Una oleada de violencia golpea El Cairo
Cuatro atentados sacuden la capital en el tercer aniversario de la ca¨ªda de Mubarak Los enfrentamientos entre islamistas y polic¨ªas se multiplican en todo el pa¨ªs
El odio y la violencia se han convertido en los principales protagonistas de las celebraciones del tercer aniversario de la revuelta popular que destron¨® al dictador egipcio Hosni Mubarak. Este viernes, en la v¨ªspera de la efem¨¦ride, al menos seis personas fallecieron a causa de varios atentados y otras 12 en el transcurso de enfrentamientos entre la polic¨ªa y partidarios de los islamistas Hermanos Musulmanes, uno de cuyos l¨ªderes, Mohamed Morsi, fue depuesto de la presidencia a trav¨¦s de un golpe de Estado de julio.
La jornada se inici¨® con la explosi¨®n de un coche bomba frente a un complejo de las fuerzas de seguridad situado en el centro de El Cairo, cerca del tur¨ªstico zoco de Jan al Jalili. El atentado se cobr¨® la vida de cuatro personas y provoc¨® heridas a otras 76, seg¨²n inform¨® el Ministerio de Sanidad. Las autoridades est¨¢n investigando la participaci¨®n de un terrorista suicida.
La conflagraci¨®n fue tan potente que no solo ocasion¨® serios da?os en la fachada de la Direcci¨®n General de Seguridad, sino tambi¨¦n en el adyacente Museo Isl¨¢mico, destruyendo algunas de las obras all¨ª expuestas. De acuerdo con testigos, despu¨¦s de la explosi¨®n varios desconocidos abrieron fuego contra la comisar¨ªa antes de darse a la fuga. La organizaci¨®n yihadista Ansar Bayt al Maqdis, con base en la pen¨ªnsula del Sina¨ª y autora de algunos de los m¨¢s sangrientos atentados de los ¨²ltimos meses, reivindic¨® el ataque. No obstante, algunos expertos pusieron en tela de juicio la veracidad de la declaraci¨®n.
Unas tres horas despu¨¦s, un segundo artefacto de fabricaci¨®n rudimentaria estall¨® en el barrio cairota de Dokki, a solo unos metros de una parada de metro, provocando la muerte a un agente de polic¨ªa y heridas a una decena de personas. Dos bombas m¨¢s explotaron en el barrio adyacente a las pir¨¢mides. La primera, por la ma?ana, fue de escasa potencia y no ocasion¨® v¨ªctimas. La segunda, cercana a una sala de cine, seg¨® la vida una persona.
La jornada de atentados del viernes fue la m¨¢s sangrienta en la capital egipcia desde que se desat¨® una intensa ola de acciones terroristas a ra¨ªz de la asonada. Aunque la mayor¨ªa han sido reivindicadas por grupos yihadistas, el Gobierno, apadrinado por el Ej¨¦rcito, ha responsabilizado a los Hermanos Musulmanes, designados de forma oficial "una organizaci¨®n terrorista" a finales de diciembre. El movimiento islamista, que tiene a toda su c¨²pula entre rejas, ha sufrido una severa represi¨®n que se ha saldado con m¨¢s de 1.500 muertos. Los atentados desencadenaron la habitual cascada de condenas y declaraciones de firmeza por parte de las autoridades egipcias. "Es un intento vil y desesperado de las malvadas fuerzas terroristas para minar el ¨¦xito de Egipto y su pueblo ... al aprobar la nueva Constituci¨®n", dijo el primer ministro, Hazem Beblawi. Por su parte, la Hermandad conden¨® "duramente" la cadena de "cobardes atentados" y ofreci¨® sus condolencias a las familias de las v¨ªctimas.
"?El pueblo quiere la ejecuci¨®n de los Hermanos!", corearon con fervor centenares de personas congregadas minutos despu¨¦s de la explosi¨®n en la comisar¨ªa, mientras sosten¨ªan banderas egipcias y p¨®sters del ministro de Defensa, Abdelfatt¨¢ al Sisi, el hombre fuerte del nuevo r¨¦gimen. Su c¨¢ntico se inspiraba en el lema m¨¢s celebre y com¨²n de las revueltas ¨¢rabes, por el que el pueblo exig¨ªa ca¨ªda del r¨¦gimen. Tres a?os despu¨¦s de la dimisi¨®n de Mubarak, la transformaci¨®n de aquel eslogan pone de manifiesto la triste evoluci¨®n experimentada por la revoluci¨®n egipcia. Sus nobles ideales de tolerancia y libertad se han visto desplazados por el odio y la represi¨®n. Y su ethos pac¨ªfico, por una violencia descarnada que aleja la consecuci¨®n de cualquier tipo de aspiraci¨®n democr¨¢tica.
Egipto es hoy una naci¨®n severamente fracturada. Nada queda de la fraternidad que mostraron en la plaza Tahrir islamistas y laicos, cristianos y musulmanes. Actualmente, cualquier manifestaci¨®n pol¨ªtica puede desembocar en una batalla campal entre partidarios del Ej¨¦rcito y de la Hermandad, con la polic¨ªa tomando partido por los primeros. En m¨²ltiples disturbios distribuidos por toda la geograf¨ªa del pa¨ªs, este viernes fallecieron al menos 12 personas y docenas resultaron heridas, un sangriento preludio para la tensa jornada de este s¨¢bado, en la que tanto el Gobierno, como los Hermanos Musulmanes y los j¨®venes revolucionarios han instado a sus simpatizantes a tomar las calles.
Tambi¨¦n se movilizar¨¢ una campa?a popular que asegura haber recogido millones de firmas para convencer al general al Sisi de que concurra en las elecciones presidenciales, previstas para los pr¨®ximos meses. Sus deseos podr¨ªan materializarse en breve, pues toda la coreograf¨ªa previa al esperado anuncio del salto del general al ruedo pol¨ªtico est¨¢ en marcha.
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