Carta del embajador de Ecuador
Misiva del titular de la Embajada ecuatoriana en Madrid sobre una entrevista publicada en este peri¨®dico
Madrid, 21 de enero de 2014?
Se?or Don Javier Moreno,
Director de Diario El Pa¨ªs,
Presente.?
De mi consideraci¨®n:?
He de referirme a la entrevista publicada el d¨ªa de ayer en la secci¨®n Internacional de la versi¨®n digital del diario de su direcci¨®n, bajo el t¨ªtulo de: ¡°El destino de Ecuador puede ser peor que el de Venezuela¡±. Por las imprecisiones contenidas en ella, me veo en la obligaci¨®n de dirigirme a usted para contraponer la informaci¨®n vertida en la referida nota:?
1. Tanto en el pie de foto como en el texto, la corresponsal de Diario El Pa¨ªs, insiste reiteradamente en referirse al se?or Villavicencio como ¡°el periodista¡± y lo hace por 10 ocasiones en los 12 p¨¢rrafos de la nota. Para conocimiento suyo he de decir que el mencionado se?or se gradu¨® como tal en la Universidad Cooperativa de Colombia (UCCE) y registr¨® su t¨ªtulo en la SENESCYT el 27 de julio de 2010; la UCCE fue suspendida por la Asamblea Nacional Constituyente dos a?os antes, el d¨ªa 2 de julio de 2008, mediante el Mandato N? 14, pues aquella instituci¨®n educativa ¡°present¨® una serie de irregularidades que parecen haberla acompa?ado hasta el momento de su clausura¡±, como afirma la investigadora argentina Anal¨ªa Minteguiaga, sin embargo, es de dominio p¨²blico en mi pa¨ªs, que el se?or Villavicencio no ha ejercido el periodismo, ni se le conoce como profesional del ramo. Por el contrario, durante alg¨²n tiempo se present¨® en los medios de comunicaci¨®n autodenomin¨¢ndose como ¡°experto petrolero¡±, formaci¨®n t¨¦cnica que no posee.?
2. El se?or Villavicencio tiene una sentencia ejecutoriada por injurias graves en el a?o 2008, en el Juzgado 7? Penal de Pichincha, sentencia que prescribi¨®. Pero esta no es la ¨²nica causa penal en la que el se?or Villavicencio es el demandado, seg¨²n consta en la web del Consejo de la Judicatura, contra ¨¦l pesan otros procesos. A estos antecedentes se suma el hecho de que la Corte Nacional de Justicia, deneg¨® el recurso de casaci¨®n el pasado 14 de enero, ratificando las sentencias de primera y segunda instancias que condenan al se?or Villavicencio a prisi¨®n, multa y a pedir disculpas p¨²blicas al Presidente ecuatoriano por haberlo acusado y demandado, junto con un asamble¨ªsta opositor, de forma maliciosa y temeraria, respecto a supuestos hechos que nunca sucedieron durante el intento de golpe de Estado del 30 de septiembre de 2010.?
3. En este contexto, se?or Director, ?se puede dar cr¨¦dito a las afirmaciones de una persona como Villavicencio? ?Sus valoraciones negativas contra el Ecuador pueden ser tenidas como ciertas por un medio de comunicaci¨®n internacional, cuando la idoneidad de la fuente est¨¢ en seria duda?... Por ello, y para demostrar la mala fe del entrevistado, me permito contrastar algunas de las afirmaciones del se?or Villavicencio y de la se?ora Saiz:?
a. El se?or Villavicencio no es, ni se ha convertido en una ¡°figura inc¨®moda para el poder¡± en el Ecuador, es simplemente un sentenciado que debe responder por sus actos, como corresponde hacerlo en un sistema democr¨¢tico en el cual los poderes son independientes.?
b. ?Desde cu¨¢ndo el cumplimiento de sentencias legalmente dictadas por los tribunales de justicia, tambi¨¦n legalmente constituidos, y en procesos limpios y ce?idos a derecho, significan ¡°una regresi¨®n a la ¨¦poca de Torquemada y de la Inquisici¨®n¡±? Esta afirmaci¨®n del se?or Villavicencio, que no es m¨¢s que un recurso poco inteligente para descalificar al sistema de justicia ecuatoriano porque le afecta en su pretensi¨®n de impunidad, al ser recogido por un medio internacional, ¨¦sta se convierte en una descalificaci¨®n global al sistema de justicia y abre una brecha que puede demoler los principios y los supuestos de cualquier institucionalidad. De cierta manera, se?or Director, es como escupir al cielo.?
