¡°Me imagino a representantes de las FARC sentados en el Congreso¡±
El mandatario explica esta semana en Europa los avances econ¨®micos de su pa¨ªs. Primero en Espa?a en el encuentro Invertir en Colombia y despu¨¦s en Suiza en el Foro de Davos. En esta entrevista, analiza la negociaci¨®n con las FARC
En muy raras ocasiones dispone un mandatario de la oportunidad de cambiar la historia de su pa¨ªs.
Enti¨¦ndase bien, cambiar la historia de su pa¨ªs de modo que su obra se inscriba en los anales del arte de gobernar; mejore de forma sustancial el bienestar de sus conciudadanos; coloque a su patria en una senda radicalmente distinta y mejor de la que hab¨ªa recorrido hasta ese momento y, en general, sea reconocida como tal de forma un¨¢nime por sus pares y por la comunidad internacional.
Juan Manuel Santos dispone en estos momentos de esa oportunidad.
El conflicto, como se viene a denominar a la violencia generada por la guerrilla m¨¢s antigua del mundo, ha ocasionado 220.000 v¨ªctimas en diverso grado, seg¨²n un informe reciente, ha envenenado la pol¨ªtica y la convivencia de Colombia durante d¨¦cadas y ha impedido el desarrollo econ¨®mico y el progreso social del pa¨ªs al retraer la inversi¨®n internacional y frenar el acceso a la financiaci¨®n necesaria para la explotaci¨®n de sus ingentes recursos naturales. Pese al fuerte escepticismo de los colombianos, Santos inici¨® un di¨¢logo de paz con las FARC que, de cuajar, proporcionar¨¢ un gigantesco impulso al progreso de Colombia y le asegurar¨¢ a ¨¦l mismo ese lugar en la historia al que aspira. De fracasar, marcar¨¢ para siempre su biograf¨ªa, aunque durante la larga conversaci¨®n que sostuvimos hace dos viernes en la Casa de Nari?o en Bogot¨¢, el presidente argument¨® que su agenda pol¨ªtica (creaci¨®n de empleo, reducci¨®n de la desigualdad, entre otros asuntos) es m¨¢s amplia que las negociaciones con los guerrilleros que se desarrollan en La Habana, Cuba.
Al final de la pl¨¢tica, sin embargo, resulta dif¨ªcil no apreciar el grado de audacia de Santos, seguramente el presidente m¨¢s anglosaj¨®n del pa¨ªs m¨¢s anglosaj¨®n de Am¨¦rica Latina ¡ªcon sus casitas de imitaci¨®n estilo Tudor pespunteando ciertos barrios de Bogot¨¢¡ª, cuya afici¨®n por el p¨®quer, los libros de historia y las biograf¨ªas de Lincoln, Roosevelt y Churchill resultan hechos conocidos; que pas¨® casi diez a?os de su vida en Londres y cuyo ingl¨¦s exquisito suscita siempre envidias. Es por ello que cuando acabe la entrevista le preguntar¨¦ cu¨¢nto de la vida y obra de estos santos laicos anglosajones, de su estudio y de su admiraci¨®n por ellos le han servido de inspiraci¨®n para imaginar lo que pod¨ªa hacer ¨¦l, y lo que pod¨ªa conseguir Colombia.
¡ªMuch¨ªsimo, much¨ªsimo. Yo muchas veces releo apartes que han servido para m¨ª de verdadera inspiraci¨®n. Y digo: si estas personas lo lograron, por qu¨¦ no lo puede lograr uno. Es una fuente de inspiraci¨®n permanente y yo mismo me retroalimento de esa inspiraci¨®n.
¡ª?Conoce usted a muchos gobernantes que hagan lo mismo? Porque yo no.
¡ªYo tampoco.
Y as¨ª termin¨® la entrevista.
Antes, a lo largo de casi una hora, Santos repas¨® los riesgos que corre con la guerrilla (¡°hoy soy m¨¢s optimista de lo que era hace un a?o; con eso creo que le digo mi estado de ¨¢nimo, aunque s¨¦ que lo que falta es muy complicado y muy dif¨ªcil¡±), sus posibilidades de resultar reelegido en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo mes de mayo, sus logros sociales y sus artima?as en la gobernaci¨®n de un pa¨ªs presidencialista cuya fragmentaci¨®n partidista resulta legendaria y en el que no pocos de sus antecesores vieron naufragar sus planes de reforma, fueran estos ambiciosos o apocados, en las pantanosas aguas de la pol¨ªtica nacional.
