Snowden, el delator que removi¨® los cimientos de la Inteligencia de EE UU
Las filtraciones del inform¨¢tico se han convertido en la mayor amenaza de la historia para la seguridad nacional estadounidense y han minado la credibilidad internacional del pa¨ªs
¡°Ha hecho un da?o innecesario a los servicios de inteligencia y a la diplomacia de Estados Unidos¡±. As¨ª resum¨ªa Barack Obama las consecuencias que para este pa¨ªs han tenido las revelaciones sobre los programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) que Edward Snowden ha ido destilando a la prensa en estos seis ¨²ltimos meses. Las filtraciones sobre el espionaje masivo de la Administraci¨®n estadounidense han convertido al inform¨¢tico de 30 a?os no s¨®lo en el delator m¨¢s famoso de la historia de este pa¨ªs, por encima de Chelsea Manning o Daniel Ellsberg, sino en la mayor amenaza para la seguridad nacional en la historia de EE UU y en un lastre que ha puesto en jaque la credibilidad internacional , no s¨®lo de Washington, sino de su propio presidente.
En noviembre, Michael Morell, el ex n¨²mero dos de la CIA durante el primer mandato de Obama, aseguraba al programa de televisi¨®n 60 minutes que las de Snowden eran ¡°las filtraciones m¨¢s importantes y las m¨¢s comprometedoras para la comunidad de Inteligencia estadounidense de la historia¡±. Los m¨¦todos de recopilaci¨®n de llamadas telef¨®nicas, los programas de captaci¨®n de datos, desarrollados en connivencia con los gigantes de Internet, la pirater¨ªa realizada en China, las pruebas sobre el espionaje a l¨ªderes mundiales y empresas extranjeras..., las revelaciones del exanalista de la NSA han puesto en evidencia la magnitud, permeabilidad, falta de control y dudosa legalidad de las t¨¦cnicas de vigilancia de la Administraci¨®n estadounidense.
Para los servicios de Inteligencia, adem¨¢s de por el riesgo que presenta el hecho de airear las entra?as y el cuestionable funcionamiento de sus agencias de espionaje -algo que ha permitido a los grupos terroristas cambiar su modus operandi para evitar que sus comunicaciones sean interceptadas, seg¨²n han sostenido sus principales responsables, el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, y el jefe de la NSA, el general Keith Alexander, en las m¨²ltiples audiencias a las que se han sometido este a?o en el Congreso-, el principal peligro que implica la sustracci¨®n de los alrededor de 20.000 documentos realizada por Snowden es la incertidumbre de que ¨¦stos hayan ca¨ªdo en poder de China o Rusia y, de confirmarse esas sospechas, las grav¨ªsimas consecuencias que se derivar¨ªan para la seguridad nacional.
¡°Los documentos de Snowden han provocado un debate nacional e internacional sobre los sistemas de vigilancia de EE UU de los que se va a derivar un cambio en el funcionamiento de la NSA, que ya est¨¢ en marcha¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica Judd Legum, vicepresidente de Comunicaciones del Center for American Progress. Obama anunciar¨¢ los cambios en la forma de proceder de la NSA a su regreso de las vacaciones de Navidad, en un intento por atemperar la indignaci¨®n internacional suscitada por la constataci¨®n del espionaje de Washington a l¨ªderes aliados, por atajar las suspicacias de los gigantes tecnol¨®gicos, que han visto peligrar su modelo de negocio en el exterior al desvelarse su complicidad en las pr¨¢cticas de vigilancia de la agencia, y por dar validez al inter¨¦s manifestado por el propio mandatario por encontrar un equilibrio entre la seguridad y la privacidad.
En ese empe?o, la Administraci¨®n ha hecho p¨²blicos varios documentos con datos ilustrativos sobre varios programas de inteligencia y las ¨®rdenes judiciales secretas que los autorizaban, pero la mayor¨ªa de los analistas coinciden en que no son suficientes ni reveladores de la magnitud de las pr¨¢cticas de espionaje al que la NSA ha mantenido sometidos durante d¨¦cadas a los ciudadanos estadounidenses y extranjeros. ¡°Han puesto m¨¢s empe?o en justificar la legitimidad y la importancia de esos programas para la lucha antiterrorista que en la transparencia¡±, explican desde la Uni¨®n Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Traidor o patriota
Desde que comenz¨® el goteo de filtraciones, el Gobierno de EE UU trat¨® de presentar a Snowden como un traidor que, con sus acciones, s¨®lo pon¨ªa en riesgo la lucha antiterrorista del pa¨ªs, para la que los programas de vigilancia desvelados por el analista hab¨ªan sido vitales. Desde el portavoz de la Casa Blanca, hasta los m¨¢ximos responsables de los comit¨¦s de Inteligencia del Capitolio, pasando por los responsables de las agencias de seguridad de la Administraci¨®n, todos insistieron en que las pr¨¢cticas de la NSA no s¨®lo eran legales sino que hab¨ªan ayudado a desbaratar atentados de grupos afines a Al Qaeda.
