Obama elimina la recopilaci¨®n masiva de datos y el espionaje a l¨ªderes aliados
El presidente de EE UU advierte que la reforma de los programas de vigilancia no puede hacerse de forma dr¨¢stica ¡°ni de la noche a la ma?ana¡±
En un esfuerzo por conciliar la protecci¨®n de la seguridad y los intereses nacionales de Estados Unidos con el derecho a la privacidad de los ciudadanos, Barack Obama anunci¨® este viernes una reforma del espionaje norteamericano que incluye la progresiva eliminaci¨®n del programa de almacenamiento masivo de datos telef¨®nicos y la prohibici¨®n de la vigilancia de las comunicaciones de los jefes de Estado y de Gobierno de pa¨ªses amigos y aliados.
Como respuesta al esc¨¢ndalo provocado por las revelaciones de Edward Snowden, Obama ha ordenado la revisi¨®n de los actuales m¨¦todos de recopilaci¨®n de informaci¨®n por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) con el fin de garantizar un mayor control judicial y reducir los riesgos de un uso inapropiado de una actividad que debe estar exclusivamente dedicada a la persecuci¨®n de los enemigos y la prevenci¨®n de las amenazas ciertas de un ataque terrorista.
Obama ha reconocido que los programas, tal como se ejecutan actualmente, pueden suponer un peligro para las libertades civiles y entrar en contradicci¨®n con los derechos constitucionales de los norteamericanos o de los extranjeros que viven en este pa¨ªs
El plan anunciado por el presidente, despu¨¦s de varios meses de revisi¨®n y consulta con el Congreso y la comunidad de inteligencia, no representa un cambio radical de las actuales pr¨¢cticas de espionaje ni a?ade modificaciones sorprendentes. Pero s¨ª reconoce que esos programas, tal como se ejecutan actualmente, pueden suponer un peligro para las libertades civiles y entrar en contradicci¨®n con los derechos constitucionales de los norteamericanos o de los extranjeros que viven en este pa¨ªs.
En referencia particular a la recolecci¨®n masiva de n¨²meros y llamadas telef¨®nicas ¨Cla m¨¢s controvertida de las filtraciones de Snowden, lo que se conoce en el seno de la NSA como Secci¨®n 215-, Obama admiti¨®, pese a elogiar su eficacia en el pasado, que ¡°este tipo de programa puede ser utilizado para obtener m¨¢s informaci¨®n sobre nuestras vidas privadas y abre la puerta a otros programas m¨¢s intrusivos¡±.
El presidente reconoci¨® tambi¨¦n que su propia palabra o las de otros funcionarios p¨²blicos de que esos programas no se usan para fines distintos a los confesados no es suficiente para dar garant¨ªas a la poblaci¨®n. ¡°Dado el poder excepcional del Estado, no es suficiente que sus l¨ªderes digan: cr¨¦anme, no abusamos de los datos que recogemos. Nuestra libertad no puede depender de las buenas intenciones de quienes est¨¢n en el poder, sino de la ley que restringe ese poder¡±.
Con ese fin, Obama orden¨® ¡°una transici¨®n para acabar con el programa Secci¨®n 215 tal como hasta ahora existe y establecer un mecanismo que preserve los instrumentos que necesitamos sin necesidad de que el Gobierno retenga toda esa informaci¨®n masiva¡±. Es decir, se pretende crear un sistema en el que alguien independiente del Gobierno tenga bajo su control lo que se conoce como metadata y que los servicios de inteligencia solo puedan acceder a ella cuando sean capaces de demostrar que es realmente necesario.
