¡°En Colombia creen que los que pedimos paz con justicia somos de derechas¡±

Iv¨¢n Duque M¨¢rquez (Bogot¨¢, 1976) apura sus ¨²ltimos d¨ªas en Washington antes de sumergirse de lleno en la campa?a electoral de las elecciones colombianas que se celebran el pr¨®ximo mes de abril. Tras m¨¢s de una d¨¦cada dedicado a la cooperaci¨®n y el desarrollo en Naciones Unidas y en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los dos ¨²ltimos como jefe de la Divisi¨®n de Asuntos Culturales, Solidaridad y Creatividad de esta instituci¨®n, Duque ha decidido adentrarse en la pol¨ªtica de su pa¨ªs de la mano de Uribe Centro Democr¨¢tico, donde ocupa el n¨²mero siete en la lista al Senado del partido fundado por el expresidente ?lvaro Uribe, de quien fue asesor cuando ¨¦ste ocup¨® la Casa de Nari?o.

Este abogado de 37 a?os, sin embargo, no es ajeno a los entresijos del poder. Su padre, Iv¨¢n Duque Escobar, fue ministro de Minas y Energ¨ªa con Belisario Betancur y Registrador Nacional durante el Gobierno de Andr¨¦s Pastrana. Duque trabaj¨® en el Ministerio de Hacienda, cuando al frente de la cartera estaba el actual presidente Juan Manuel Santos, y, en su etapa como jefe de la delegaci¨®n de Colombia ante el BID, entabl¨® una estrecha relaci¨®n con el actual candidato de su partido, ?scar Iv¨¢n Zuluaga.

¡°Es un gran l¨ªder. Tiene algo muy valioso como pol¨ªtico que lo diferencia de todos sus competidores. Fue concejal primero y luego alcalde de un pueblo, Pensilvania, Caldas, y eso le da la capacidad de tener un di¨¢logo franco con quienes est¨¢n en la pol¨ªtica municipal. Fue empresario y eso le otorga una gran validez para hablarle al sector privado con conocimiento y experiencia. Tambi¨¦n ha sido senador y ministro de Hacienda durante la peor crisis econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n. ?scar Iv¨¢n tiene esas cuatro velocidades para interactuar, desde lo m¨¢s micro de la pol¨ªtica hasta lo m¨¢s t¨¦cnico de la Administraci¨®n p¨²blica¡±, dice Duque del candidato a la presidencia de su partido.

Duque habla con convicci¨®n y entusiasmo sobre Zuluaga y ve con optimismo las posibilidades de un candidato, el principal opositor que tiene Santos, que no acaba de despegar en las encuestas pese al apoyo personal de Uribe. El abogado no cree que la sombra del expresidente est¨¦ siendo un lastre para las aspiraciones reales de Zuluaga. ¡°?scar Iv¨¢n es el contrincante visible de Santos y en la medida en que ¨¦l siga recorriendo el pa¨ªs, explicando su discurso y venciendo los niveles de desconocimiento sobre su figura que todav¨ªa existen en Colombia, va a encontrar una muy buena sinton¨ªa, al margen de ser el candidato que Uribe respalda. ?l, como persona, tiene entidad propia¡±.

El ya antiguo responsable de la divisi¨®n de Cultura del BID tampoco teme que el excesivo personalismo de Uribe y la actitud caudillista, que varios analistas coinciden en que el expresdiente est¨¢ ejerciendo sobre el partido que lleva su nombre, pueda atenazar a su grupo parlamentario o limitar su propia capacidad pol¨ªtica. ¡°Uribe es una persona de equipos, es un l¨ªder, s¨ª, pero la cabeza visible de un equipo, lo fue durante sus dos Administraciones. Uribe no es una persona que restrinja el debate ni las ideas, sino que las escucha y ayuda a construir acuerdos, esa es la experiencia que yo tengo¡±. En ese sentido, Duque tiene la ¡°convicci¨®n¡± de que en el Parlamento ¨¦l podr¨¢ expresar sus propios puntos de vista. ¡°Habr¨¢ temas donde el partido no tenga consensos y el cabeza de la formaci¨®n deber¨¢ dejar libertad a la bancada y otros en los que tendremos que estar unificados. Eso es la pol¨ªtica¡±.

En uno de los asuntos en los que no parece haber fisuras dentro de Uribe Centro Democr¨¢tico es en la oposici¨®n a las actuales negociaciones con las FARC. ¡°Nosotros no estamos dinamitando el proceso. Lo que queremos decirle al presidente Santos es que no haga una paz con impunidad, que no permita que a los ¨®rganos de representaci¨®n pol¨ªtica lleguen personas que hayan cometido delitos atroces y que, por favor, no permita que la agenda del pa¨ªs se discuta con estos grupos. Se trata de una posici¨®n leg¨ªtima, democr¨¢tica, ideol¨®gica y social, y lo que estamos tratando de hacerle ver al Gobierno es que tenga en cuenta estos puntos, que tenga en cuenta lo que otro grupo de colombianos que no se identifica con sus opiniones, defiende¡±.

¡°En Colombia hay un sector pol¨ªtico que cree que quienes estamos pidiendo una paz con justicia somos de derechas, pero eso es una visi¨®n maniquea de la pol¨ªtica colombiana. Nuestro partido no es de derechas, es un partido de defensa de los derechos, porque una paz con impunidad solo genera nuevos incentivos para que los grupos armados adquieran el poder suficiente para doblegar al Estado en una negociaci¨®n¡±, argumenta Duque cuando se le pregunta por la polarizaci¨®n pol¨ªtica que las negociaciones con las FARC est¨¢n provocando en Colombia.

¡°Habr¨¢ temas donde el partido no tenga consensos y Uribe deber¨¢ dejar libertad a la bancada y otros en los que tendremos que estar unificados"

Esa paz sin impunidad que reclama Duque es la misma de la que se acusa a su jefe de filas de permitir en el proceso de di¨¢logo con los paramilitares. "Yo hubiera deseado m¨¢s drasticidad en las penas en ese proceso de sometimiento a la justicia delos grupos paramilitares, pero las diferencias con el de las FARC son claras, all¨ª existi¨® la observancia internacional de la OEA, hubo cesaci¨®n de sus actividades criminales y a quienes no las cesaron se les suspendieron los beneficios, hubo penas privativas de libertad y quienes siguieron cometiendo delitos desde la c¨¢rcel fueron extraditados. Adem¨¢s con ellos no se discuti¨® ning¨²n tema de agenda del pa¨ªs", puntualiza con rotundidad.

M¨¢s all¨¢ de los di¨¢logos con la guerrilla, Duque defiende con vehemencia el programa con el que su partido se presenta a las elecciones. En el fervor que muestra en sus argumentos, claros y pedag¨®gicos, no se esconde una visi¨®n cr¨ªtica hacia la gesti¨®n del actual Gobierno pero tampoco se oculta una actitud de consideraci¨®n hacia el rival pol¨ªtico. ¡°Creo que ha llegado el momento de trasladar mi experiencia en temas de desarrollo a mi pa¨ªs y tener la posibilidad de trabajar en un lugar donde se dise?an las pol¨ªticas p¨²blicas¡±, se?ala.