¡°Latinoam¨¦rica est¨¢ avanzando en la democracia de ejercicio¡±
El presidente de la CIDH habla del reconocimiento, cada vez m¨¢s amplio en el continente, de las resoluciones de la Corte
El jurista peruano Diego Garc¨ªa-Say¨¢n (Nueva York, 1950), presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), asegura que en estos ¨²ltimos a?os hemos asistido a ¡°una de las m¨¢s grandes revoluciones jur¨ªdicas en Am¨¦rica Latina¡±. Lo expres¨® en una frase el pasado 11 de noviembre el presidente de la Corte Suprema de Brasil, Joaquim Barbosa: ¡°La Corte Interamericana no es una corte extranjera¡±, unas palabras de las que se felicita especialmente Garc¨ªa-Say¨¢n. Se trata del reconocimiento, cada vez m¨¢s amplio en el continente, de que las resoluciones de la CIDH se deben incorporar a las jurisprudencias nacionales como propias, incluso aunque el pa¨ªs no haya sido parte en el caso. En pa¨ªses como M¨¦xico, Colombia y Per¨² este criterio ha sido establecido por sus altos tribunales. Es decir, que una sentencia sobre la obligaci¨®n de consulta previa a los ind¨ªgenas antes de explotar sus tierras en Ecuador, por ejemplo, es jurisprudencia v¨¢lida en Per¨². Y que una sentencia que condena la discriminaci¨®n por la orientaci¨®n sexual en Chile, como se ha dado, debe guiar cualquier proceso similar e cualquier otro pa¨ªs de Latinoam¨¦rica.
¡°Los jueces nacionales, que son aquellos con los que la gente tiene contacto, ya saben que tienen que utilizar los criterios de la Corte¡±, se felicita Garc¨ªa-Say¨¢n. En Latinoam¨¦rica ¡°hay muchos problemas, inequidad, abuso policial, crimen organizado, pero en medio de eso se dan pasos muy s¨®lidos para que la justicia se fortalezca con criterios internacionales. Latinoam¨¦rica est¨¢ avanzada en la democracia de origen. Ahora est¨¢ avanzando en la democracia de ejercicio¡±.
El presidente de la CIDH habla con especial satisfacci¨®n de M¨¦xico, un pa¨ªs con tal nivel de violencia ¡°que puede dar lugar a restringir severamente los derechos democr¨¢ticos, establecer una justicia sumaria, jueces sin rostro¡±. Y en vez de eso, ¡°hicieron una reforma constitucional importante¡± en 2011 en materia cuyo lema central es que ¡°siempre en una disyuntiva la autoridad debe favorecer los derechos humanos¡±, dice Garc¨ªa-Say¨¢n. A pesar de que ¡°como buenos herederos de Espa?a, tenemos tendencia a tener muchas leyes que no se cumplen¡±, ahora, el material de la CIDH ¡°no es una jurisprudencia que inspira, es obligatoria¡±.
Para que sea posible, se ha puesto en marcha una base de datos con toda la jurisprudencia de la Corte. Son 30.000 conceptos ordenados para que el autoridad judicial encuentre con facilidad ¡°el p¨¢rrafo preciso¡± sobre el problema que est¨¢ tratando. ¡°Yo mismo, como juez de la Corte tardaba en encontrar p¨¢rrafos precisos de la propia Corte. Ahora me demoro unos 10 segundos¡±, asegura.
Garc¨ªa-Say¨¢n fue elegido presidente de la Corte hace cuatro a?os. El pr¨®ximo 31 de diciembre finaliza mandato y el mi¨¦rcoles 18 presenta su ¨²ltimo informe de gesti¨®n como presidente en la sede en Washington de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), de quien depende el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Los retos de la CIDH para los pr¨®ximos a?os pasan por una mejor financiaci¨®n. ¡°Hemos conseguido un aumento sin precedentes del 50% del presupuesto en los ¨²ltimos cuatro a?os, pero a¨²n estamos muy lejos de poder cubrir los gastos corrientes. Tenemos que recurrir a la cooperaci¨®n de Espa?a, Noruega y Dinamarca¡±, explica el presidente. En el ¨¢mbito m¨¢s institucional, considera importante que la Corte sea ¡°m¨¢s interamericana¡±, fundamentalmente que sea reconocida su jurisdicci¨®n en Estados Unidos y Canad¨¢.
Adem¨¢s, Garc¨ªa-Say¨¢n no se cansa de advertir contra la tentaci¨®n de eludir ¡°el papel democr¨¢tico y respetuoso del orden por parte de las autoridades¡± como consecuencia del crimen organizado. Se trata de ¡°la permanente tentaci¨®n que tiene la sociedad para acortar caminos y utilizar m¨¦todos expeditivos para aplicar justicia¡±.
Garc¨ªa-Say¨¢n se refiere a los pa¨ªses con las tasas de homicidios m¨¢s grandes del mundo, en Centroam¨¦rica y M¨¦xico, antes citado. ¡°Es un tema de enorme gravedad. Nadie puede pretender que un gobierno en M¨¦xico u Honduras resuelva la criminalidad [por s¨ª solo]. Es una visi¨®n simplista, casi colegial. En los lugares donde se ha reducido el crimen, como Ciudad Ju¨¢rez, ha habido otros elementos aparte de polic¨ªa¡±.
Uno de los principales reveses en este tiempo ha sido el rechazo por parte del Gobierno bolivariano de Venezuela a la jurisdicci¨®n de la Corte y su salida de facto del Sistema de Derechos Humanos, con el argumento de sentirse injustamente fiscalizado por un ¨®rgano que considera politizado. Ecuador ha amenazado con seguir los mismos pasos, pero no lo ha concretado. ¡°No avizoro que pueda haber un proceso de domin¨® de pa¨ªses que comiencen a retirarse del Sistema. Con un manejo claro y en¨¦rgico de las sus atribuciones y respetuoso con los pa¨ªses soberanos se puede tener un di¨¢logo constructivo¡±.
Tras dejar la Presidencia, Garc¨ªa-Say¨¢n ser¨¢ magistrado de la CIDH por dos a?os m¨¢s. ¡°No s¨¦ si me voy a estresar por falta de adrenalina¡±, bromea. Aparte de lo institucional, su balance personal es completamente entusiasta. ¡°Le he metido alma, coraz¨®n y vida para que la Corte estuviera presente en todos lados. El proyecto me ha fascinado. Yo sal¨ªa del ¨¢mbito ejecutivo, y eso de trabajar en un ¨®rgano colegiado discutiendo sentencias voluminosas no iba conmigo. Pero acaba siendo un trabajo muy interesante de creaci¨®n de derecho¡±. Insiste en esta idea: ¡°Creaci¨®n de derecho¡±. Se refiere a que ¡°los tratados no llegan a toda la casu¨ªstica. Ha habido una tarea de creaci¨®n de derechos en temas que hasta hace cinco o seis a?os a nadie se le hubiera ocurrido que se iban a resolver¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.