LA NEGOCIACI?N
Resulta inevitable que las actuales negociaciones de paz, sus posibilidades de triunfo y sus consecuencias ocupen la mayor parte de la conversaci¨®n, y es lo primero por lo que le pregunto al presidente. Esta vez ¡°se ha avanzado sin duda alguna como nunca antes en los diversos intentos que se han hecho para negociar la paz con las FARC¡±, sostiene Santos y coinciden con ¨¦l todos los observadores en Colombia, aunque no todos ellos para congratularse, de eso hablaremos despu¨¦s. La mayor¨ªa, no obstante, s¨ª se felicita de que una pesadilla que ha durado ya m¨¢s de cuatro d¨¦cadas tenga visos razonables de acabar ¡ªaunque sin creer nunca del todo en la voluntad de los guerrilleros de renunciar a la violencia y al negocio de las drogas, del que obtienen los fondos para aquella¡ª. Otros, dirigidos de forma visible y extremadamente agresiva por el expresidente ?lvaro Uribe, le acusan de traicionar a la patria y vender el pa¨ªs a los terroristas. Uribe encabeza una lista electoral al Senado y apoya a un candidato, ?scar Iv¨¢n Zuluaga, con el objetivo declarado de poner fin a lo que est¨¢ sucediendo, una cat¨¢strofe sin paliativos, seg¨²n airean en todas las tribunas, con ¨¦nfasis especial en los miles de tweets, trinos en el espa?ol de Colombia, del expresidente. ¡°Uribe trin¨® hoy que¡¡± es expresi¨®n que se repite en las radios y las tertulias del pa¨ªs a prop¨®sito de las furiosas invectivas del antiguo mandatario. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n, sin embargo, apoya las conversaciones, aunque duda de que ¨¦stas culminen con ¨¦xito, seg¨²n las encuestas. De tal manera que tiene uno la sensaci¨®n de que ambos procesos se entrelazan de forma tan ¨ªntima que no queda claro si la hipot¨¦tica reelecci¨®n de Santos a la Presidencia de la Rep¨²blica depende m¨¢s de las negociaciones en La Habana o las negociaciones dependen de que Santos gane los comicios, o las dos cosas al mismo tiempo, o ninguna de las dos, le digo al presidente.
Tengo la responsabilidad de terminar esta tarea, [la paz] ser¨ªa lo m¨¢s importante en este pa¨ªs en 50 a?os
¡ªYo dir¨ªa que ninguna. Este proceso deber¨ªa, en teor¨ªa, continuar con o sin Juan Manuel Santos porque este es un proceso, no de Juan Manuel Santos, no de mi Gobierno, es un proceso de los colombianos; y yo he tratado de vender esa idea. Esto es un proceso que todos los colombianos deben apersonarse de ¨¦l porque somos todos los que vamos a beneficiarnos. Inexorablemente se vincula el nombre de Juan Manuel Santos al proceso porque yo soy el presidente y fui el que lo inici¨¦, pero a m¨ª me hubiera gustado, y me gustar¨ªa, que no dependiera de una persona sino que el proceso mismo continuara con o sin Juan Manuel Santos.
¡ªEso es lo que le gustar¨ªa a usted, pero el hecho es que ahora mismo¡.
¡ªS¨ª, eso es una realidad que tengo que aceptar; y es una de las razones por las cuales me lanc¨¦ a la reelecci¨®n; porque tengo la responsabilidad de terminar esta tarea, de hacer todos los esfuerzos posibles para terminar esta tarea, que ser¨ªa lo m¨¢s importante que le ha sucedido a este pa¨ªs en los ¨²ltimos 50 a?os. Sab¨ªamos que no iba a ser un proceso f¨¢cil, no solamente porque no estamos negociando con unos ¨¢ngeles, han sido nuestros enemigos durante 50 a?os. [Pero tambi¨¦n porque] los enemigos de la paz han hecho todo tipo de acciones y de propaganda negra para envenenar el proceso, eso tambi¨¦n lo ten¨ªamos previsto y estamos manteniendo el rumbo, haciendo pedagog¨ªa y creo que el pa¨ªs ha entendido que esta oportunidad no la podemos perder.
Yo fui ministro de Defensa, yo s¨¦ hacer la guerra y [si se rechazara un acuerdo] continuar¨ªamos con esta guerra much¨ªsimos a?os
¡ª?Cree que el expresidente Uribe y su lista al Senado tienen alguna posibilidad de bloquear all¨ª el proceso de paz?
¡ªNo, no creo. No creo que el pueblo colombiano cometa ese error.
¡ª?Cree que a¨²n es posible que haya un acuerdo antes de las elecciones?
¡ªNo, yo no creo que sea posible. Todos los temas son complejos y la din¨¢mica misma del proceso nos lleva a concluir que ser¨ªa irreal decir que vamos a terminar todos los temas antes de las elecciones. A lo que s¨ª aspiro es a que avancemos, que por lo menos cerremos uno o dos temas m¨¢s.
DOBLE ADVERTENCIA
Santos anunci¨® desde el principio que el pueblo colombiano tendr¨ªa la oportunidad de pronunciarse en las urnas sobre los eventuales acuerdos de paz acordados con la guerrilla. Se trat¨® de una doble advertencia. A la guerrilla, de que no pod¨ªan aspirar a m¨¢s de lo que los colombianos est¨¦n dispuestos a aceptar y que el presidente, precisamente por ello, no iba a transigir con cualquier planteamiento por el mero se?uelo de firmar un acuerdo. Y al expresidente Uribe: si los colombianos refrendan con su voto el acuerdo, sus admoniciones apocal¨ªpticas se vuelven inocuas o rid¨ªculas, la decisi¨®n ¨²ltima no es de Santos, reside en el conjunto de los colombianos. Ahora bien, si el acuerdo no se cierra antes de las elecciones, habr¨¢ que someterlo a un refer¨¦ndum despu¨¦s ?Qu¨¦ har¨ªa el presidente Santos en un segundo mandato en el que los colombianos rechazaran ese acuerdo de paz?