Seis meses de filtraciones
- El 5 de junio The Guardian revela que la NSA controla el rastro de las llamadas telef¨®nicas de los clientes de la compa?¨ªa Verizon.
- Un d¨ªa despu¨¦s el diario brit¨¢nico y The Washington Post informan de la existencia del programa PRISMA, que permite al Gobierno recopilar datos de los clientes de las grandes empresas tecnol¨®gicas.
- El 9 de junio, Edward Snowden, confiesa, en una entrevista realizada desde Hong Kong, en donde se refugi¨® el 20 de mayo, cuando huy¨® de EE UU, que ¨¦l es el responsable de las filtraciones de los programas de la NSA. Tras no recibir asilo por parte del Gobierno de la ciudad administrativa, vol¨® a Rusia donde, tras varias semanas en tierra de nadie en el aeropuerto internacional de Mosc¨², se le concedi¨® asilo temporal el 1 de agosto.
- A mediados de agoto, el Post filtra una auditor¨ªa interna de la NSA que concluye que la agencia viol¨® los l¨ªmites de las ¨®rdenes judiciales que autorizaban sus programas de vigilancia en miles de ocasiones. A finales de ese mes, el mismo peri¨®dico desvelaba el presupuesto confidencial de la NSA, del que se coligen las prioridades de los servicios de inteligencia de EE UU. Para muchos analistas, ¨¦sta ha sido la filtraci¨®n que m¨¢s ha perjudicado a la seguridad nacional del pa¨ªs.
- El 1 de septiembre, el diario brasile?o O Globo informa de que EE UU ha espiado a ciudadanos de ese pa¨ªs. Tras constatarse que tambi¨¦n hab¨ªan vigilado las comunicaciones personales de la presidenta, Dilma Rousseff, y de la compa?¨ªa petrolera Petrobras, la mandataria cancela su visita oficial a Washington.
- El 14 de octubre, The Washington Post desvela que la NSA ha estado recopilando informaci¨®n de millones de correos electr¨®nicos y chats, no s¨®lo de ciudadanos extranjeros, sino de estadounidenses.
- Diez d¨ªas despu¨¦s, Der Spiegel informa de que la NSA hab¨ªa pinchado el tel¨¦fono personal de la canciller alemana, Angela Merkel y The Guardian anuncia que esas mismas pr¨¢cticas se han seguido con decenas de l¨ªderes extranjeros. Las revelaciones ponen en jaque el inicio de las negociaciones del tratado de libre comercio.
- El 4 de diciembre se publica que la NSA ha vigilado 5.000 millones de llamadas de tel¨¦fonos m¨®viles en todo el mundo a trav¨¦s de los que rastreaba las localizaciones de sus ciudadanos.
- Cuatro d¨ªas despu¨¦s, las principales compa?¨ªas tecnol¨®gicas env¨ªan una carta al presidente Barack Obama pidi¨¦ndole que acelere la revisi¨®n de la NSA.
- El 16 de diciembre, un juez federal cuestiona la constitucionalidad del programa de recopilaci¨®n de llamadas. Poco m¨¢s de una semana despu¨¦s, otro juez federal fallaba que s¨ª es legal.
- El 19 de diciembre, el informe del comit¨¦ de expertos encargado de la revisi¨®n de la NSA, recomienda que se limite la extensi¨®n de los programas de espionaje de la agencia.
El car¨¢cter mesi¨¢nico del analista y su huida y petici¨®n de asilo a pa¨ªses con un cuestionado historial de respeto por los derechos humanos, como China, Rusia o Ecuador, fomentaron, en un primer momento, las dudas sobre la verdadera intenci¨®n de Snowden. Con endeble preparaci¨®n acad¨¦mica -no tiene t¨ªtulo universitario y no se sac¨® la secundaria por la v¨ªa ordinaria-, supli¨® su falta de ¨¦xito en los estudios con sus conocimientos inform¨¢ticos y de Internet, una experiencia muy codiciada por los servicios de Inteligencia estadounidenses tras el 11-S.