Nuestra libertad no puede depender de las buenas intenciones de quienes est¨¢n en el poder, sino de la ley que restringe ese poder¡± Barack Obama
El presidente adelant¨® que esto no se har¨¢ de forma dr¨¢stica ¨C¡°no podemos desarmar nuestras agencias de inteligencia¡±- ni r¨¢pida ¨C¡°este esfuerzo no puede completarse de la noche a la ma?ana¡±-. Pero s¨ª confes¨® que esta reforma es necesaria y consecuente con el hecho de que EE UU, ¡°la naci¨®n que cre¨® Internet¡±, debe de estar ¡°al frente en la defensa de la privacidad personal y de la dignidad humana¡±. ¡°Nadie espera¡±, a?adi¨®, ¡°que China tenga un debate abierto sobre sus programa de vigilancia o que Rusia tenga en cuenta las preocupaciones por la privacidad de sus ciudadanos¡±.
Los cambios anunciados por el presidente tienen ahora un dif¨ªcil camino por delante para convertirse en realidad. Obama compareci¨® este viernes atrapado entre la presi¨®n de los grupos derechos civiles, que le piden m¨¢s audacia, y de los servicios de inteligencia, que le advierten de las consecuencias que puede tener la relajaci¨®n de los instrumentos de vigilancia. Esa presi¨®n continuar¨¢ en los pr¨®ximos meses.
En este periodo de transici¨®n, mientras el Gobierno conserva el almacenamiento de metadata, las agencias de espionaje solo podr¨¢n acceder al contenido de las llamadas registradas con una autorizaci¨®n judicial o en caso de extrema urgencia. Antes del 28 de marzo, cuando el presidente tiene que firmar la reautorizaci¨®n de la Secci¨®n 215, deber¨¢ tener sobre su despacho opciones alternativas a ese programa.
Los cambios anunciados por el presidente tienen ahora un dif¨ªcil camino por delante para convertirse en realidad
Todo esto, probablemente, se queda lejos de las aspiraciones de quienes ven en la actual actividad de las agencias de vigilancia una amenaza directa para la privacidad, pero es m¨¢s de lo que pod¨ªa siquiera imaginarse antes de la aparici¨®n en escena de Snowden, lo que, de alguna manera, supone una victoria del antiguo empleado de la NSA.
Igualmente, se puede considerar que ha triunfado la presi¨®n internacional para obligar a Obama a reconocer el da?o que el espionaje a dirigentes de pa¨ªses aliados, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha causado a la imagen y la pol¨ªtica exterior de EE UU. ¡°Dada la comprensible atenci¨®n que este asunto ha recibido, he dejado claro a la comunidad de inteligencia que, a menos que exista un prop¨®sito irrenunciable para nuestra seguridad nacional, no vigilaremos la comunicaciones de jefes de Estado y de Gobierno de nuestros amigos y aliados¡±.
Obama dej¨® claro que desaprueba los m¨¦todos de Snowden, pero no se refiri¨® a su situaci¨®n frente a la ley ni quiso especular sobre sus motivos
El presidente aclar¨® que eso no supone que EE UU va a renunciar a ¡°recoger informaci¨®n sobre las intenciones de otros Gobiernos, igual que hacen lo servicios de inteligencia de otras naciones¡±. ¡°No vamos a pedir perd¨®n ¨²nicamente porque nuestros servicios de inteligencia sean m¨¢s eficaces¡±, afirm¨®.
En contra de la pr¨¢ctica de otros miembros de su Administraci¨®n, Obama mencion¨® el nombre de Snowden en varias ocasiones a lo largo del discurso pronunciado en el Departamento de Justicia. Dej¨® claro que desaprueba sus m¨¦todos, pero no se refiri¨® a su situaci¨®n frente a la ley ni quiso especular sobre sus motivos. ¡°La defensa de nuestra naci¨®n¡±, dijo, ¡°depende en parte de la fidelidad de aquellos a los que se les conf¨ªan los secretos. Adem¨¢s, la forma sensacionalista en que esto ha surgido ha aportado m¨¢s esc¨¢ndalo que luz, al mismo tiempo que ha revelado a nuestros adversarios m¨¦todos que pueden tener un impacto en nuestras operaciones en marcha¡±.
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