Los pescadores esperan a La Haya
Miles de empleos se ver¨¢n afectados en Chile y Per¨² por la resoluci¨®n de la Corte sobre sus aguas territoriales. La atenci¨®n medi¨¢tica les ha permitido criticar el ¡°abandono¡± del Gobierno
El se?or Orlando Rojas, 77 a?os, capitanea una peque?a embarcaci¨®n que fondea en el puerto de Arica, al norte de Chile, los d¨ªas de descanso. ?l y su tripulaci¨®n, tres en total, salieron ayer a faenar y el viernes por la tarde preparaban sus aparejos en la caleta de pescadores del puerto. Salen dos veces a la semana, a veces tres. Pescan palometas, tiburones, albacoras, dos o tres toneladas cada siete d¨ªas. Todo lo venden en el mercado de Arica.
Desde cubierta se observaba la bocana del puerto y m¨¢s all¨¢, por muchas millas, el mar chileno. Orlando murmuraba preocupado que si Per¨² gana se quedan sin pega -sin trabajo-. Porque si Per¨² gana parte del mar que se ve desde aqu¨ª ya no ser¨¢ chileno, ser¨¢ del vecino del norte. En esa situaci¨®n, ¨¦l y otros 6.000 trabajadores del sector pesquero en Arica ver¨ªan peligrar su empleo.
El tribunal internacional de La Haya decide este lunes en el contencioso que mantienen Chile y Per¨² por 38.000 kil¨®metros cuadrados de mar, una extensi¨®n aproximadamente del tama?o de Suiza. Per¨² defiende ampliar su territorio mar¨ªtimo y Chile aspira a mantenerlo. Al margen de la trifulca medi¨¢tica generada en Lima y Santiago -ha parecido en ocasiones la previa de un partido de f¨²tbol-, los m¨¢s afectados ser¨¢n los pescadores, los chilenos que faenan en Arica y los peruanos de Tacna, la primera provincia del pa¨ªs vecino apenas 50 kil¨®metros al norte.
En semanas buenas, Orlando y los suyos ganan hasta 550 d¨®lares cada uno. Si el tribunal falla en contra de sus intereses la situaci¨®n cambiar¨ªa; el margen de maniobra de los barcos chilenos se estrechar¨ªa en favor de los peruanos y las capturas menguar¨ªan. Celso Orellano, 49 a?os, trabaja con Orlando y concreta su sentir y el de sus colegas: ¡°si me quitan el mar me cortan los brazos¡±. La casa de Celso depende de sus ingresos. Su pareja trabaja espor¨¢dicamente, cuida nenes, limpia casas, pero nada fijo. El grueso del dinero es cosa suya. ¡°?Qu¨¦ hago si gana Per¨², me voy a la agricultura?¡±.
Arica no ofrece demasiadas posibilidades. El puerto concentra la mayor¨ªa de opciones. Los que no pescan en barcas peque?as, lo hacen en barcas grandes. La captura de anchoa a gran escala mueve cantidad de millones aqu¨ª cada a?o. Roberto Angelini, uno de los hombres m¨¢s ricos de Chile, convierte anualmente 600.000 toneladas de anchoa en harinas, aceites y omega 3. El trasiego de contenedores en el puerto es igualmente importante y los valles des¨¦rticos que rodean la ciudad surten de tomates y cebollas al sur del pa¨ªs en invierno. Poco m¨¢s. De hecho, ahora que detentan la atenci¨®n de medios de todo el pa¨ªs, los pescadores y dem¨¢s agentes sociales aprovechan para criticar la ¡°inacci¨®n del Gobierno los ¨²ltimos 40 a?os¡± y la falta de desarrollo de la regi¨®n.
Estos ¨²ltimos d¨ªas el Consejo de la Ciudadan¨ªa de Arica, la asociaci¨®n de armadores de barcos pesqueros, la asociaci¨®n de buzos mariscadores, el sindicato de pescadores, la c¨¢mara de comercio, todos han desfilado por las p¨¢ginas de los diario, las revistas y los noticieros de radio y televisi¨®n, acompa?ados del ramillete de ministros y altos cargos del Gobierno del presidente saliente, Sebasti¨¢n Pi?era, que se ha dejado caer por aqu¨ª.
