La pol¨¦mica marca de Pablo Escobar
El hijo del fallecido jefe de la droga comercializa ropa con la imagen de su padre y mensajes de paz. Colombia ha negado el registro de la marca que lleva el nombre del capo
Sebasti¨¢n Marroqu¨ªn podr¨ªa pasar como un arquitecto colombiano de 36 a?os que vive en Buenos Aires, donde se convirti¨® en emprendedor al fundar una marca de ropa. Pero su apellido tiene un pasado marcado por la violencia. De hecho, ya no es un secreto que su verdadero nombre es Juan Pablo Escobar Henao, el hijo del jefe de la droga Pablo Escobar, que se vio obligado a cambi¨¢rselo despu¨¦s de que su padre ¡ªque lleg¨® a ser uno de los narcotraficantes m¨¢s poderosos del mundo¡ª fuera abatido en un tejado de Medell¨ªn hace 20 a?os.
Pero poco a poco, Marroqu¨ªn ha dejado atr¨¢s su anonimato. Tal vez, el primer episodio ocurri¨® en 2009 cuando se estren¨® el documental 'Los pecados de mi padre', donde ¨¦l ped¨ªa perd¨®n a los hijos del excandidato presidencial Luis Carlos Gal¨¢n y del exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinados por ¨®rdenes de su padre. El documental fue premiado y en Colombia tuvo un gran impacto por lo que representaba para un pa¨ªs que luch¨® durante 30 a?os contra el narcotr¨¢fico.
En 2012, Marroqu¨ªn volvi¨® a aparecer, pero, esta vez, sus intenciones no fueron recibidas con buenos ojos en Colombia. Lanz¨® una marca de ropa que utiliza la imagen del capo y desde entonces vende camisetas estampadas con documentos que pertenecieron a su padre y con mensajes de paz que invitan a los j¨®venes a no ser como Pablo Escobar.
Marroqu¨ªn se define como un pacifista. Dice que lo era desde ni?o. ¡°Nunca estuve a favor de la violencia y aun cuando yo era una de las v¨ªctimas de esa violencia, porque esto era de parte y parte, era el ¨²nico que le manifestaba en vida a mi padre la oposici¨®n a esa manera de proceder¡±, dijo en una entrevista concedida a este diario.
Sin embargo, su marca de ropa Escobar Henao, que hace referencia a los apellidos paterno y materno, se presta para confusiones porque se concentra en la imagen del criminal. Las camisetas, que cuestan entre 60 y 95 d¨®lares (entre 44 y 70 euros) y son confeccionadas en Colombia, llevan impreso, por ejemplo, un certificado judicial expedido en 1970 donde el narcotraficante aparece sin antecedentes, pero acompa?ado de la pregunta: ¡°?En qu¨¦ andas? Pi¨¦nsalo bien¡±.
¡°No creemos que una camiseta va a hacer a los j¨®venes m¨¢s o menos violentos, pero instala el debate con mensajes inequ¨ªvocos sobre la paz¡±, se defiende Marroqu¨ªn y aclara que por respeto a las v¨ªctimas, no vende sus productos en Colombia.
Otras camisetas llevan estampadas una cartilla de ahorros que tuvo Escobar, la c¨¦dula de ciudadan¨ªa, el permiso parlamentario que ostentaba a principios de los a?os ochenta o su tarjeta de cr¨¦dito. ¡°Ahora puedes llevarla puesta pregunt¨¢ndote si quieres ser recordado por tu nombre o con un alias. ?C¨®mo prefieres ser llamado?¡±, dice una etiqueta. Todas llevan preguntas como: ¡°Hay inversiones que te dejan en ceros, ?cu¨¢l ser¨¢ la tuya?¡± o ¡°tus privilegios ?son acaso fruto de tus enga?os?¡±.
