¡°Se?al¨¦ que en M¨¦xico la gente podr¨ªa armarse ante la indefensi¨®n¡±
El general colombiano Naranjo culmina su asesor¨ªa al Gobierno de Pe?a Nieto Dice que no ha cobrado un solo peso del erario y rechaza estar detr¨¢s de las autodefensas
Luego de ser durante 19 meses asesor en materia de seguridad de Enrique Pe?a Nieto, el general ?scar Naranjo se?ala que el m¨¢s grande desaf¨ªo para M¨¦xico es el ¡°dram¨¢tico nivel de impunidad en los homicidios, de tal manera que quien mata a alguien realmente siente que no va a pasar nada con ¨¦l y que puede seguir haci¨¦ndolo¡±.
El exdirector de la Polic¨ªa Nacional de Colombia responde en entrevista con EL PA?S a los se?alamientos de la izquierda mexicana, que le ha acusado de estar detr¨¢s del surgimiento de las autodefensas de Michoac¨¢n y que ha reclamado saber cu¨¢nto se le pag¨® por la asesor¨ªa al presidente de M¨¦xico. ¡°Yo no le he costado un peso al erario p¨²blico¡±, ha dicho en una charla el martes. ¡°En cuanto a lo de las autodefensas, resulta muy contradictorio (el se?alamiento en su contra) porque basta retomar lo que fue mi posici¨®n p¨²blica, desde el primer momento en que llegu¨¦, se?alando que el reto y el desaf¨ªo m¨¢s grande para M¨¦xico era contener una indignaci¨®n ciudadana que pod¨ªa transformarse en una indignaci¨®n armada para defenderse frente a una cierta incapacidad del Estado para proteger a los ciudadanos¡±. Aqu¨ª sus respuestas.
Pregunta. ?Qu¨¦ pron¨®stico tiene para M¨¦xico en cuesti¨®n de violencia en lo que resta del mandato de Pe?a Nieto?
Respuesta. Creo que en M¨¦xico han sucedido cosas que al final son las que m¨¢s valen. Lo primero es que en mi opini¨®n los grandes delincuentes, los capos de los c¨¢rteles, tuvieron que abandonar sus zonas de confort, hoy son criminales en fuga. Hace unos a?os esos criminales eran visibles a la sociedad, y de alguna manera eran tolerados. Hoy lo m¨¢s importante es que los mexicanos han dicho no a ese modelo de narcotraficante.
Segundo, creo que durante a?os M¨¦xico ha acumulado capacidades institucionales; M¨¦xico tiene hoy cerca 1.300 cuerpos de polic¨ªa pero hace s¨®lo seis o siete a?os la Polic¨ªa Federal mexicana era tremendamente deficitaria; hoy hay una Polic¨ªa Federal en construcci¨®n, con capacidades competitivas frente al crimen en sus dimensiones de inteligencia, de movilidad, de profesionalismo. ?D¨®nde est¨¢ el reto? En el c¨®mo 400 mil polic¨ªas que forman parte de los 1.300 cuerpos de polic¨ªa logran est¨¢ndares de carrera, de mando y control, de coordinaci¨®n en nivel municipal, estatal y federal y creo que ah¨ª se est¨¢ avanzando. Por lo tanto lo que pronostico para M¨¦xico es que sobre una decisi¨®n de los ciudadanos, que deber¨ªa estar siempre alimentada por la decisi¨®n pol¨ªtica como lo hace el gobierno, de decir ¡°No a la mafia¡±, M¨¦xico saldr¨ªa adelante. Nada m¨¢s cobarde que un delincuente, cuando el delincuente se empodera es porque encuentra un campo abonado donde no ve riesgo, pero si se eleva el riesgo para delinquir, y ese riego surge de decirle ¡°No, no te vamos a aceptar¡±, ese delincuente toma otro camino.
