Maduro recibe cr¨ªticas desde la izquierda por traicionar el legado de Ch¨¢vez
El presidente hizo referencias en su discurso anual ante la Asamblea a "la ultraizquierda" Varios personajes acusan al mandatario de alejarse del pensamiento de Ch¨¢vez
Hasta diciembre de 2012, cuando Hugo Ch¨¢vez se retir¨® de la vida p¨²blica tres meses antes de morir, la ideolog¨ªa de la revoluci¨®n bolivariana, aunque incierta, parec¨ªa f¨¢cil de determinar en cualquier momento: era lo que el comandante dijera en determinada circunstancia. Desde 2006, sin embargo, Ch¨¢vez se hab¨ªa declarado socialista, lo que dio un marco nuevo a las interrogantes que, ya para entonces, empezaron a cobrar vigencia: ?A qu¨¦ socialismo se refer¨ªa? ?Al de Europa del Este o al de Cuba, su gran aliado? ?Al de Marx, al de Sant-Simon, o al de Mari¨¢tegui?
El l¨ªder falleci¨® y, para mayor enredo, durante su mandato habl¨® mucho ¨Ccon frecuencia de manera contradictoria- y escribi¨® poco, a menos que se consideren sus notas de prensa y sus trinos en Twitter ¨Cdebidos, con toda probabilidad, a amanuenses contratados- como hechuras de su pu?o y letra.
As¨ª, los herederos del fallecido teniente coronel se encuentran sin un cuerpo te¨®rico firme y, a la vez, con muchas posibilidades de interpretaci¨®n. Un potencial conflicto que, por primera vez, alcanz¨® dimensi¨®n p¨²blica cuando, el pasado mi¨¦rcoles, en su discurso anual ante la Asamblea Nacional, el presidente Nicol¨¢s Maduro marc¨® distancias expl¨ªcitamente respecto a un sector al que llam¨® ¡°la ultraizquierda¡±.
¡°Ac¨¢ est¨¢ un socialista comprometido¡±, jur¨® Maduro en un momento de su intervenci¨®n - que dur¨® cuatro horas - ante ¡°quienes me subestiman desde la ultraizquierda y la ultraderecha¡±. Pero, remat¨®, ¡°los dogmas s¨®lo han servido para infligir derrotas al movimiento popular¡±. El presidente venezolano hac¨ªa con esas palabras un llamado a la flexibilidad pragm¨¢tica para seguir haciendo factible su r¨¦gimen, a la vez que invocaba sus propias credenciales revolucionarias ¨Centre las cuales no es la menos rotunda la de haber sido designado a dedo por Ch¨¢vez como su sucesor-, ahora puestas en duda desde alguna facci¨®n del chavismo. Pero nadie que no siguiera algunos medios, privados pero oficialistas, como el diario Vea de Caracas o el digital Aporrea.org, pod¨ªa saber a qui¨¦nes respond¨ªa Maduro.
El Plan de la Patria es el programa de acci¨®n pol¨ªtica que Ch¨¢vez present¨® como documento de campa?a en las ¨²ltimas elecciones presidenciales en las que particip¨®
As¨ª sali¨® a relucir el nombre de Toby Valderrama y su fracci¨®n, llamada indistintamente Un Grano de Ma¨ªz o Misi¨®n Conciencia, seg¨²n los nombres con los que tambi¨¦n identifica sus columnas de opini¨®n que a diario se difunde por esos medios. Valderrama, un historiador y exguerrillero, que ya el comandante Ch¨¢vez defini¨® como ¡°un viejo camarada¡± en abril de 2006, ven¨ªa siendo tomado como un gu¨ªa ideol¨®gico del l¨ªder revolucionario. ¡°A m¨ª me gustaba mucho ir a M¨¦rida (capital del Estado de M¨¦rida, en los Andes venezolanos) a visitar a Ad¨¢n (Ad¨¢n Ch¨¢vez, hermano mayor y actual gobernador del Estado de Barinas)¡±, rememoraba Ch¨¢vez en marzo de 2011, en un pasaje anecd¨®tico de su programa marat¨®nico dominical, Al¨®, Presidente, ¡°porque ya yo percib¨ªa un clima en torno a Ad¨¢n. Y un d¨ªa apareci¨® el Toby y Ad¨¢n me dijo: ¡®Ese fue guerrillero¡¯¡±.