El exanalista desarroll¨® esa pericia digital que le abri¨® las puertas a las oquedades del espionaje de EE UU en Ellicot City, Maryland, a escasos kil¨®metros del cuartel general de la NSA, en Fort Meade, a donde sus padres se trasladaron tras residir brevemente en Willmington, Carolina del Norte, donde Snowden naci¨® el 21 de junio de 1983. En 2003, Snowden hizo su incursi¨®n en los servicios de Inteligencia estadounidenses como vigilante de la NSA en una de las instalaciones encubiertas que la agencia tiene en la universidad de Maryland, para incorporarse, en 2006, a la CIA. Un a?o despu¨¦s fue trasladado a Ginebra (Suiza) en donde comenz¨® a cuestionarse la legitimidad de las pr¨¢cticas de la Administraci¨®n. El inform¨¢tico abandon¨® la agencia y, en 2009, volvi¨® a la NSA, que lo traslad¨® a Jap¨®n. Meses antes de sustraer los documentos sobre los programas de la agencia, el analista comenz¨® a trabajar para la empresa Booz Allen Hamilton como analista de sistemas de la NSA en Hawai.
En sus escasas entrevistas y apariciones p¨²blicas, la ¨²ltima el d¨ªa de Navidad en una televisi¨®n brit¨¢nica, Snowden siempre ha reivindicado que su verdadera preocupaci¨®n radica en denunciar el control de EE UU a sus ciudadanos y que su ¨²nico inter¨¦s es la reivindicaci¨®n de la libertad de expresi¨®n, el derecho a la privacidad y a la discrepancia pol¨ªtica. ¡°Yo no quer¨ªa cambiar a la sociedad, lo que quer¨ªa era darle a la sociedad los medios para poder cambiar por s¨ª misma¡±, se?al¨® el analista a The Washington Post en una entrevista publicada el d¨ªa de Noche Buena.
Jaque a la pol¨ªtica exterior
La fuga, primero, y las revelaciones del espionaje a l¨ªderes internaciones, despu¨¦s, han supuesto un traspi¨¦s para la agenda internacional del segundo mandato de Obama. La filtraci¨®n sobre las pr¨¢cticas de pirater¨ªa de la NSA a empresas y universidades chinas elimin¨® la superioridad moral con la que EE UU pretend¨ªa presentarse ante China en la cumbre bilateral entre ambos presidentes, que se celebr¨® a principios de junio en California, para exigirle a Pek¨ªn que cumpliera con las normas internaciones en materia de ciberespionaje; el discurso ante la puerta de Brandeburgo de Obama en Berl¨ªn, que pretend¨ªa ser hist¨®rico, se vio empa?ado por el esc¨¢ndalo de la vigilancia; la andanada diplom¨¢tica para impedir que ning¨²n pa¨ªs concediera asilo a Snowden, seguido del incidente del avi¨®n del presidente de Bolivia, Evo Morales, en Europa, cuestion¨® la estrategia de aproximaci¨®n en pie de igualdad hacia Am¨¦rica Latina de la Casa Blanca, dando p¨¢bulo a los pa¨ªses de la regi¨®n m¨¢s beligerantes con Washington para desempolvar las acusaciones de imperialismo; la concesi¨®n de asilo temporal al exanalista por parte de Rusia, provoc¨® la cancelaci¨®n del encuentro entre Obama y su hom¨®logo ruso, Vladimir Putin, prevista para septiembre, y la congelaci¨®n de la pol¨ªtica de acercamiento que inici¨® el presidente estadounidense al llegar al Despacho Oval, muy da?ada ya por los desencuentros con Mosc¨² en asuntos como Siria o Ir¨¢n.
Las informaciones sobre el espionaje a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, publicadas en el diario O Globo, planearon sobre la cumbre del G-20 de San Petersburgo, obligando a Obama a pedir perd¨®n personalmente a su hom¨®loga. Las disculpas no fueron suficientes y Rousseff cancel¨® la visita oficial a Washington, concertada para octubre. Cuando las filtraciones de Snowden desvelaron que los programas de la NSA contemplaban la vigilancia de m¨¢s de una treintena de l¨ªderes mundiales, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro franc¨¦s, Francoise Hollande, o el presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, incluso cuando ¨¦ste a¨²n era candidato, la Casa Blanca se vio obligada a cambiar de estrategia, pasando de asegurar que todos los Gobiernos realizaban esas pr¨¢cticas a reconocer que la Casa Blanca no estaba al tanto del alcance del espionaje de sus servicios de Inteligencia, una excusa que The New York Times calific¨® de ¡°pat¨¦tica¡± en un editorial.