P. ?Cu¨¢l fue su aportaci¨®n y qu¨¦ balance deja de esta experiencia como asesor?
Hoy los capos de los c¨¢rteles tuvieron que abandonar su zona de confort. Son criminales en fuga
R. Yo me aproximo a esta respuesta primero, ratificando el respeto que como extranjero debo tener por la institucionalidad mexicana y por las reglas que rigen el pa¨ªs, donde es claro que un extranjero obra con limitaciones para participar, para tener opini¨®n pol¨ªtica sobre procesos que son internos de este pa¨ªs; segundo, me aproximo con humildad para reconocer que siempre la figura de un asesor es una que deja dudas sobre el real impacto que pudo producir, m¨¢xime en el tema de la seguridad donde, durante este a?o y medio, me toc¨® hacer mucha pedagog¨ªa para explicarle a los ciudadanos en M¨¦xico que yo no era un asesor en materia de estrategias, de implementaci¨®n de operaciones, que no estaba inmerso bajo controles operacionales jer¨¢rquicos de las instituciones mexicanas y que era simplemente una voz que deber¨ªa producir unos niveles de reflexi¨®n y una capacidad de inspiraci¨®n para M¨¦xico. Al final las soluciones las construyen los mexicanos, un asesor externo no construye decisiones, abre puertas para que se exploren caminos para llegar a las soluciones. En ese sentido digo, con humildad, que creo que mis reflexiones en muchos ¨¢mbitos s¨ª quedaron instaladas.
Voy a mencionar una: fui un cr¨ªtico muy fuerte, como resultado de mi experiencia, de que una pol¨ªtica p¨²blica de seguridad fuese llamada una guerra, porque cuando uno convierte la pol¨ªtica de seguridad p¨²blica en una l¨®gica de guerra lo que hace es crearnos desconfianzas donde el delincuente empieza a ser visto como un enemigo a aniquilar y en una sociedad democr¨¢tica un delincuente no es un enemigo a aniquilar, es una persona que hay que rescatar para el estado de derecho y rehabilitar. Esa pedagog¨ªa aqu¨ª tom¨® cuerpo y vida y hoy no se habla de luchar contra los delincuentes como si estuvieras en una guerra en M¨¦xico.
Dos, insist¨ª mucho que la pol¨ªtica de seguridad deber¨ªa ser una pol¨ªtica de Estado y no una de gobierno o de partido, que la pol¨ªtica de seguridad deb¨ªa ser una pol¨ªtica de Estado trascendente a los gobiernos pero, adem¨¢s, incluyente en el nivel municipal, estatal, federal y las ramas del poder p¨²blico, que no era un problema del ejecutivo es tambi¨¦n del legislativo y de la administraci¨®n de justicia.
Por otro lado creo que los aportes tuvieron mucho que ver con algo que es deficitario en Am¨¦rica Latina y es que la amenaza del narcotr¨¢fico en Am¨¦rica Latina lleg¨® a convertir la pol¨ªtica p¨²blica de seguridad en una pol¨ªtica antinarc¨®ticos, desconociendo que nuestras violencias son multicausales y no todas dependen del narcotr¨¢fico y no todas se fundan en el narcotr¨¢fico y a veces los pa¨ªses se cierran a las realidades de unas violencias que no queremos ver.
P. ?C¨®mo est¨¢ M¨¦xico a ras de suelo?
R. Uno tendr¨ªa que reconocer que en esta materia no hay soluciones m¨¢gicas y autom¨¢ticas, pero que s¨ª hay procesos que empiezan a cambiar el paisaje de esa realidad de violencia y yo llamar¨ªa la atenci¨®n sobre dos o tres premisas de la pol¨ªtica de seguridad que el gobierno est¨¢ impulsando: una que me parece muy importante que tiene que ver con la regionalizaci¨®n del modelo; es decir, M¨¦xico, con esta inmensidad de territorio, con esta diversidad de culturas, con esta diversidad de amenazas, realmente era un error tener una pol¨ªtica estandarizada de seguridad para todo el pa¨ªs.
