EEUU env¨ªa ¡®drones¡¯ para ayudar al Gobierno de Irak contra los yihadistas
El Ej¨¦rcito ha cercado Faluya y ha atacado ya posiciones en Ramadi Estados Unidos ha prometido acelerar el suministro de misiles y dispositivos de vigilancia
En Irak la revuelta sun¨ª tiene cada vez m¨¢s la apariencia de una guerra. El ej¨¦rcito despleg¨® este martes tanques y artiller¨ªa alrededor de la ciudad de Faluya, para cercar a los insurgentes que desde el jueves han hecho suyas diversas partes de la provincia de mayor¨ªa sun¨ª de Al Anbar. El presidente, el chi¨ªta Nuri al Maliki, acept¨® el domingo la demora de esa contraofensiva en Faluya, para darle la oportunidad a las tribus sun¨ªes locales de que expulsen a los insurgentes, muchos de ellos afiliados a Al Qaeda y que han tomado edificios p¨²blicos, mezquitas y prisiones. En Ramadi, la otra ciudad capturada, las batidas de la fuerza a¨¦rea y los ataques con artiller¨ªa y misiles provocaron este martes al menos una treintena de bajas insurgentes.
En esta revuelta ha tomado especial protagonismo el Estado Isl¨¢mico de Irak y Siria, un grupo yihadista en el que militan numerosos extranjeros, procedentes de lugares que abarcan desde Chechenia a Yemen. Esa formaci¨®n lucha abiertamente contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad y, desde la semana pasada, contra el gobierno de Al Maliki. Los conflictos en ambos pa¨ªses tienen un gran componente sectario. En Siria una mayor¨ªa sun¨ª combate al r¨¦gimen que lidera la confesi¨®n alau¨ª ¡ªuna derivaci¨®n del chi¨ªsmo¡ª a la que pertenece El Asad. M¨¢s de un 60% de la poblaci¨®n iraqu¨ª es chi¨ª, como lo es tambi¨¦n el presidente y su principal aliado en la escena internacional, el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s en Ir¨¢n.
Desde el lunes varios l¨ªderes tribales sun¨ªes de Al Anbar han formado un consejo para gestionar la ciudad, con sus propios grupos armados, en un intento de contener el empuje de Al Qaeda, aline¨¢ndose t¨¢citamente con el gobierno chi¨ªta de Al Maliki, lo que da idea de que la fuerza de los insurgentes en la regi¨®n es limitada. ¡°Se puede decir que el proyecto de establecer un eje ¨²nico desde Siria a Irak para desestabilizar la zona comienza a fallar, aunque no cabe duda de que el Estado Isl¨¢mico tratar¨¢ de seguir intent¨¢ndolo¡±, seg¨²n Aymenn Jawad al Tamimi, investigador Shillman-Ginsburg en la organizaci¨®n Middle East Forum.
Cientos de familias han abandonado las localidades asediadas de Ramadi y Faluya, hacia el sur, a la provincia de Kerbala, que es de mayor¨ªa chi¨ªta. El ej¨¦rcito se ha desplegado en varios de sus accesos instalando puestos de control, en un intento de que con los refugiados internos no entre en esa regi¨®n parte de los insurgentes que han convertido en los pasados d¨ªas a Al Anbar en un campo de batalla. Kerbala es uno de los lugares m¨¢s sagrados de la vertiente chi¨ª del islam, pues all¨ª se halla enterrado alguien a quien veneran, Hussein, nieto del profeta Mahoma.
Los enfrentamientos en Al Anbar los desat¨® la decisi¨®n de Al Maliki el 30 de diciembre de desmantelar a la fuerza una acampada de protesta contra su gobierno en Ramadi, que es capital provincial. La indignaci¨®n que provoc¨® entre la poblaci¨®n la fuerza del ej¨¦rcito llev¨® a este a replegarse, algo que permiti¨® la revuelta que lideraron varios grupos sun¨ªes y los yihadistas afines a Al Qaeda que militan en el Estado Isl¨¢mico. Pronto esos insurgentes tomaron lo edificios p¨²blicos y mezquitas, y abrieron las puertas de varias prisiones.
En sus nueve a?os de guerra en Irak, las tropas norteamericanas sufrieron un tercio de sus 4.486 bajas en Al Anbar, epicentro de la resistencia sun¨ª tras la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Hussein. Hubo dos feroces batallas por Faluya en 2004, que seg¨²n varios analistas pusieron a prueba a las tropas estadounidenses como no lo hab¨ªa hecho un enemigo desde los peores a?os de la guerra de Vietnam. En esa localidad llegaron a entrar 10.000 soldados estadounidenses. Es un punto estrat¨¦gico tambi¨¦n porque se halla apenas 40 kil¨®metros al oeste de Bagdad, la capital.
Finalmente dos factores lograron inclinar la balanza del lado norteamericano: la decisi¨®n de varias tribus sun¨ªes de alinearse con EE UU y el nuevo gobierno chi¨ªta que este puso en pie, y el refuerzo ordenado por el expresidente George W. Bush en 2007, de un total 20.000 soldados. Las tropas norteamericanas se replegaron por orden de Barack Obama en diciembre de 2011.
La revuelta sun¨ª de Al Anbar es la primera gran prueba a la que se somete el ej¨¦rcito iraqu¨ª, entrenado y armado a un elevado precio por el Pent¨¢gono. La negativa del gobierno de Al Maliki de prometer inmunidad a las tropas norteamericanas impidi¨® que quedara en Irak una presencia, aunque fuera testimonial, de ellas, que ahora podr¨ªa apoyar al d¨¦bil gobierno en su intento de recuperar el control de Al Anbar. Seg¨²n anunci¨® el lunes la Casa Blanca, EE UU enviar¨¢ remesas de misiles Hellfire y drones [dispositivos a¨¦reos no tripulados] Scan Eagle y Raven al gobierno iraqu¨ª.
Al Maliki fue elegido en 2006. El gobierno debe renovarse en abril. En los ¨²ltimos meses Irak ha visto un repunte de la violencia como no se ve¨ªa desde los a?os en que EE UU manten¨ªa una fuerte presencia militar en el pa¨ªs, sobre todo con atentados con explosivos y de corte suicida. En 2013 hubo m¨¢s de 8.000 muertos en ese tipo de ataques, una cifra muy elevada para un pa¨ªs que nominalmente ya no est¨¢ en guerra y, de hecho, la m¨¢s alta desde 2008.
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