La campa?a electoral no va a ser solamente sobre el proceso de paz. Hay otros temas que afectan a los ciudadanos
¡ªPues esa es una hip¨®tesis que yo creo que es muy improbable. Los colombianos, cuando les presentemos el paquete completo, estoy absolutamente seguro de que lo van a comprar, lo van a aceptar y lo van a apoyar, bajo alg¨²n sistema de refrendaci¨®n, que puede ser un refer¨¦ndum o puede ser otro sistema. Eso est¨¢ por negociarse tambi¨¦n.
¡ª?Qu¨¦ otro sistema podr¨ªa ser?
¡ªEn la Constituci¨®n hay consulta popular, podemos inventarnos alguno con la contraparte. Es simplemente que la poblaci¨®n colombiana tenga la oportunidad de decir lo compro o no lo compro.
¡ª?Considera usted que tendr¨ªa suficiente legitimidad para seguir gobernando caso de perder esa consulta? De Gaulle se fue porque perdi¨® un refer¨¦ndum sobre la descentralizaci¨®n que¡
¡ªYo no he contemplado esa posibilidad. Volver¨ªamos al pasado. Yo fui ministro de Defensa, yo s¨¦ hacer la guerra y continuar¨ªamos en esta guerra por much¨ªsimos a?os m¨¢s; y continuar¨ªa el pa¨ªs avanzando como ha avanzado en medio del conflicto y ha avanzado mucho.
¡ª?Usted no se sentir¨ªa deslegitimado por una votaci¨®n en contra de los acuerdos de paz?
¡ªPues s¨ª, ser¨ªa un golpe mortal al proceso. Y yo creo que afectar¨ªa much¨ªsimo la legitimidad del Gobierno. Pero no creo que sea responsable poner todos los huevos en la misma canasta. La campa?a no va a ser solamente sobre el proceso de paz; la campa?a va a ser sobre otros temas que tienen d¨ªa a d¨ªa los colombianos: el tema de empleo, la educaci¨®n, la salud, las infraestructuras, los temas que los ciudadanos comunes y corrientes tienen ante s¨ª. La elecci¨®n va a girar tambi¨¦n en torno a eso, no solamente en torno a la paz.
¡ª?No fue un poco ingenuo pensar que un a?o bastaba? Celebrar elecciones en medio de las negociaciones no resulta quiz¨¢ lo m¨¢s adecuado.
¡ªYo puse el a?o simplemente como una referencia para evitar algo que result¨® inevitable: que se mezclaran la campa?a con el proceso. Pero sab¨ªa que llegado el momento, si no termin¨¢bamos ¡ªy era una fecha demasiado ambiciosa, pero uno en la vida tiene que ser ambicioso, si no, no llega a ning¨²n lado¡ª pues inevitablemente se confunde ahora la elecci¨®n con el proceso. Lo cual no est¨¢ mal, porque al fin y al cabo el pueblo colombiano tiene que manifestarse sobre asuntos que le ata?en y un asunto muy importante es la paz.
¡ª?No ser¨ªa quiz¨¢s razonable suspender temporalmente las negociaciones durante la campa?a electoral?
¡ªNo veo por qu¨¦. Si estamos negociando en medio del conflicto, que fue una de las condiciones que nosotros pusimos, entonces por qu¨¦ no vamos a poder negociar en medio de las elecciones. Todo lo contrario. Si llevamos una din¨¢mica de progreso esa din¨¢mica hay que aprovecharla. Creo que en eso estamos de acuerdo las FARC y el Gobierno.
TRANSPARENCIA?Y SECRETOS
Un punto no menor de pol¨¦mica en una sociedad democr¨¢tica consiste en determinar de cu¨¢nta transparencia se puede dotar a unas negociaciones cuyo transcurso puede verse afectado de forma notable y aun descarrilar si trascienden los detalles antes que el conjunto final. Los usos generalmente aceptados ¡ªy existe una larga tradici¨®n en conflictos mundiales que as¨ª lo acreditan¡ª exigen secretismo absoluto. Pero este sirve tambi¨¦n para que los enemigos del proceso ¡ªque los hay en todo proceso¡ª lo aprovechen para sembrar la inquietud entre la ciudadan¨ªa y acusar a los gobiernos de traiciones sin nombre, con lo que abren otro frente, esta vez interno, que tambi¨¦n pone en riesgo la negociaci¨®n. Todo ello est¨¢ sucediendo en Colombia.
¡ªNosotros acordamos con las FARC mantener en secreto los detalles de las negociaciones hasta que no tengamos el paquete final y eso lo acordamos por un motivo muy f¨¢cil de entender: cada punto, analizado individualmente, puede ser sujeto a muchas interpretaciones y a mucha cr¨ªtica. Es como cuando un pintor est¨¢ pintando un cuadro y comienza con el 25%, la gente no entiende lo que va a pintar y puede decir ¡®qu¨¦ cuadro tan desagradable¡¯ o ¡®qu¨¦ cuadro tan mal pintado¡¯. El pintor quiere vender su obra cuando est¨¦ todo completo. Nosotros queremos vender nuestro acuerdo cuando est¨¦ todo completo porque as¨ª se va a poder apreciar en su totalidad. Individualmente puede ser muy mal interpretado.