Otra variable cr¨ªtica que empieza a ser muy positiva es sobre los niveles de coordinaci¨®n, en ese sentido el PRI tiene una capacidad que otros partidos probablemente no desarrollaban con esa fuerza, y es que hoy el gobierno se acerca a los municipios y a los estados con una mayor posibilidad de generar procesos de coordinaci¨®n.
Y tres, donde veo que hay un problema serio, y que el gobierno ha puesto en marcha todo un proceso para transformar la procuradur¨ªa (fiscal¨ªa) y elevar esa capacidad de investigaci¨®n, es en la aplicaci¨®n de justicia. Todav¨ªa en M¨¦xico es dram¨¢tico el nivel de impunidad en relaci¨®n por ejemplo con los homicidios, de tal manera que quien mata a alguien realmente siente que no va a pasar nada con ¨¦l y que puede seguir haci¨¦ndolo. Ese ser¨ªa el m¨¢s grande reto y desaf¨ªo.
Un delincuente no es un enemigo a aniquilar, es una persona que hay que rescatar para el estado de derecho
P. La izquierda lo recibi¨® mal y lo despide en los mismos t¨¦rminos. Cu¨¢nto le pagaron, ha preguntado Jes¨²s Zambrano, presidente del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, y otros perredistas han sugerido que usted est¨¢ detr¨¢s del surgimiento de las autodefensas.
R. En relaci¨®n con el tema de los l¨ªderes pol¨ªticos que han expresado cr¨ªtica, desacuerdos, que no han estado conformes con mi presencia en M¨¦xico digo lo siguiente: total respeto por esas declaraciones que estimo son leg¨ªtimas, en esa materia los pol¨ªticos de cualquier tendencia pueden elevar su voz para criticar y lo acepto, nadie est¨¢ esperando que haya una unanimidad, es parte de las reglas de una democracia que, en mi opini¨®n, es muy vigorosa en M¨¦xico y yo celebro que sea tan vigorosa, tan incisiva, si se quiere. En cuanto a las preguntas que se formulan de manera concreta, tendr¨ªa que decir que yo no le he costado un peso al erario p¨²blico y ser¨¢ el gobierno quien haga esa aclaraci¨®n, yo no estoy en la n¨®mina del gobierno, nunca estuve, yo llegu¨¦ aqu¨ª con unas condiciones que no implicaban cl¨¢usulas de exclusividad y por lo tanto pod¨ªa desenvolverme en distintos ¨¢mbitos acad¨¦micos y privados. Esa tranquilidad la pueden tener los mexicanos. No form¨¦ parte de la n¨®mina del gobierno federal ni en la campa?a fui parte de una n¨®mina.
P. ?Fue pro bono?
R. S¨ª, as¨ª fue. En cuanto a las autodefensas, resulta muy contradictorio porque basta retomar lo que fue mi posici¨®n p¨²blica, desde el primer momento en que llegu¨¦, se?alando que el reto y el desaf¨ªo m¨¢s grande para M¨¦xico era contener una indignaci¨®n ciudadana que pod¨ªa transformarse en una indignaci¨®n armada para defenderse frente a una cierta incapacidad del Estado para proteger a los ciudadanos. Eso est¨¢ dicho p¨²blicamente en entrevistas, en escritos, en ponencias, conferencias y algo que es muy importante, no simplemente lo dije, lo apliqu¨¦ desde Colombia que es a veces el mito que se quiere decir: ¡°Naranjo en Colombia mont¨® este modelo¡±, no, al rev¨¦s, nosotros en Colombia desmontamos el modelo paramilitar. A m¨ª me toc¨® combatir el paramilitarismo como una expresi¨®n de ¨²ltima generaci¨®n de los c¨¢rteles de la droga que compraron franquicias paramilitares y lo que hicimos fue luchar contra el paramilitarismo, no procrear ni promocionar esa idea.
P. El lunes el gobierno lanz¨® un plan de ocho puntos para legalizarla las autodefensas e Michoac¨¢n. ?Por lo que acaba de decir, usted no estar¨ªa de acuerdo con eso?
