La pena de muerte en EEUU, en el nivel m¨¢s bajo desde hace 20 a?os
Con 18 Estados abolicionistas del total de 50, en EEUU se han ejecutado 39 personas en 2013, m¨¢s de la mitad de ellas en Texas y Florida
La opini¨®n p¨²blica estadounidense la rechaza como nunca antes en los ¨²ltimos 40 a?os -dato importante si el Supremo tuviera que revisar su constitucionalidad-. Seg¨²n el sondeo anual de Gallup, el apoyo a la pena de muerte ha ca¨ªdo a una cifra del 60%, con un 40% de la gente encuestada declarando que no cree que se administre de forma justa. El a?o 2013 concluye con cifras esperanzadoras de que Estados Unidos deje alg¨²n d¨ªa de ser el ¨²nico p¨¢is de Occidente que mantiene en su ordenamiento jur¨ªdico la brutal pr¨¢ctica de la pena de muerte.
En 2013, los Estados cometieron 39 homicidios legales ¨Cla segunda vez desde 1994 que ese n¨²mero ha bajado de 40-. En 2013, Maryland se convirti¨® en el sexto Estado en abolir la m¨¢xima pena en los ¨²ltimos seis a?os, lo que eleva la cifra de los Estados abolicionistas a 18 (m¨¢s el Distrito de Columbia y sumado al hecho de que el estamento militar y el sistema federal la mantienen en hibernaci¨®n). En 2013, el boicot europeo de no vender al sistema de prisiones de EE UU los medicamentos necesarios para ejecutar a los prisoneros con la inyecci¨®n letal se hizo notar y varios Estados tuvieron que posponer sus ejecuciones debido a la falta de alternativas.
El Centro de Informaci¨®n sobre la Pena de Muerte (DPIC, siglas en ingl¨¦s), una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro contraria a la pena de muerte y que documenta tal pr¨¢ctica, asegura en su informe anual que la pena capital se encuentra en uno de sus momentos m¨¢s bajos desde que fue reinstaurada por el Tribunal Supremo en 1976. Este a?o se han dictado solo 80 nuevas sentencias a muerte, tres m¨¢s que en 2012 pero muy lejos de las 315 que se fallaron en 1996.
La pena de muerte es arbitraria, racialmente sesgada e irresolubre. Mientras que se hace cada vez m¨¢s infrencuente en una parte del pa¨ªs en otra se enquista como una epidemia inmune a la vacuna de la raz¨®n. Las 80 sentencias a muerte que se dictaron en 2013 provienen de solo un 2% de los condados de todo el pa¨ªs y las 39 ejecuciones se llevaron a cabo en un 1% de esos condados, seg¨²n el DPIC. El 85% de todos los condados de la naci¨®n no ha llevado a cabo una sola ejecucui¨®n en m¨¢s de 45 a?os.
De las 39 condenas llevadas a cabo en 2013, m¨¢s de la mitad ocurrieron en Texas y Florida (16 y 7 respectivamente). Oklahoma tuvo seis; Ohio tres; Arizona y Misuri dos cada uno; y Alabama, Georgia y Virginia, una. Pero incluso Texas, el Estado l¨ªder en pena de muerte, est¨¢ lejos de su propio ¨Cy triste- record: en 1999 dict¨® 48 sentencias a muerte; este a?o solo nueve ¨Cel sexto a?o seguido que ese Estado dicta menos de 10 sentencias-.
Para Richard Dieter, director ejecutivo del DPIC, el declive de la pena de muerte tiene que ver con el hecho de que la gente es ahora consciente de que se han producido errores y no tienen vuelta atr¨¢s. ¡°Que gente inocente pueda ser ejecutada ha conmocionado a la sociedad hasta el punto de que es m¨¢s dif¨ªcil que los fiscales y los jurados la busquen como condena¡±, escribe Dieter. ¡°Se est¨¢ produciendo un cambio en la sociedad¡±, apunta.
Tanto Texas como otros Estados adoptan cada d¨ªa m¨¢s la imposici¨®n de cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional, lo que supone otro importante factor en el declive de la pena de muerte. Jueces, fiscales y v¨ªctimas aceptan dejar fuera la m¨¢xima pena al garantiz¨¢rseles que los criminales morir¨¢n en prisi¨®n. A este punto se suma el hecho ¨Cpor mucho que la opini¨®n generalizada crea lo contrario- de que la pena de muerte es muy cara, hasta seis veces m¨¢s que una cadena perpetua, debido a la posibilidad de recursos y apelaciones que alargan indefinidamente el proceso.
La opini¨®n p¨²blica estadounidense la rechaza como nunca antes en los ¨²ltimos 40 a?os. Seg¨²n el sondeo anual de Gallup, el apoyo a la pena de muerte ha caido a una cifra del 60%, con un 40% de la gente encuestada declarando que no cree que se administre de forma justa
Florida, sin embargo, sigue apostando fuerte por tan salvaje castigo y ha declarado su intenci¨®n de matar a m¨¢s gente y de forma m¨¢s r¨¢pida con la aprobaci¨®n de una norma que expedita el proceso legal para la ejecuci¨®n.
Arkansas, Carolina del Norte y California han tenido que dejar en suspenso en los ¨²ltimos a?os sus ejecuciones por no lograr un protocolo aceptable a la hora de aplicar la inyecci¨®n letal debido a la falta del anest¨¦sico que duerme al preso. El boicot europeo jug¨® aqu¨ª un importante papel.
Florida ha optado por usar tan solo un componente a la hora de ejecutar al condenado, en lugar de los tres medicamentos de que se compone el m¨¦todo, lo que ha levantado cr¨ªticas ya que no garantiza que el reo muera sin dolor y no se viole la Constituci¨®n americana.
California representan un aut¨¦ntico desaf¨ªo al futuro de la pena de muerte en Estados Unidos. En noviembre de 2012, el Estado rechaz¨® por un 52% frente a un 48% abolir la m¨¢xima pena. Pero a la vez, los californianos eleg¨ªan a un Gobernador, Jerry Brown, contrario a la pena de muerte. California tiene en sus corredores de la muerte a 731 presos esperando ser ejecutados ¨Calgunos de ellos desde hace d¨¦cadas-, el mayor n¨²mero de todo el pa¨ªs (seguido por Florida con 412).Como todos los Estados que usan la inyecci¨®n letal, California enfrenta a?os de debate sobre qu¨¦ hacer con el c¨®ctel mortal de medicamentos del que ahora falta el pentotal s¨®dico para dormir al preso.
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