c. Un allanamiento, legalmente practicado, es decir, dentro de un proceso, ordenado por un juez competente y llevado adelante por los funcionarios de la Fiscal¨ªa, respetando los procedimientos y derechos humanos (como consta en el registro f¨ªlmico de la diligencia), no puede ser calificado como ¡°redada¡±, peor como ¡°irregular¡±, como un acto de ¡°brutalidad policial¡± o como ¡°intimidaci¨®n polic¨ªaca¡±, como se permite calificar el se?or Villavicencio a la diligencia practicada para obtener sus ordenadores, en los cuales se encontraron indicios que le incriminan. Si un Estado, se?or Director, no puede cumplir diligencias legales y leg¨ªtimas, pues ¨¦stas son p¨²blicamente satanizadas, o si la acci¨®n policial, mesurada y ce?ida a derecho, es entendida como ¡°brutal¡± o ¡°intimidatoria¡±, ?qu¨¦ recursos le quedar¨¢n a la Justicia para ejercer su cometido? ?Imagina usted un mundo donde los jueces no puedan ordenar la obtenci¨®n de pruebas? ?D¨®nde la polic¨ªa no pueda cumplir con el mandato legal de las autoridades competentes?...?
d. La periodista Saiz hace afirmaciones falsas al sostener que en el Ecuador exista una ¡°progresiva ausencia de divisi¨®n de poderes¡± y que en mi pa¨ªs la prensa, los cr¨ªticos al gobierno, los grupos de derechos civiles, los jueces y los medios de comunicaci¨®n est¨¦n en indefensi¨®n. Parecer¨ªa que la reportera se refiere a un supuesto r¨¦gimen de terror, a una inventada dictadura autocr¨¢tica sin parangones. La periodista de Diario El Pa¨ªs se refiere, en realidad, a un gobierno que ha ganado ampliamente nueve elecciones universales, libres y democr¨¢ticas, que ha propiciado la mayor reforma constitucional de los ¨²ltimos cien a?os, que ha puesto en vigencia los derechos humanos, que practica la equidad, que ha reducido la pobreza y la mortalidad materno infantil, que ha revolucionado la educaci¨®n, la salud, y ha cambiado la matriz energ¨¦tica, pero que, en coherencia con el mismo marco legal que respeta y aplica, cumple y hace cumplir la ley.?
Me pregunto, se?or Director, ?si el Ecuador viviese un r¨¦gimen absolutista e irrespetuoso de los derechos humanos, presidido por ¡°una mezcla de Keynes y Stalin¡±, como rid¨ªculamente inventa el se?or Villavicencio, c¨®mo explicar¨ªamos entonces que se haya convertido en pa¨ªs elegido por miles de profesionales espa?oles que emigran en la actualidad buscando oportunidades laborales? Ellos no solo son bienvenidos al Ecuador sino que, en nuestro pa¨ªs encuentran una sociedad con equidad, justicia, seguridad jur¨ªdica y estabilidad donde afincarse con sus familias. El Ecuador y su Gobierno no son lo que el se?or Villavicencio pretende y ¨¦l no es un l¨ªder social injustamente perseguido por un supuesto tirano, como podr¨ªa interpretarse tendenciosamente del texto publicado por ustedes, se trata, por el contrario, de una persona que infringi¨® la ley y que ha sido juzgada y sentenciada.
e. Hemos arribado, se?or Director, a un momento en el cual los estereotipos m¨¢s burdos e insostenibles se han convertido en referencias incuestionables para los pseudo analistas de nuestra vida pol¨ªtica. Identificar, sin argumento alguno a Venezuela con lo ¡°peor¡±, al Comandante Hugo Ch¨¢vez, en su momento, y al Presidente Nicol¨¢s Maduro, en la actualidad, con el ¡°peligro¡± y convertirlos en baremo de calificaci¨®n de otros gobiernos y mandatarios latinoamericanos, es el ejercicio m¨¢s torpe, palmario e insano de manipulaci¨®n. Me refiero a las afirmaciones de Villavicencio que son recogidas como titular de la nota en referencia. Por supuesto, rechazando aquella forma estereotipada e irresponsable de an¨¢lisis, considero que el proceso Venezolano y sus mandatarios tienen incuestionable valor hist¨®rico y son los pioneros de las transformaciones continentales. Cierto, los pueblos latinoamericanos y el pueblo ecuatoriano est¨¢n construyendo, soberanamente, su realidad y su destino; y lo hacemos juntos, cada uno en su propio, ¨²nico e irrepetible proceso y, al mismo tiempo, generando nuevos espacios de integraci¨®n regional. El an¨¢lisis de nuestra realidad pol¨ªtica va por otro camino: cientistas e investigadores del mundo entero, ellos s¨ª calificados, comienzan a dar cuenta de las diferencias y coincidencias de nuestros procesos transformadores, poni¨¦ndolos en valor. Y continuar¨¢n estudi¨¢ndolos por muchos a?os, pues se trata de un fen¨®meno que a¨²n no concluye y que tiene, para bien de nuestros pueblos, enorme vitalidad y aliento.?