R. Voy a pedir una excusa para no dar una respuesta. No quisiera entrar en ese debate sin conocer el alcance de los acuerdos, estoy informado ¨²nicamente por lo que ha sido p¨²blico en las ¨²ltimas horas, pero yo dir¨ªa que esfuerzos de normalizaci¨®n para que el Estado de derecho prive, son la regla. Esfuerzos y pol¨ªticas de normalizaci¨®n para que sea el Estado de derecho el ¨²nico que monopolice el uso de las armas, el ¨²nico que aplique justicia y el ¨²nico que cobre tributos es la regla; un Estado no puede permitirse ni renunciar a esas tres obligaciones primigenias de un Estado de derecho: soy el ¨²nico que puede usar la fuerza, el ¨²nico que someto a juicio a un ciudadano y el ¨²nico que cobra atributos; si esas tres cosas no las hace el Estado, hay una situaci¨®n de anormalidad.
P. Ya contest¨®, general.
R. (Encogimiento de hombros)
P. Usted ya hab¨ªa advertido que la extorsi¨®n y el secuestro se pod¨ªan disparar, y se dispararon. ?Estamos ahora frente a una crisis?
R. Si yo tuviera hoy que decirle al mundo cu¨¢l es la lecci¨®n aprendida en Colombia, ser¨ªa lo siguiente: es verdad que logramos someter a la ley a los capos del narcotr¨¢fico, pero es verdad que nos demoramos demasiados a?os en entender que los capos se regeneraban porque no atac¨¢bamos la econom¨ªa criminal que quedaba ah¨ª, todav¨ªa con posibilidad de crear incentivos perversos a los delincuentes. Creo que una pol¨ªtica p¨²blica tiene que avizorar de qu¨¦ manera la din¨¢mica de transformaci¨®n de las econom¨ªas criminales muta a veces de forma invisible; dir¨ªa que M¨¦xico empieza a ser un poco v¨ªctima de su ¨¦xito contra el narcotr¨¢fico y esa reducci¨®n de la capacidad narcotraficante en t¨¦rminos econ¨®micos est¨¢ haciendo girar esa econom¨ªa a otras econom¨ªas criminales de extorsi¨®n, secuestro y tr¨¢fico de personas.
P. ?Qu¨¦ semejanzas hay entre M¨¦xico y Colombia?
R. He dicho que M¨¦xico y Colombia tienen historias muy distintas, probablemente lo ¨²nico en com¨²n que tienen M¨¦xico y Colombia es que el crimen ha desatado una ola de violencia que ha dejado muchas v¨ªctimas. M¨¦xico tiene lecciones de ¨¦xito y lecciones de fracaso que a Latinoam¨¦rica en general deber¨ªan nutrirla para evitar lo que est¨¢ pasando en buena parte de la regi¨®n; donde estamos enfrentando una verdadera crisis humanitaria. Cuando uno revisa que teniendo Am¨¦rica Latina el 8% de la poblaci¨®n del mundo aporta el 36% de las muertes violentas del mundo; entonces esta es la regi¨®n m¨¢s violenta del mundo. Y no tendr¨ªa por qu¨¦ serlo.
La gran pregunta es por qu¨¦ nos estamos matando tanto en Am¨¦rica Latina si la pobreza est¨¢ disminuyendo, si con todos sus matices e imperfecciones el sistema democr¨¢tico est¨¢ instalado, no estamos viviendo bajo dictaduras totalitarias, donde se est¨¢ creciendo econ¨®micamente¡ ?Por qu¨¦ nos matamos? La verdad es que creo que nos matamos porque la seguridad en Am¨¦rica Latina no se ha incorporado como un valor democr¨¢tico. Todav¨ªa en Am¨¦rica Latina hay un imaginario de que la seguridad es simplemente un instrumento para limitar la libertad y los derechos de los ciudadanos, que fue la vieja usanza en Am¨¦rica Latina, de que la seguridad estaba para proteger al Estado o a la seguridad nacional, y no al ciudadano.
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