El Tribunal Especial para L¨ªbano abre el juicio por el asesinato de Hariri
Los cuatro acusados, afines a Hezbol¨¢, est¨¢n en rebeld¨ªa Los fiscales basan el caso en el cruce de sus llamadas telef¨®nicas antes del atentado de 2005 El ex primer ministro muri¨® en 2005, junto con otras 21 personas, en un atentado en Beirut
El primer proceso de la justicia internacional por un acto de terrorismo ha dado comienzo en el Tribunal Especial para L¨ªbano (TEL), que juzgar¨¢ la muerte del exprimer ministro, Rafik Hariri, en un atentado que cost¨® la vida a otras 21 personas en 2005. El juicio presenta a¨²n otra singularidad: desde Nuremberg, tras la II Guerra Mundial, ning¨²n acusado por hechos de esta relevancia hab¨ªa sido declarado en rebeld¨ªa. Los cuatro actuales, afines a la milicia chi¨ª libanesa Hezbol¨¢, no han sido entregados por Beirut y el banquillo qued¨® vac¨ªo. A pesar de ello, Saad Hariri, hijo del pol¨ªtico sun¨ª asesinado, calific¨® la cita de "hist¨®rica y de una nueva p¨¢gina para la Justicia nacional". Mientras ¨¦l acced¨ªa a la sede del TEL, en la periferia de La Haya, al norte de su pa¨ªs, en Hermel, un ataque suicida ha causado cinco muertes y unos 40 heridos. El lugar es una plaza fuerte de Hezbol¨¢.
A pesar de sus esfuerzos y del tiempo consumido tratando de convencer a las autoridades libaneses, la fiscal¨ªa no ha podido interrogar a los imputados: Mustaf¨¢ Amine Badredine, Salim Hamil Ayyash, Hussein Hassan Oneissi y Assad Hassan Sabra por organizar, perpetrar y falsear luego la autor¨ªa del atentado en un v¨ªdeo. De modo que ha rastreado sus comunicaciones telef¨®nicas. El trabajo de los expertos llega hasta pocos minutos antes de la explosi¨®n de la camioneta cargada casi con 3.000 kilos de explosivos, al paso del antiguo mandatario. Rafik Hariri y su comitiva viajaban siempre en autom¨®viles blindados, pero el estallido fue del tal calibre que "los atacantes quisieron mandar un mensaje terrible y desatar el p¨¢nico entre las poblaciones de la capital y del conjunto de L¨ªbano". "Intentaron matar a compatriotas inocentes: un camarero, un estudiante, un primo, un padre, un hermano, amigos¡", ha dicho el fiscal jefe del TEL, Norman Farrell. Para su equipo, Badredine y Ayyash, prepararon y ejecutaron el atentado. Oneissi y Sabra remitieron una cinta a la cadena televisiva Al Jazeera, donde atribu¨ªan la muerte a un grupo violento inexistente.
Alrededor de 226 personas resultaron heridas aquel 14 de febrero de 2005, y el cr¨¢ter de la deflagraci¨®n convirti¨® la avenida mar¨ªtima de la ciudad en un escenario propio de una guerra a campo abierto. El atentado enfrent¨® a¨²n m¨¢s a la comunidad chi¨ª, apoyada por Siria e Ir¨¢n, y la sun¨ª, inclinada hacia Arabia Saud¨ª y Estados Unidos. Con Hezbol¨¢ acusando a Israel (sus esp¨ªas habr¨ªan pirateado el sistema de telecomunicaciones liban¨¦s para desviar la atenci¨®n y poder as¨ª matar a Hariri) el pa¨ªs a punto estuvo de acabar en una guerra civil similar a la padecida entre 1975 y 1990. El magnicidio s¨ª forz¨® la retirada de las tropas siria de territorio liban¨¦s, despu¨¦s de treinta a?os de presencia ininterrumpida.
Aprovechando todos los recursos visuales a su disposici¨®n, la fiscal¨ªa del TEL ha presentado una maqueta de gran tama?o del lugar de los hechos, con el Hotel Saint George en primer plano. Frente a sus puertas vol¨® por los aires la camioneta Mitsubishi detonada a distancia por los presuntos autores del atentado. La acusaci¨®n tambi¨¦n ha ilustrado con precisi¨®n forense los movimientos de Hariri el d¨ªa de autos. La hora marcada en su reloj de pulsera, sirvi¨®, por ejemplo, para cotejar mensajes y llamadas de los presuntos autores del atentado. "Las pruebas que presentamos dejan huellas sobre su identidad", seg¨²n Farrell. El expediente de un quinto imputado, Hassan Habib Merhi, ser¨¢ sumado a la causa m¨¢s adelante. Con unos 500 testigos previstos en conjunto, y los representantes de las v¨ªctimas y de los acusados por intervenir a¨²n, el juicio puede prolongarse m¨¢s de un a?o.
Perteneciente a una familia muy poderosa de L¨ªbano, Rafik Hariri fue primer ministro cinco veces entre 1992 y 2004. Se hizo rico como contratista personal del rey Fahd de Arabia Saud¨ª y recuper¨® las finanzas de su maltrecho pa¨ªs. La corrupci¨®n, sin embargo, no cedi¨® y la poblaci¨®n acab¨® desencantada. Aunque su hijo Saad lleg¨® a sucederle en el cargo entre 2009 y 2011, la situaci¨®n pol¨ªtica libanesa sigue siendo inestable. Consciente de ello, el TEL ha subrayado que juzga a cuatro acusados de una muerte terrorista. No a miembros de Hezbol¨¢.
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