f. El se?or Villavicencio, antiguo marxista y sindicalista (para utilizar dos estereotipos), persona que considera ¡°saber mucho¡± demuestra su ignorancia e inconsistencia ideol¨®gica al sostener al mismo tiempo que, ¡°El descuido hacia Am¨¦rica Latina por parte de Washington ha permitido que otras econom¨ªas lastres, como la china, invada y tome el control del continente¡±. ?A qu¨¦ se refiere el se?or Villavicencio con ello? ?Exige la vigencia del Consenso de Washington? ?Reclama el papel de polic¨ªa global para los EE UU? ?A?ora ser su ¡°patio trasero¡±? ?Repudia al r¨¦gimen comunista chino como el peor r¨¦gimen del mundo?... Adem¨¢s, ?de d¨®nde saca la peregrina idea de que un supuesto imperialismo chino sea el que dirija los procesos liberadores de nuestros pa¨ªses? Aquello se aproxima m¨¢s a un delirio psic¨®tico que a un an¨¢lisis pol¨ªtico a ser reproducido en la prensa internacional.?
g. Para quienes hemos vivido d¨¦cadas de pobreza, corrupci¨®n, saqueo, dictadura y poca democracia en el Ecuador nos sorprende que el se?or Villavicencio diga preferir caminos empedrados al Gobierno de la Revoluci¨®n Ciudadana. Cierto, la Revoluci¨®n Ciudadana no es solo diez mil kil¨®metros de carreteras de primer orden (ins¨®lito para un pa¨ªs del tercer mundo), ni tampoco es solo cinco mega centrales hidroel¨¦ctricas que nos liberan de la dependencia energ¨¦tica. La Revoluci¨®n Ciudadana es el arribo de la equidad social (no del bono de desarrollo humano sino de la redistribuci¨®n de la riqueza nacional), de la justicia, de la libertad entendida como democracia participativa, como fin de la dependencia, como t¨¦rmino de los tutelajes. La Revoluci¨®n Ciudadana es much¨ªsimo m¨¢s de lo que la corta vista de Villavicencio llega a columbrar y eso lo sabe el pueblo ecuatoriano que, durante siete a?os mantiene, sin paralelismos en la historia, su preferencia absolutamente mayoritaria por el Gobierno del Presidente Rafael Correa.?
h. Finalmente me referir¨¦ a una especie de costumbre que se va imponiendo entre algunos parecidos a Villavicencio. La de compararse con Julian Assange. Ignoran que el Ecuador concedi¨® asilo al se?or Assange al considerar su pedido y sus afirmaciones en sentido de que no se le proveer¨ªa de un proceso imparcial y que su vida correr¨ªa serio peligro. Villavicencio es un caso diferente: Assange todav¨ªa no ha sido juzgado, por lo tanto es inocente hasta que se demuestre lo contrario, Villavicencio ya ha sido sentenciado por todas las instancias de la justicia en un proceso justo y limpio que ¨¦l mismo inici¨®; la vida de Assange podr¨ªa correr peligro, la de Villavicencio est¨¢ garantizada; Assange hizo uso de un derecho que nuestro pa¨ªs reconoce, Villavicencio est¨¢ evadiendo una obligaci¨®n: cumplir con una pena a la que fue condenado.?
Se?or Director, la ambig¨¹edad y la inconsistencia del se?or Villavicencio no le hace un favor al periodismo; utilizarlo como fuente ?en la m¨¢s inocente interpretaci¨®n del hecho? afectar¨ªa la credibilidad de su medio de comunicaci¨®n y de la periodista que lo entrevist¨®, m¨¢s a¨²n si los disparates que sostiene el entrevistado no son contrastados de manera alguna con las personas e instituciones que el se?or Villavicencio pretende denostar. Por ello reclamo de usted se publique esta aclaraci¨®n en el mismo espacio del diario de su direcci¨®n en el cual se public¨® el art¨ªculo en referencia, es lo que corresponde seg¨²n la ¨¦tica y la ecuanimidad.?
Atentamente:?
Dr. Miguel Calahorrano Camino
Embajador del Ecuador en Espa?a
-PhD de la Universidad de Montpellier I
-Master en la Universidad Salford
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