Eli¨¢n Gonz¨¢lez vuelve a viajar

Eli¨¢n Gonz¨¢lez ten¨ªa seis a?os de edad cuando el bote de aluminio en el que viajaba desde Cuba, junto a su madre y otros diez inmigrantes que no sobrevivieron a la traves¨ªa, zozobr¨® antes de alcanzar las costas de Estados Unidos. Despu¨¦s de pasar varios d¨ªas aferrado a una c¨¢mara de aire de neum¨¢tico y a la deriva en aguas del Estrecho de Florida, Eli¨¢n, que fue sacado de Cuba sin la autorizaci¨®n de su padre, fue rescatado por una pareja de pescadores estadounidenses. Era 25 de noviembre de 1999 y lo que sigui¨® fue una batalla legal de siete meses por la custodia del ni?o entre su t¨ªo abuelo paterno, residente en Miami, y su padre, que a¨²n vive en Cuba. Un proceso pol¨¦mico, que involucr¨® al Congreso de Estados Unidos y a los Tribunales Federales, marcado por las diferencias pol¨ªticas entre Washington y La Habana y que cada bando asumi¨® como una cruzada al estilo de la Guerra Fr¨ªa. El pasado 6 de diciembre, Eli¨¢n Gonz¨¢lez cumpli¨® 20 a?os y esta semana, viaj¨® por primera vez fuera de la isla desde aquel episodio, como parte de la delegaci¨®n cubana que asiste al XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Quito, para debatir sobre las luchas globales contra el imperialismo y defender el legado de la revoluci¨®n.

La imagen que el mundo recuerda de Eli¨¢n Gonz¨¢lez es la de un ni?o aterrado ante el ca?¨®n del fusil semiautom¨¢tico MP5 de un agente federal que le apunta, mientras uno de los pescadores que le rescat¨®, Donato Dalrymple, intenta protegerlo. Una fotograf¨ªa de Alan D¨ªaz, de la agencia Associated Press, tomada el 22 de abril de 2000: el d¨ªa que un grupo comando del Servicio de Naturalizaci¨®n e Inmigraci¨®n de Estados Unidos (INS, por sus siglas en ingl¨¦s) tom¨® por asalto la casa del t¨ªo abuelo de Eli¨¢n, L¨¢zaro Gonz¨¢lez, para llevarse al ni?o consigo, envuelto en una s¨¢bana, y entregarlo a su padre, Juan Miguel Gonz¨¢lez, en la base a¨¦rea de Andrew, en Washington. La operaci¨®n militar se llev¨® a cabo por orden del Departamento de Justicia de Estados Unidos, luego de que los parientes de Eli¨¢n se rehusaran a acatar la sentencia que negaba el asilo para el ni?o.

Eli¨¢n y su padre permanecieron en Estados Unidos hasta el 1 de junio de 2000, cuando sus familiares en Miami agotaron todas las instancias de apelaci¨®n. En La Habana fueron recibidos como h¨¦roes. De aquella celebraci¨®n a¨²n queda la Tribuna Antiimperialista, levantada frente a la Secci¨®n de Intereses de Estados Unidos en La Habana para reclamar la devoluci¨®n del ni?o desde donde el propio Eli¨¢n pronunci¨® su primer discurso a los 11 a?os, y a¨²n empleada en las ocasiones en que la revoluci¨®n requiere un ba?o de masas. En C¨¢rdenas, el pueblo natal del ni?o, a unos 150 kil¨®metros de distancia de la capital cubana, el Gobierno construy¨® el ¡°Museo de la Batalla de Ideas¡±, donde hay una sala dedicada a la gesta por la custodia de Eli¨¢n y una estatua del ni?o, con el pu?o en alto. Fidel Castro asisti¨® a la celebraci¨®n del cumplea?os n¨²mero 7 de Eli¨¢n y ¨¦l mismo le entreg¨® su primer carnet de la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas, el 5 de junio de 2008. Ya se hab¨ªa convertido en un s¨ªmbolo de la revoluci¨®n.

Al cumplir los 16 a?os, Eli¨¢n Gonz¨¢lez se apunt¨® en la Escuela Militar. Con ese uniforme verde olivo y de charreteras rojas desfil¨® dos a?os m¨¢s tarde para pedir a Estados Unidos otra liberaci¨®n: la de los cinco cubanos acusados de espionaje y detenidos en Estados Unidos desde 1998, de los cuales cuatro a¨²n cumplen penas de entre 15 y 30 a?os de c¨¢rcel. Se ha declarado dispuesto a morir por la revoluci¨®n y a Fidel Castro, lo considera un padre. Ya convertido en adulto y ante la pregunta de qu¨¦ habr¨ªa sido de su vida de haberse quedado en Estados Unidos, responde: ¡°Como los intereses del imperio son monopolizar el mundo, desarrollar industrias, obtener capital, tal vez podr¨ªa tener mucho dinero. O tal vez no. Podr¨ªa ser manipulado como un juguete (...) qui¨¦n sabe qu¨¦ pueda hacer el imperio con tal de continuar con sus patra?as. Me tomar¨ªan como una figura pol¨ªtica para manipularme a su forma¡±.