Risas en la Rada, fr¨ªo en las calles
El Parlamento de Ucrania vota en una jornada casi festiva y ajeno a la tensa vigilia de los manifestantes cercados por los polic¨ªas antidisturbios
El ambiente de rutina con que la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania celebr¨® su sesi¨®n ten¨ªa algo de irreal si se contrapon¨ªa al de la calle movilizada desde hace m¨¢s de dos meses. En la tribuna del hemiciclo, para marcar la importancia del evento, estaban sentados los tres presidentes que han precedido a V¨ªctor Yanuk¨®vich al frente del Estado: Leonid Kravchuk, Leonid Kuchma y V¨ªctor Y¨²shenko. Como el resto de la C¨¢mara, estos tres personajes tan distintos (un exjefe de ideolog¨ªa del partido comunista, un exdirector de una de las principales f¨¢bricas de misiles de la URSS y un financiero y banquero), guardaron un minuto de silencio por los muertos en los disturbios de la semana pasada.
En los descansos, los diputados de distintos grupos se saludaban con besos, apretones de manos y sonrisas y ning¨²n discurso incendiario vino a turbar esa paz aparente porque, a la vista del p¨²blico, lo ¨²nico que hicieron los legisladores fue apretar el bot¨®n de las votaciones. En la cantina de la Rada se formaban largas colas para almorzar y el surtido de productos disponibles era amplio y, desde luego, mucho m¨¢s apetitoso que en la cantina de la Duma Estatal de Rusia, la C¨¢mara baja del Parlamento de aquel pa¨ªs.
En los alrededores de la Rada un gran despliegue policial y de tropas del Ministerio del Interior velaba por el orden p¨²blico. Los agentes iban con cascos, porras y chalecos antibalas y para facilitarles su labor contaban con decenas y decenas de autobuses donde pod¨ªan calentarse. Tambi¨¦n ten¨ªan furgones carcelarios con rejas en las ventanillas.
Los ¨²nicos manifestantes a los que se permit¨ªa acercarse al edificio del Legislativo eran los del Partido de las Regiones, varios centenares de personas que se concentraban frente a un escenario en las inmediaciones. La jornada por en¨¦simo d¨ªa consecutivo era fr¨ªa (menos de 10 grados bajo cero) y los seguidores del partido gubernamental entraban en calor jugando al f¨²tbol. Junto a ellos, los veh¨ªculos que les hab¨ªan tra¨ªdo a Kiev, autobuses adquiridos en el mercado de segunda mano de Europa, a juzgar por los letreros no borrados todav¨ªa que indicaban compa?¨ªas y localidades tur¨ªsticas, desde la costa del Mediterr¨¢neo a los fiordos noruegos.
Varios centenares de metros m¨¢s abajo, m¨¢s all¨¢ de los cordones de las tropas de intervenci¨®n especial, se extend¨ªa la tierra de nadie, y al otro lado, las barricadas, los restos de los neum¨¢ticos que han ardido durante d¨ªas y unos manifestantes cansados y ateridos, pero dispuestos a seguir resistiendo.
En provincias, las tensiones continuaban y a juzgar por las labores de refuerzo de las administraciones p¨²blicas las autoridades se curan en salud ante previsibles nuevos asedios. En Lugansk aparecieron voluntarios dispuestos a defender la ciudad de manifestantes incontrolados. En Odessa proteg¨ªan el edificio de la administraci¨®n regional con bloques de hormig¨®n por si se produc¨ªa un asalto y lo mismo suced¨ªa en Jers¨®n. En Lvov, el presidente del Parlamento local se dirigi¨® a los manifestantes que ocupaban la sede de la Administraci¨®n para que abandonaran el edificio antes del fin de la jornada. En Dnepropetrovsk, tras el asalto fallido del pasado domingo al edificio de la Administraci¨®n, las autoridades reforzaron la guardia de los edificios oficiales.
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