La marca, que Marroqu¨ªn define como ¡°mi peque?a columna textil de opini¨®n de lo que aprend¨ª acerca de la guerra en Colombia contra las drogas¡±, tambi¨¦n tiene jeans. En la ¨²ltima colecci¨®n, la cara del traficante est¨¢ impresa en el interior de los bolsillos. ¡°Pero si en un bolsillo est¨¢ la cara, en el otro hay mensajes que contradicen el significado que le pueden dar a mi padre¡±, explica.
Marroqu¨ªn defiende sus productos e insiste en que no hace apolog¨ªa del delito. ¡°Los pasos de Pablo Escobar no hay que seguirlos, eso es lo que buscan transmitir las prendas de ropa¡±, aclara. Sin embargo, en Colombia no ha recibido apoyo para la marca. Intent¨® hacer donaciones a fundaciones pero lo rechazaron, poniendo en duda el origen del dinero. ¡°[Colombia] tiene que reconocernos como individuos, no puede seguir pretendiendo castigar en nosotros, su descendencia, los cr¨ªmenes que no pudo castigar en vida de mi padre¡±, dice. En su defensa asegura: ¡°No me convert¨ª en lo que me pude haber convertido, que era Escobar 2.0, y con hechos puedo demostrar que mi actitud hacia la paz es genuina¡±.
Sin embargo, si hay algo que Marroqu¨ªn no negocia es el afecto por su padre. ¡°Entiendo que miles de personas fueron maltratadas con su violencia, que las afect¨® de muchas maneras, pero eso no me obliga a renunciar al amor que como hijo le tuve. Yo conoc¨ª otros sentimientos diferentes a los que conocieron los colombianos. La marca no la hago como un homenaje a ¨¦l sino como una b¨²squeda de la paz. Yo soy el primero en dar el ejemplo de que los pasos de mi padre no deben continuarse¡±, recalca.
Seg¨²n Marroqu¨ªn, fuera de Colombia, la marca ha tenido acogida, sobre todo, en M¨¦xico. La ropa de distribuye en locales y v¨ªa internet en Los ?ngeles, Nueva York, Guatemala, Chile y Bruselas. ¡°La marca est¨¢ registrada en un mont¨®n de pa¨ªses y no hemos tenido los reparos de Colombia¡±.
Este arquitecto es consciente de que camina por un filo muy delicado y que sus mensajes pueden malinterpretarse. Sin embargo, critica que empresas colombianas se beneficien de la imagen y del nombre de su padre de una manera que considera que irresponsable.
Se refiere a la serie de televisi¨®n Escobar, El patr¨®n del mal, que se emiti¨® en 2012 en Colombia y que ha sido un ¨¦xito en varios pa¨ªses latinoamericanos.
A Marroqu¨ªn le negaron en septiembre pasado registrar en Colombia la pol¨¦mica marca con el nombre completo de su padre, Pablo Emilio Escobar Gaviria. Seg¨²n la Superintendencia de Industria y Comercio, est¨¢ asociada con la violencia que dej¨® miles de v¨ªctimas en los a?os ochenta y noventa, y por lo tanto ¡°atenta contra la moral de la sociedad colombiana y el orden p¨²blico¡±. El hijo del narco ha anunciado que apelar¨¢ la decisi¨®n de las autoridades.
Para Marroqu¨ªn, esta nueva marca, que ya ha sido registrada en otros pa¨ªses y es diferente a la de la ropa, tiene relaci¨®n con su familia y ha sido utilizada, asegura, sin su consentimiento o participaci¨®n. De ah¨ª que reclame su derecho para impedir lo que llama usufructo indiscriminado. ¡°Yo nunca he dicho que mi padre fue un santo. Pablo puede caerle muy mal a mucha gente, y en eso no me voy a meter, pero pareciera que hay un C¨®digo Penal y una Constituci¨®n escrita exclusivamente para esta familia y otra para el resto de los colombianos y eso es lo que nosotros no estamos dispuestos a aceptar¡±.
El debate est¨¢ servido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.