Si estamos negociando en medio del conflicto, por qu¨¦ no vamos a negociar durante las elecciones
¡ªPorque en alguna de esas partes ya acordadas hay cesiones por parte del Estado que, tomadas individualmente, suscitan rechazo.
¡ªEfectivamente. Por ejemplo, si uno le pregunta al pueblo colombiano: ¡°?Usted quiere que las FARC se conviertan en partido pol¨ªtico?¡±. La mayor¨ªa dice que no, porque tienen en su imaginario las FARC de los ¨²ltimos 50 a?os que han venido cometiendo todo tipo de atropellos a la ciudadan¨ªa y a la poblaci¨®n y al pa¨ªs. Si usted le pregunta: ¡°?Ustedes considerar¨ªan que las FARC puedan hacer pol¨ªtica, puedan llegar al Congreso?¡±. La gente intuitivamente dice que no, que no les gusta eso. Entonces eso individualmente genera un rechazo, pero si uno pinta el paquete completo ¡ªy eso lo tenemos muy claro¡ª la gente dice: ¡°Si ese es el precio de la paz, s¨ª¡±.
¡ª?Se imagina usted a Iv¨¢n M¨¢rquez [uno de los l¨ªderes guerrilleros que negocian en La Habana] sentado en el Congreso?
¡ªMe imagino a representantes de las FARC sentados en el Congreso. De eso se trata el proceso: que dejen las armas y que sigan con sus ideales. Nadie les est¨¢ obligando a cambiar su manera de pensar, pero que luchen por sus ideales sin armas, sin violencia, sino utilizando las v¨ªas democr¨¢ticas.
¡ªLos detalles no se conocen, pero usted s¨ª los conoce.
¡ªS¨ª.
¡ª?Se siente usted satisfecho de lo alcanzado hasta ahora?
¡ªS¨ª me siento satisfecho porque creo que son acuerdos que le van a hacer en el fondo un gran beneficio al pa¨ªs. En el caso del desarrollo rural, todo lo que se acord¨® va a significar un gran empuje a todo el campo colombiano, que es donde est¨¢ concentrada la pobreza y la desigualdad, para adquirir unas inversiones inmensas que tendr¨ªamos que hacer con o sin FARC. Y en el caso de la participaci¨®n pol¨ªtica, lo que acordamos fue una profundizaci¨®n de nuestra democracia, un fortalecimiento de nuestra democracia, un refinamiento de los procesos de participaci¨®n en la democracia. Las dos cosas son cosas muy positivas para el futuro del pa¨ªs.
LA DROGA Y SUS RUTAS
El otro gran escollo consiste en la droga. Que la guerrilla vaya a abandonar un negocio tan lucrativo suscita una enorme incredulidad, incluso entre aquellos que desean fervientemente el acuerdo. El narcotr¨¢fico es precisamente el punto que se est¨¢ negociando ahora mismo. ?Hasta qu¨¦ nivel de detalle van a bajar los negociadores del Gobierno? ?Van a pedir a los guerrilleros que entreguen de forma precisa las rutas por las que sacan la droga, por la Amazonia, por Venezuela? ?Es ello posible?
Con la guerrilla estamos de acuerdo en un principio: Colombia sin coca
¡ªLo que le puedo decir es que estamos de acuerdo con un principio: Colombia sin coca. Imag¨ªnese usted lo que eso significa. El primer productor de coca¨ªna del mundo durante tantos a?os que de la noche a la ma?ana pueda comenzar a desaparecer esa fuente de todo tipo de mal, porque es una fuente de financiaci¨®n y es un veneno que ha hecho mucho da?o, sobre todo a Colombia, pero al mundo entero. Eso para m¨ª es un paso important¨ªsimo y si logramos que conjuntamente podamos avanzar en esa direcci¨®n, eso no solamente para Colombia, para Espa?a, para el mundo entero, ser¨ªa de un gran beneficio.
¡ªPero, ?qu¨¦ seguridad tienen de que el acuerdo sea realmente efectivo finalmente, si no se entrega este tipo de informaci¨®n, detallada, t¨¦cnica, de c¨®mo sacan la droga?
¡ªYo no le puedo entrar a mencionar en detalle sobre la negociaci¨®n; lo que le puedo decir es que va a haber un acuerdo para ir desapareciendo el narcotr¨¢fico y la producci¨®n de coca¨ªna en Colombia.
¡ª?Va a poder ofrecer al final de las negociaciones a las v¨ªctimas toda la justicia que ellas exigen?
¡ªCreo que Colombia ha sido el pa¨ªs que ha dado ejemplo en estos ¨²ltimos dos a?os de un pa¨ªs que tiene por primera vez a las v¨ªctimas como el centro de la soluci¨®n del conflicto, por eso comenzamos a repararlas en medio del conflicto. Vamos a terminar estos dos a?os reparando el mal de 350.000 v¨ªctimas, o cerca de 350.000 v¨ªctimas, eso es un esfuerzo monumental. Se les va a respetar sus derechos a la verdad, a la justicia, a la reparaci¨®n, a la no repetici¨®n. De eso se trata la justicia transicional, pero las v¨ªctimas tambi¨¦n, y eso afortunadamente lo hemos percibido, son conscientes que tambi¨¦n hay que hacer sacrificios en materia de sus derechos para que podamos lograr la paz. ?D¨®nde traza uno la l¨ªnea entre justicia y paz? Ese es el meollo del problema y el meollo de la negociaci¨®n de la justicia transicional.
