Las rocas de la discordia
Un arma de EE UU para contener el nacionalismo de Pek¨ªn se llama India
Hacia el centro de un tri¨¢ngulo formado al sur por Taiwan, al norte por Jap¨®n, y al oeste por China, hay unas islillas que los japoneses llaman Senkaku y los chinos Diaoyu, ba?adas por un mar de petr¨®leo. Y Jap¨®n, China y EE?UU viven hoy por ellas un esbozo de Guerra Fr¨ªa.
La cartograf¨ªa de Pek¨ªn incluye ese diminuto territorio en sus l¨ªmites soberanos; pero con la guerra chino-japonesa de 1894-95, un Jap¨®n victorioso sustitu¨ªa al imperio del centro como potencia predominante en Corea, y adquir¨ªa Taiwan, junto a una cadena de islas, prolongaci¨®n de Okinawa, al sur del archipi¨¦lago japon¨¦s. El Tratado de San Francisco de 1945, que puso fin a la II Guerra Mundial, parec¨ªa endosar esos islotes, pero sin enumerarlos. Y en 1978, el l¨ªder chino Deng Hsiao-ping acordaba con sus anfitriones en visita oficial a Jap¨®n que las disputas territoriales quedaban para un futuro tambi¨¦n indeterminado, extremo que, sin embargo, Jap¨®n siempre ha desmentido. Pero ese futuro ha llegado ya.
En septiembre de 2012 el Gobierno japon¨¦s compraba Senkaku a un prominente pol¨ªtico nacionalista. Y la iron¨ªa es que lo que Tokio tem¨ªa, que el nuevo propietario provocara un incidente con Pek¨ªn, es lo que ha ocurrido como consecuencia de la entrada del Gobierno nip¨®n en escena. El l¨ªder chino Xi Jinping calificaba de ¡°farsa¡± la operaci¨®n, y se suced¨ªa una serie de marchas y contramarchas en alta mar por emisarios de ambas nacionalidades, m¨¢s alguna incursi¨®n filipina y surcoreana. El remate de todo ello ha sido la delimitaci¨®n china de una zona de identificaci¨®n a¨¦rea, que se extiende hasta esas aguas, a lo que replicaba de inmediato Se¨²l extendiendo la suya propia hasta solaparla con la de Pek¨ªn. Esa zona no es de aguas territoriales, pero s¨ª permite exigir que los intrusos se identifiquen y acaten instrucciones de la defensa local.
Xi trata, seg¨²n la sinolog¨ªa al abasto, de consolidar su poder exhibiendo m¨²sculo nacionalista con el apoyo de las FF?AA. Y recientemente se reedit¨® un libro del coronel Liu Mingfu titulado El sue?o de China. Pensamiento y estrategia de gran potencia en la era pos-americana, en el que se afirma que ¡°China vuelve donde hab¨ªa estado durante 1.000 a?os, tras el siglo de las humillaciones¡±, y si esas islas estuvieran en manos extranjeras, podr¨ªan detectar el paso de la flota de submarinos china hacia el Pac¨ªfico central.
EE?UU debe por tratado defender Jap¨®n ante cualquier ataque y el presidente Obama prev¨¦ que dos terceras partes de la fuerza naval norteamericana se estacionen en Asia de aqu¨ª a 2020, al tiempo que redobla la cooperaci¨®n militar con Se¨²l y Manila, mientras que Pek¨ªn ve en todo ello las formas de un cerco ante sus propias costas.
Est¨¢ de moda un cierto p¨¢nico ante el coloso asi¨¢tico. Pero EE?UU tiene bazas muy poderosas con que contener el rabioso nacionalismo pequin¨¦s. Una se llama India.
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