Dejados a la deriva tras la muerte de Ch¨¢vez, Valderrama y sus compa?eros ahora aprecian un desv¨ªo en el rumbo revolucionario, que se habr¨ªa torcido en cuesti¨®n de meses al reformismo, primero, y despu¨¦s, al ¡°pacto con la burgues¨ªa¡± y a la restauraci¨®n del capitalismo de ¨¦lites. Todav¨ªa m¨¢s: Valderrama denunci¨® la semana pasada que ese giro copernicano no s¨®lo se estar¨ªa expresando en la ejecuci¨®n de pol¨ªticas equ¨ªvocas, sino a trav¨¦s del m¨¢s burdo expediente de falsificar el testamento pol¨ªtico del comandante Ch¨¢vez, su Plan de la Patria.
El Plan de la Patria es el programa de acci¨®n pol¨ªtica que Ch¨¢vez present¨® como documento de campa?a en las ¨²ltimas elecciones presidenciales en las que particip¨®, y gan¨®, en octubre de 2012. Recientemente, en diciembre del 2013, la bancada oficialista de la Asamblea Nacional forz¨® la aprobaci¨®n del Plan de la Patria como una ley de la Rep¨²blica, en una maniobra que buscaba fragmentar a la oposici¨®n y aislar a su liderazgo m¨¢s ind¨®cil frente a sectores dispuestos a concertar. Todav¨ªa hoy la oposici¨®n refuta la obligatoriedad de aplicar el Plan de la Patria como una ley ordinaria y pone en cuesti¨®n el modo en que se promulg¨®. Pero la novedad viene desde el ala izquierda del oficialismo: Valderrama sostiene que el documento aprobado no es el mismo que Ch¨¢vez firm¨®.
¡°Aqu¨ª hay testigos, El¨ªas Jaua, Diosdado, de los que puedo ver ahorita aqu¨ª, Jorge, Rafael, varios, ?Ricardo!, de cu¨¢ntas veces el comandante fue sobre este texto para dejarlo como expresi¨®n, ?Giordani!, como expresi¨®n exacta de su pensamiento, como gran conductor, genial conductor, sabio conductor de la primera revoluci¨®n socialista del siglo XXI¡±, apel¨® Maduro a otros testimoniantes, en su discurso del mi¨¦rcoles, para ratificar la autenticidad del Plan de la Patria que el Gobierno reivindica estos d¨ªas.
Pero Valderrama no se dej¨® arredrar por los se?alamientos presidenciales. Por el contrario, al d¨ªa siguiente contratac¨® con una columna titulada Es un honor el adjetivo de ultraizquierdista. Y en el texto saldaba as¨ª la cuesti¨®n sobre la legitimidad del documento de Ch¨¢vez: ¡°Aceptado ya que el Plan de la Patria fue modificado, que el que sali¨® de la Asamblea no es el original de Ch¨¢vez, que fue reformado, ahora pasemos a otro punto¡±.
Aceptado ya que el Plan de la Patria fue modificado, que el que sali¨® de la Asamblea no es el original de Ch¨¢vez, que fue reformado, ahora pasemos a otro punto¡± Toby Valderrama
De acuerdo a fuentes conocedoras de los entretelones del chavismo, Valderrama es la cabeza visible de un grupo de intelectuales afines a la revoluci¨®n pero con posiciones cr¨ªticas, del que tambi¨¦n formar¨ªan parte el historiador Vladimir Acosta y el polit¨®logo Nicmer Evans, todos profesores universitarios. Su cr¨ªtica no solo aludir¨ªa a las desviaciones pol¨ªticas del proceso sino a pr¨¢cticas corruptas en su gesti¨®n, amparadas por una denominada ¡°derecha end¨®gena¡± que habr¨ªa establecido bases tanto en la oposici¨®n como en el campo revolucionario.