Protecci¨®n de la privacidad
La constataci¨®n de la vigilancia del m¨®vil personal de Merkel estuvo a punto de provocar la suspensi¨®n del comienzo de las negociaciones del ambicioso tratado de libre comercio entre EE UU y la Uni¨®n Europea que, de hacerse realidad, se convertir¨ªa en la mayor zona de transacciones comerciales del mundo. El malestar por el espionaje indiscriminado llev¨® a la Asamblea General de Naciones Unidas, el pasado 20 de diciembre, a adoptar por unanimidad una resoluci¨®n, promovida por Alemania y Brasil, que contempla la protecci¨®n de la privacidad en la era de las telecomunicaciones y las nuevas tecnolog¨ªas.
Seis meses despu¨¦s de su primera filtraci¨®n, Snowden no est¨¢ en una prisi¨®n, como ¨¦l mismo tem¨ªa y EE UU deseaba"
Esta resoluci¨®n, no vinculante pero ilustrativa de la oposici¨®n internacional a las pr¨¢cticas de vigilancia indiscriminada de EE UU, fue el ¨²ltimo de los reveses que el sistema de espionaje estadounidense recibi¨® en una semana que comenz¨® el lunes 16, con el primer fallo judicial del pa¨ªs que cuestionaba la constitucionalidad de los programas de la NSA, desde que comenzara el goteo de filtraciones, al que sigui¨®, un d¨ªa despu¨¦s, la petici¨®n de mayor rapidez en la ejecuci¨®n de los cambios en la agencia que le trasladaron los l¨ªderes de los gigantes tecnol¨®gicos del pa¨ªs a Obama durante una reuni¨®n en la Casa Blanca. El jueves 19 se hac¨ªa p¨²blico el informe elaborado por el comit¨¦ de expertos, nombrado por el presidente en verano para revisar el funcionamiento de la NSA, en el que se recomendaba limitar la capacidad de espionaje de la agencia y modificar su estructura. Este viernes, sin embargo, una nueva sentencia de otro juez federal conclu¨ªa a favor de la legalidad de las t¨¦cnicas de recopilaci¨®n de llamadas de la agencia, en sinton¨ªa con los argumentos defendidos por la Administraci¨®n.
Seis meses despu¨¦s de su primera filtraci¨®n, Snowden no est¨¢ en una prisi¨®n, como ¨¦l mismo tem¨ªa y EE UU deseaba. Por el contrario, vive c¨®modamente en Mosc¨², del sueldo que recibe de su trabajo en una p¨¢gina web rusa y de aportaciones de grupos a favor de las libertades civiles, tiene nueva novia y sus filtraciones siguen copando los titulares e incomodando a Washington. El analista est¨¢ satisfecho, sostiene, por haber dado a conocer las pr¨¢cticas orwellianas del Gobierno de su pa¨ªs, demostrando que ni para los ciudadanos estadounidenses ni para los propios legisladores es suficiente ya con apelar a la amenaza terrorista o al 11-S para justificar la invasi¨®n de la intimidad.
Ni para los ciudadanos estadounidenses ni para los propios legisladores es suficiente ya con apelar a la amenaza terrorista o al 11-S para justificar la invasi¨®n de la intimidad"
Snowden ha relanzado el debate sobre el respeto al derecho a la privacidad en la era digital y ha zarandeado, como nadie antes en la historia del pa¨ªs, los andamios de los servicios de inteligencia de EE UU. Al comienzo de su mandato, Obama declar¨® que la suya ser¨ªa la Administraci¨®n ¡°m¨¢s abierta y transparente de la historia¡± y predic¨® con el ejemplo desclasificando varios documentos sobre las t¨¦cnicas de interrogatorios durante la ¨¦poca de George W. Bush, rompiendo con una tradici¨®n de secretismo gubernamental que fue recibida como un buen augurio sobre la apertura del brazo Ejecutivo. Ahora, las filtraciones de Snowden han llevado a la Casa Blanca a redefinir esa estrategia, oblig¨¢ndola a empezar a airear parte de las cloacas de los servicios de Inteligencia, para acallar el resquemor nacional e internacional. Para ver si es suficiente, habr¨¢ que esperar a las conclusiones sobre el proceso de revisi¨®n de la NSA que el presidente de EE UU anunciar¨¢ en enero.
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