El mensaje de los primeros ha sido parecido: el Gobierno se acuerda de Arica cuando le interesa. El presidente de la asociaci¨®n de armadores pesqueros de naves menores, Manuel Guajardo, concreta lo siguiente: ¡°Falta ampliar el puerto, trenes para la l¨ªnea Arica La Paz -el 80% del movimiento de contenedores en el puerto de Arica se debe a Bolivia-, un puerto nuevo para los pescadores artesanales, que cuiden el frente mar¨ªtimo como en Iquique o Antofagasta y potencien el turismo¡±.
La mayor¨ªa alude a Tacna como su contraparte positiva en Per¨², la hermana bonita y bien cuidada. Aldo Gonz¨¢lez, presidente de la c¨¢mara de comercio, explica que mientras Arica se estancaba, Tacna crec¨ªa y crec¨ªa. ¡°Antes eran menos que nosotros y ahora ya son 300.000 -en Arica viven 160.000 vecinos-. ¡°Adem¨¢s¡±, contin¨²a, ¡°han desarrollado el turismo, la gastronom¨ªa es magn¨ªfica y todo es barato. Yo hace poco tuve que hacerme unos ex¨¢menes m¨¦dicos y fui all¨ª porque aqu¨ª te salen al triple¡±.
En Tacna aguardan la decisi¨®n del tribunal esperando que los chilenos sigan acudiendo en masa a la ciudad -cada mes se dejan 24 millones de d¨®lares all¨ª-. De momento hay ciertos s¨ªntomas que les preocupan: el diario local El Correo informaba ayer de que el comercio hab¨ªa ca¨ªdo en la ciudad un 40% estos d¨ªas.
?Los chilenos van a dejar de ir aTacna? ?Qu¨¦ m¨¢s les da a todos los chilenos que no son pescadores en Arica el asunto del tribunal de La Haya? ?Por qu¨¦ dejar¨ªan de ir a Tacna? El orgullo derivado de una guerra que ambos pa¨ªses libraron en el siglo XIX -entonces Chile se qued¨® con Arica- y el entusiasmo con que algunos titulan sus diarios y cabeceras tienen parte de la culpa. El diario Per¨² 21 titulaba ayer a toda p¨¢gina una foto de dos polic¨ªas peruanos ¨Cuno con casco militar¨C, sobre el titular enorme, en letras rojas, ¡°Refuerzan Seguridad¡± . Y ese es de los finos. Hace unos d¨ªas, el diario La Raz¨®n titulaba, radiante, ¡°?Chile llora!¡±.
Los pescadores peruanos son m¨¢s cautelosos. A una hora de la ciudad de Tacna, en la costa, el presidente del sindicato de pescadores de Morro Sama, David Pati?o, ped¨ªa ayer calma y esperar a que las autoridades les digan qu¨¦ hacer.
Aqu¨ª est¨¢n en temporada de perico, un pescado que pesa hasta diez kilos y retoza perezoso en estas aguas los meses del verano austral. Pati?o explica que el actual reparto con Chile les es muy molesto pues, en la pr¨¢ctica, cuando salen rectos del puerto, apenas tardan 40 millas en toparse con el mar del vecino, como si al salir de casa no pudieras pisar el rellano porque pertenece al vecino de arriba.
En la actualidad, adem¨¢s, Pati?o y los suyos, aproximadamente mil embarcaciones peruanas entre pesca artesanal e industrial, solo pueden faenar dos meses al a?o, luego el perico va en busca de aguas m¨¢s c¨¢lidas. El resto del a?o lo dedican al marisco de playa, los pulpos... Est¨¢n, seg¨²n dice, atrapados. Algunos, como Lorenzo Calder¨®n, de 58 a?os, se mudan a otro sitio a trabajar de otra cosa. Lorenzo elige Puno y las minas de esa regi¨®n peruana: ¡°Saco rocas en carretas, pagan bien¡±.
Si La Haya les diese a los pescadores peruanos el mar que dicen que hist¨®ricamente les pertenece, sus vidas probablemente cambiar¨ªan. Y la de los marineros chilenos de Arica tambi¨¦n.
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