LA AYUDA SECRETA?DE EE UU
¡°A veces hay que saber hacer la guerra para lograr la paz¡±, ha repetido p¨²blicamente en muchas ocasiones Santos (tambi¨¦n lo hace en esta entrevista), sin que quiz¨¢ muchos sospecharan hasta qu¨¦ punto la afirmaci¨®n escond¨ªa un mensaje m¨¢s all¨¢ de lo evidente: como ministro de Defensa de Uribe, Santos dirigi¨® una guerra feroz contra la guerrilla, pol¨ªtica que prosigui¨® luego como presidente. Tampoco nadie ha dudado nunca, ni por un momento, de que la ayuda de Estados Unidos en los ¨²ltimos a?os ha resultado crucial para acorralar a la guerrilla hasta el punto de forzarla a aceptar una negociaci¨®n como la que actualmente se est¨¢ desarrollando en Cuba. Lo que sin embargo permanec¨ªa oculto hasta el pasado 22 de diciembre era la magnitud de esa ayuda: un programa secreto de miles de millones de d¨®lares, que incluye escuchas y vigilancia electr¨®nica de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y que no est¨¢ incluido en el Plan Colombia de 9.000 millones que comenz¨® en el a?o 2000 (y que s¨ª es p¨²blico). A partir de 2006, el programa secreto suministr¨® a las Fuerzas Armadas colombianas un peque?o artefacto que, instalado en una bomba de gravedad, convencional y de escasa precisi¨®n, permite a ¨¦sta dirigirse con asombrosa exactitud hacia el objetivo previamente localizado con la tecnolog¨ªa de la NSA. El programa est¨¢ clasificado como secreto y sigue vigente, seg¨²n revel¨® en una extensa informaci¨®n The Washington Post. Una de esas bombas acab¨® con la vida de Ra¨²l Reyes, un alto jefe de las FARC, mientras dorm¨ªa en un campamento en Ecuador. Otros l¨ªderes guerrilleros tambi¨¦n fueron eliminados de la misma forma. Para camuflar ante la guerrilla y los observadores militares el uso de esa potente y eficaz arma, el Ej¨¦rcito colombiano bombardeaba campos guerrilleros de forma simult¨¢nea con otros aviones, que a su vez arrojaban centenares de bombas para esconder que una sola de ellas, dotada con esta tecnolog¨ªa de precisi¨®n, se dirig¨ªa en medio del fragor directamente hacia la cabeza del l¨ªder elegido. Santos, que seg¨²n el peri¨®dico estadounidense fue clave en el desarrollo de este programa y en su uso contra la guerrilla, declin¨® comentar detalles con la periodista del Post que public¨® la noticia. Tras conocer los pormenores de la historia publicada, no me cabe duda alguna de que m¨¢s de uno, dentro y fuera de las fuerzas armadas, se habr¨¢ hecho la inevitable pregunta: ?por qu¨¦ no seguir bombarde¨¢ndolos hasta acabar con los principales dirigentes?
En el primer productor de coca¨ªna del mundo durante tantos a?os puede desaparecer este veneno
¡ªPorque han aprendido a defenderse, por supuesto. Ya no es tan f¨¢cil.
¡ªPero esa tecnolog¨ªa sigue siendo muy potente. ?Son los guerrilleros conscientes de que si no aceptan un acuerdo de paz se enfrentan a una liquidaci¨®n segura, no en los pr¨®ximos 50 a?os, como usted ha dicho alguna vez, si no mucho antes? No parece que 50 a?os sea el plazo que de verdad usted cree que necesita para derrotar a la guerrilla¡
¡ªNo, por supuesto que la guerrilla no estar¨ªa en la mesa de negociaciones si creyera que por la v¨ªa de las armas puede ganar. Eso es evidente, que ya se dieron cuenta que por esa v¨ªa no van a lograr sus objetivos; y esa realidad ha sido ayudada por los golpes contundentes que hemos dado en los ¨²ltimos tiempos y yo he sido responsable de eso porque¡
Aqu¨ª el presidente se detiene, hace una pausa y por un momento (el momento so?ado por cualquier periodista), parece que se dispone a enhebrar el relato secreto de los recientes y exitosos golpes a la guerrilla. Pero no. Reflexiona durante un brev¨ªsimo instante, cambia de idea, o al menos as¨ª me lo parece, quiz¨¢ me equivoco, y luego contin¨²a:
¡ªLos golpes a la secretar¨ªa [la c¨²pula directiva, compuesta por siete miembros] de las FARC comenzaron cuando yo asum¨ª el Ministerio de Defensa. Antes, en 45 a?os no le hab¨ªamos dado nunca a un miembro del secretariado, pero tocaba hacer eso para poder lograr lo que estamos logrando¡ y a veces hay que saber hacer la guerra para lograr la paz.
¡ªTodo ello no hubiera sido posible sin esa ayuda decisiva de Estados Unidos.
¡ªNo solamente la ayuda espec¨ªfica de Estados Unidos con esa tecnolog¨ªa. Nosotros hemos recibido ayuda de muchos pa¨ªses en muchos frentes, ayuda que apreciamos, ayuda que ha sido sumamente ¨²til y hoy podemos decir que tenemos las mejores Fuerzas Armadas en nuestra historia, no solamente en sus capacidades humanas sino en equipos, con tecnolog¨ªa.