Aunque no participar¨ªan en ese grupo, dos pol¨¦micos comunicadores del chavismo - recientemente defenestrados de los medios estatales - Alberto Nolia y Mario Silva, compartir¨ªan algunas de sus posiciones
El mismo mi¨¦rcoles, Maduro anunci¨® el reemplazo de Eduardo Sam¨¢n en la presidencia de Indepabis, el organismo hasta entonces encargado de supervisar los precios al consumidor y, en general, el desempe?o del sector comercial. Esa destituci¨®n tambi¨¦n se ley¨® como un rev¨¦s simult¨¢neo para el ala maximalista de la revoluci¨®n. Sam¨¢n, procedente de los movimientos contra la propiedad intelectual y los derechos registrados, y tambi¨¦n profesor universitario, es visto como un radical.
Se ignora qu¨¦ tan estrat¨¦gica fue la determinaci¨®n de Maduro de ventilar p¨²blicamente el mi¨¦rcoles estas diferencias entre sectores. Si bien ayuda a detectar fracturas en un movimiento que con insistencia hace esfuerzos por parecer monol¨ªtico, al mismo tiempo allana el camino para futuras purgas y, sobre todo, ayuda a posicionar al Gobierno actual como una opci¨®n moderada del chavismo y algo m¨¢s potable para el empresariado y las clases medias.
Hasta la fecha, las franquicias partidistas bajo las que se ha cobijado el chavismo ¨Cdesde el movimiento Quinto Rep¨²blica (MVR) al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- han sufrido escisiones escasas y de poca monta. Esas pocas, a menudo, han tenido motivaciones electorales u obedecieron a los afanes personalistas de l¨ªderes a los que tard¨® en llegar el espaldarazo del politbur¨®. Se da por cierto que en el interior del movimiento hoy conviven facciones congregadas en torno a caciques como el propio Maduro, Diosdado Cabello ¨Cpresidente de la Asamblea Nacional- o El¨ªas Jaua ¨Cactual canciller-, enfrentados por el control de parcelas de poder m¨¢s que por discusiones de principios. Pero esas diferencias todav¨ªa no se hacen evidentes, acalladas por la convicci¨®n compartida de que ¡°todos juntos somos Ch¨¢vez y por separado no somos nada¡±, como admiti¨® Maduro durante su discurso ante la Asamblea Nacional.
Ser¨ªa una novedad que la rebeli¨®n de Valderrama y su grupo asome. En todo caso, las coordenadas program¨¢ticas ahora resultan confusas, hasta el punto que las medidas econ¨®micas anunciadas el mi¨¦rcoles por el presidente Maduro ¨Cm¨¢s control del Estado sobre el mercado cambiario, mayor burocracia, acoso al comercio- fueron interpretadas por diversos analistas como una se?al de continuismo respecto a las pol¨ªticas de Ch¨¢vez. Mientras, otros encontraron en ellas signos de vuelta al capitalismo, como la apelaci¨®n a las clases medias o el favorecimiento de los empresariados productivos frente al capital rentista.
Es una situaci¨®n que el propio Toby Valderrama acert¨® en describir el pasado noviembre: ¡°Hoy vivimos una situaci¨®n extraordinaria, el asesinato de Ch¨¢vez nos dej¨® sin carta de navegaci¨®n. El cerebro y el coraz¨®n que la guardaban dej¨® de existir. Sin embargo las l¨ªneas maestras que permiten reconstruirla las conocemos¡±.
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