heridas. Finalmente, De la Sota otorg¨® a los polic¨ªas casi todo lo que exigieron. El salario b¨¢sico pas¨® de la miseria de sus 6.000 pesos (unos 500 euros en el mercado extraoficial) a multiplicarse por dos. Los polic¨ªas y el gobernador se mostraron sonrientes tras el acuerdo. Pero el problema solo acababa de empezar para el resto del pa¨ªs.
En menos de dos d¨ªas los polic¨ªas de cinco provincias argentinas comenzaron a exigir aumentos con parecidos m¨¦todos de fuerza. Conforme algunos gobernadores acced¨ªan a sus reclamos en otras provincias se acuartelaban otros agentes. En menos de una semana se produjeron decenas de saqueos en provincias como el Chaco, Tucum¨¢n, Jujuy, Entre R¨ªos o Santa Fe. El lunes por la ma?ana ya se contaban nueve muertos. La mayor¨ªa de ellos eran asaltantes de comercio. Pero tambi¨¦n falleci¨® asfixiado el propietario chino de un local en Glew y muri¨® baleado un subcomisario en el Chaco. La mecha de las protestas se hab¨ªa extendido por 17 provincias. En muchas de ellas los gobernadores aumentaron los sueldos y los agentes depusieron su actitud. Pero en siete a¨²n no se hab¨ªa llegado a ning¨²n acuerdo el lunes por la tarde.
El gran temor del Gobierno es que los saqueos lleguen al Gran Buenos Aires, la periferia de la capital, donde se concentra las mayores bolsas de pobreza del pa¨ªs. Para evitar el contagio, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, adelant¨® la paga extra de Navidad a medio mill¨®n de empleados p¨²blicos y decret¨® un aumento de sueldo para los polic¨ªas de casi el doble en sus salarios m¨ªnimos. Pasar¨¢n de los 4.700 pesos mensuales (390 euros si se cambian en el mercado negro, el ¨²nico donde se pueden conseguir euros) a los 9000 (750). Los polic¨ªas bonaerenses se quedan por debajo de sus compa?eros de C¨®rdoba, pero de momento parece que la mayor¨ªa se conforma. En cualquier caso, el Gobierno ha decidido reforzar con gendarmes nacionales la vigilancia de los supermercados de la periferia bonaerense.
El gobernador Jos¨¦ Manuel de la Sota acudi¨® el martes a la Casa Rosada para entrevistarse con el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Intentaron ofrecer un mensaje de unidad. ¡°Quiero pedir disculpas a los cordobeses, que seguramente esperaban mucho m¨¢s de nosotros, del Gobierno nacional, de la polic¨ªa, y de los propios vecinos que participaron del pillaje¡±, admiti¨® De la Sota. ¡°(Era) impensable para cualquier gobernante que esta reclamaci¨®n salarial derivaba en esta situaci¨®n que se vive en las provincias. (¡) Se rompi¨® el contrato social¡±, a?adi¨®.
Los saqueos y asesinatos se suced¨ªan mientras el Gobierno cortaba el tr¨¢fico de centro de Buenos Aires para festejar el martes 10 de diciembre los 30 a?os de Gobierno en democracia, desde que asumi¨® su mandato el dirigente de la Uni¨®n C¨ªvica Radical Ra¨²l Alfons¨ªn. La presidenta Cristina Fern¨¢ndez, que ha reducido de forma tajante sus apariciones en p¨²blico desde que le fue operada de un hematoma craneal y le descubrieron una arritmia en el coraz¨®n, hab¨ªa previsto pronunciar un discurso en la Casa Rosada. El Gobierno organiz¨® un concierto en la Plaza Mayor con la actuaci¨®n de grandes artistas locales como Le¨®n Gieco, la selecci¨®n nacional de Tango, Cacho Casta?a y Adriana Varela. Se hab¨ªa invitado a los cuatro expresidentes -Carlos Menem, Fernando De la R¨²a, Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢, Eduardo Duhalde- y a los familiares de Ra¨²l Alfons¨ªn. Todo estaba programado para ensalzar los valores que hicieron posible ¨Ca pesar de todos los pesares- la convivencia pac¨ªfica entre argentinos. Y de pronto, se col¨® en la fiesta el fantasma de los saqueos.
El alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, indic¨® que se deber¨ªan haber postergado los festejos. El diputado opositor Ricardo Alfons¨ªn, hijo del primer presidente de la democracia, tambi¨¦n pidi¨® que se aplazara la fiesta. Y el gobernador peronista del Chaco, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, aclar¨® que iba a asistir a la Casa Rosada porque la presidenta se lo pidi¨® ¡°personalmente", aunque advirti¨® de que no ten¨ªa ganas de "festejar nada".
Finalmente, la fiesta se celebr¨®. Y Cristina Fern¨¢ndez asegur¨® en su discurso de conmemoraci¨®n de los 30 a?os que los saqueos fueron planificados. "Yo no soy ingenua. No creo en las casualidades. Tampoco creo en los hechos que se generan por contagio, porque por contagio son las paperas o las varicelas", se?al¨®. "Siempre son en diciembre (los saqueos), parece que el contagio tiene fecha muy precisa. La presidenta a?adi¨® que los asaltos se ejecutaron con "precisi¨®n quir¨²rgica".
Los saqueos remiten a lo peor de la historia reciente argentina, a aquel diciembre de 2001 en que las calles de Buenos Aires se poblaron de ciudadanos que gritaban ¡°Que se vayan todos¡±. El Gobierno cree que el hecho de que los saqueos coincidan con la conmemoraci¨®n de los 30 a?os indica que se pretende desestabilizar al Gobierno. Pero lo cierto es que los reclamos de los agentes afectaron tanto a las provincias gobernadas por la oposici¨®n como a otras en manos de kirchneristas. Y solo piden m¨¢s dinero.
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