¡ªColombia habr¨¢ sido pues uno de los pocos ejemplos en el mundo en el que los esfuerzos de Estados Unidos han resultado un ¨¦xito.
¡ªSin duda. La iniciativa bipartidista de pol¨ªtica exterior de Estados Unidos m¨¢s exitosa de los ¨²ltimos 50 a?os sin duda alguna ha sido el Plan Colombia. Y si logramos la paz, entonces es cerrar con broche de oro.
Quiz¨¢ por ello resulten en Washington m¨¢s incomprensibles si cabe los ataques de Uribe a Santos. ¡°No estamos acostumbrados a que los expresidentes jueguen un papel tan expl¨ªcito, opinando de un mandatario en ejercicio¡±, declar¨® a The Washington Post Carl Meacham, quien durante diez a?os supervis¨® la pol¨ªtica sobre Am¨¦rica Latina para el Partido Republicano en el Comit¨¦ sobre Asuntos Exteriores del Senado. ¡°Para nosotros, es muy sorprendente comprobar la intensidad con la que se involucra el presidente Uribe¡±.
GOBERNAR ES REFORMAR
Llegados a este punto, podr¨ªa uno pensar que el presidente de Colombia se dedica a dirigir las conversaciones de paz en La Habana y a perseguir a guerrilleros en territorio colombiano en exclusi¨®n de todo lo dem¨¢s, 24 horas al d¨ªa y siete d¨ªas a la semana. Pero ni falta hace pisar las calles de Bogot¨¢ para comprender que esto no es as¨ª. Desde el propio despacho del presidente en el que estamos, a trav¨¦s de las ventanas abiertas, se escuchan los gritos y las proclamas de los partidarios del alcalde de la capital, Gustavo Petro. Alcanzo a distinguir ciertas consignas, ¡°por la dignidad de Colombia¡± resulta una de las m¨¢s coreadas, ahogadas todas por un estruendo de m¨²sicas de lo que parecen enormes sistemas de amplificaci¨®n.
Va a haber un acuerdo para que vayan desapareciendo el narcotr¨¢fico y la producci¨®n
El caso Petro no afecta directamente al presidente. Pero simboliza muy bien algunas de las encrucijadas de la pol¨ªtica colombiana, la dificultad de gobernar un pa¨ªs con desigualdades tan profundas, en el que dise?ar programas para una mayor¨ªa incluyente de la sociedad y tambi¨¦n para el establishment resulta harto complicado, puesto que la diferencia entre ambos es tan abismal. Petro es un exguerrillero del M-19 que abandon¨® las armas hace 25 a?os. Se convirti¨® en alcalde de la capital en 2011, el puesto de m¨¢s poder ocupado por un l¨ªder de la izquierda. La mala gesti¨®n del servicio de basuras municipales, el recuento de cuyos detalles exceder¨ªa con mucho este espacio, da?¨® su popularidad. Analistas independientes consideran que, en general, ha sido un mal alcalde, las clases medias y altas sienten que ha gobernado la ciudad en contra de sus intereses y finalmente, el procurador general, un hombre pr¨®ximo a la ultraderecha, le inhabilit¨® en diciembre para ejercer cargos p¨²blicos durante 15 a?os (una decisi¨®n judicial de la semana pasada, d¨ªas despu¨¦s de esta entrevista, suspendi¨® temporalmente esa inhabilitaci¨®n). La pol¨¦mica tiene algo de s¨ªmbolo inquietante para el conjunto de la pol¨ªtica en Colombia y las ansias de estabilidad social y progreso econ¨®mico de sus ciudadanos: hay un caso Petro, pero tambi¨¦n el a?o pasado diversas protestas de cafeteros o transportistas paralizaron parte del pa¨ªs y trastocaron la vida diaria de millones de colombianos, las v¨ªctimas y los desplazados por la violencia se quejan de desatenci¨®n. Todo ello dibuja un profundo malestar social, del que emerge con n¨ªtidos contornos el mapa de la desigualdad en Colombia. No s¨¦, le digo al presidente para empezar, si parece razonable que un funcionario no electo pueda destituir a un alcalde elegido en las urnas sin que medie un proceso judicial con las garant¨ªas de un Estado de derecho.
¡ªNo parece razonable. Pero es la ley. Y la ley hay que cumplirla.
¡ªSupongo que es esa una contestaci¨®n muy colombiana: resulta inaceptable, pero va a tener que ser as¨ª.
¡ªEsa es mi respuesta.
¡ª?Ese es un mal mensaje para las negociaciones de paz en La Habana? Petro dice: miren lo que pasa cuando uno acepta la v¨ªa pol¨ªtica, luego viene un funcionario de la ultraderecha y le destituye a uno. ?O no tiene nada que ver una cosa con otra?
¡ªNo tiene nada que ver lo uno con lo otro. Nosotros estamos negociando en La Habana como si no existiera conflicto o terrorismo en Colombia y estamos combatiendo aqu¨ª en Colombia como si no existiera proceso de paz.
¡ª?Y las v¨ªctimas y los desplazados? ?Cu¨¢l es el balance de la ley de v¨ªctimas que su Gobierno aprob¨®? Porque, efectivamente, las cifras en su conjunto parecen muy impresionantes, pero tambi¨¦n hay reportes sobre la inmensa dificultad para su aplicaci¨®n en la pr¨¢ctica. A veces parece que el Estado colombiano tenga enormes dificultades de llevar hasta el final leyes que ha aprobado, decisiones que ha tomado, imponer su autoridad sobre terratenientes que se creen por encima de la ley¡
¡ªYo entiendo la impaciencia de muchas v¨ªctimas. Pero la ley por eso da un plazo de diez a?os y no llevamos sino a?o y medio. Ni siquiera llevamos dos a?os y el n¨²mero de v¨ªctimas que ya hemos reparado es inmenso. La restituci¨®n de tierras: ah¨ª hemos estado m¨¢s atrasados porque nos toc¨® montar toda una organizaci¨®n; inclusive nos toc¨® capacitar jueces agrarios, que nosotros nos hab¨ªamos olvidado del derecho agrario; y somos un pa¨ªs muy leguleyo, en donde los procedimientos se respetan y eso dificulta las cosas porque los afectados ponen todo tipo de recursos. Pero vamos avanzando; ya tenemos el esquema funcionando, hay unos t¨¦rminos y por eso yo me siento muy satisfecho de los avances, aunque me hubiera gustado que se avanzara m¨¢s, sobre todo en la restituci¨®n de tierras. A eso le vamos a poner el acelerador.
¡ªDice usted que Colombia es un pa¨ªs muy leguleyo. ?Cu¨¢nto le ha dificultado eso para sacar adelante sus presupuestos y sus ambiciosos planes de desarrollo? Ha habido quejas, creo recordar que de usted mismo, de que se han producido retrasos indebidos.
¡ªEl ritmo de ejecuci¨®n del presupuesto del Gobierno ha sido el ritmo m¨¢s alto en la historia reciente del pa¨ªs y eso es una de mis prioridades en todos los Consejos de Ministros, c¨®mo va la ejecuci¨®n de los programas. Dicho esto, s¨ª hay [retrasos]. Creo que se nos fue la mano, a m¨ª se me fue la mano, en mi estatuto anticorrupci¨®n en poner demasiadas trabas y demasiadas condiciones que han hecho dif¨ªcil muchas veces que funcionarios tomen decisiones. Y eso tenemos que corregirlo.
Las v¨ªctimas son conscientes de que tendr¨¢n que sacrificar derechos para que se pueda lograr la paz
¡ª?A qu¨¦ se debieron las protestas que a lo largo del a?o pasado paralizaron parte del pa¨ªs? ?A un malestar de campesinos y trabajadores con sus condiciones de vida, con los precios de los productos que venden? ?Era un malestar social leg¨ªtimo? Hubo quien tambi¨¦n dijo que detr¨¢s estaba la guerrilla.
¡ªAh¨ª hubo de todo. Hubo protestas leg¨ªtimas de sectores que han visto que los precios de sus productos, como el caso del caf¨¦, se han reducido un 70% y han visto su ingreso reducirse un 70% y eso cualquier persona que ve que su costo de producci¨®n es mayor al precio de venta sale a protestar y eso es totalmente comprensible. Hay tambi¨¦n manipulaciones pol¨ªticas de personas que estaban pensando y que siguen pensando en las elecciones que ahora se van a realizar dos meses. Hay tambi¨¦n factores de presencia de grupos de las FARC que estaban estimulando parte de esas protestas. O sea, hab¨ªa de todo. Y tambi¨¦n es la manifestaci¨®n, y as¨ª lo he dicho yo, de protesta por el abandono del campo colombiano, no de este Gobierno ni de los ¨²ltimos gobiernos, llevamos d¨¦cadas y el campo colombiano sigue abandonado, entre otras cosas, por la presencia del conflicto. La gente no invierte en el campo porque hay conflicto. Entonces, ese c¨ªrculo vicioso es el que tenemos que romper para convertirlo en un c¨ªrculo virtuoso. Si no hay conflicto, el potencial para que Colombia se convierta por ejemplo en una gran despensa de alimentos del mundo ¡ªsomos uno de los pocos pa¨ªses, seg¨²n la FAO, de los siete pa¨ªses con mayor potencial para aumentar la producci¨®n de alimentos en el mundo¡ª y es lo que yo aspiro a que suceda.
EL ARTE DE CONJUNTAR VOLUNTADES
¡ªEl presidente de Chile, Sebasti¨¢n Pi?era, me dijo la ¨²ltima vez que le vi que en Am¨¦rica Latina es m¨¢s f¨¢cil ser un candidato de izquierdas que de derechas. ?Colombia es una excepci¨®n?
¡ªYo dir¨ªa que en Colombia es mejor ser un candidato de la tercera v¨ªa, como soy yo. El concepto de derechas e izquierdas aqu¨ª ha tenido tantos cambios que ya la gente se confunde. Pero simplemente por la situaci¨®n social, lo que dice Pi?era es cierto. Es m¨¢s f¨¢cil ser un candidato de la izquierda que de la derecha.
¡ªPero no aqu¨ª en Colombia.
¡ªEn Colombia, por la violencia y por la necesidad de mano dura contra esa violencia, la derecha ha tenido m¨¢s espacio, sin duda alguna. En la medida en que eso desaparezca, el p¨¦ndulo puede estar gir¨¢ndose a la izquierda.
¡ªUsted hab¨ªa teorizado sobre la tercera v¨ªa, incluso publicado libros, pero cuando empez¨® a gobernar s¨®lo ten¨ªa a la izquierda enfrente. Ahora la realidad se ha acomodado a la teor¨ªa y en estos cuatro a?os le ha salido una oposici¨®n de derechas [encabezada por Uribe], que le ha montado una campa?a de difamaci¨®n.
¡ªSin duda y yo me siento muy c¨®modo cuando me atacan los dos extremos: la extrema derecha y la extrema izquierda. Para m¨ª eso es una inyecci¨®n de est¨ªmulo a seguir adelante en lo que estoy haciendo, porque en cierta forma es una reafirmaci¨®n de que lo que estamos haciendo es lo correcto.
¡ªHablando de libros, me cuentan que Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln, donde Doris Kearns Goodwin relata c¨®mo Lincoln, tras ganar, coloca a todos sus adversarios en el Gobierno, fue una inspiraci¨®n para usted, quien intent¨® algo parecido.
¡ªMe copi¨¦ de Lincoln. Yo me inspir¨¦ en Lincoln y cuando gan¨¦ las elecciones a mis rivales, los invit¨¦ y les dije: aqu¨ª podemos gobernar juntos porque yo puedo incorporar en mi programa de Gobierno lo que usted estaba proponiendo en esto, en esto y en esto.
¡ªRafael Pardo, que fue candidato por el Partido Liberal Colombiano y hoy es ministro de Trabajo, Germ¨¢n Vargas Lleras, candidato por el Partido Cambio Radical, y que ocup¨® varios ministerios...
¡ªPardo, Vargas Lleras, hasta los Verdes, en la segunda vuelta, se unieron a la Unidad Nacional. Y eso fue lo que nos permiti¨® pasar reformas impensables. Esas reformas progresistas, que la gente nunca hab¨ªa cre¨ªdo posible que se pasaran en el Congreso, se pasaron por eso, por esa gobernabilidad que yo, si usted me pregunta qu¨¦ elementos nos han permitido los resultados que hoy podemos comenzar a mostrar, es ese exactamente, el de tener gobernabilidad. Esa gobernabilidad nos ha permitido pasar en el Congreso esas reformas. Hemos hecho el Gobierno m¨¢s reformista en d¨¦cadas, hemos logrado aprobar reformas muy audaces que est¨¢n dando unos resultados sociales como nunca antes y eso para m¨ª es muy satisfactorio, porque ¨¦ramos uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales de todo el hemisferio, despu¨¦s de Hait¨ª. ?ramos el segundo pa¨ªs m¨¢s desigual en toda Am¨¦rica Latina. Ya eso no es cierto. Seguimos siendo un pa¨ªs muy desigual y tenemos que avanzar mucho m¨¢s. Hemos logrado disminuir el desempleo 40 meses seguidos sin excepci¨®n. Ning¨²n pa¨ªs del planeta creo que puede decir eso. Nos queda todav¨ªa un camino muy largo por recorrer porque todav¨ªa tenemos casi dos millones de personas desempleadas, pero para m¨ª la parte de las reformas sociales constituyen el legado m¨¢s importante.
La guerrilla no estar¨ªa en la mesa de negociaciones si creyera que puede ganar por la v¨ªa de las armas
¡ªVisto en retrospectiva, ?no ser¨ªa eso tambi¨¦n un posible legado, la gobernabilidad?
¡ªPues s¨ª, yo dir¨ªa que ese es un buen ejemplo, y el mundo entero aplaude esto que hemos hecho de regular esa unidad nacional. As¨ª se llama, as¨ª lo hemos bautizado, el Gobierno de Unidad Nacional, que nos ha permitido lograr esto y yo aspiro que esa unidad nacional se mantenga para lograr la paz, que esa unidad nacional sea la que apoye y concrete la paz en Colombia.
¡ªEse equipo de exrivales pueden dejar de ser ex y volver a ser rivales en el momento en que usted, dentro de cuatro a?os¡
¡ªTenga la seguridad que yo en cuatro a?os no tendr¨¦ la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de aspirar, ni quiero, y cada uno tendr¨¢ su libertad de continuar su vida pol¨ªtica por el camino que considere m¨¢s pertinente. Pero creo que ya sobre unas bases de una democracia mucho m¨¢s s¨®lida, de una democracia mucho m¨¢s real y una democracia en paz. Y as¨ª es m¨¢s f¨¢cil hacer pol¨ªtica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Juan Manuel Santos
- Elecciones Colombia 2014
- Proceso paz Colombia
- Negociaciones con terroristas
- Partido de la U
- Elecciones Colombia
- FARC
- Conflicto Colombia
- Colombia
- Guerrillas
- Proceso paz
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Conflictos armados
- Elecciones presidenciales
- Lucha antiterrorista
- Gobierno Colombia
- Partidos pol¨ªticos
- Elecciones
- Sudam¨¦rica
- Guerra
- Gobierno
- Grupos terroristas
- Latinoam¨¦rica
- Administraci¨®n Estado
- Am¨¦rica