Egipto vuelve a mirar a Rusia
El mariscal Al Sisi sella el acercamiento de El Cairo a Mosc¨². Putin apoya la candidatura presidencial del militar que protagoniz¨® el golpe de Estado contra Morsi
Las relaciones entre Egipto y la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica vivieron horas de gloria en la ¨¦poca de Gamal Abdel Nasser. Fue un periodo de la historia en el cual la URSS (Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas) buscaba desempe?ar un papel estrat¨¦gico en la regi¨®n, para contrarrestar la ya importante influencia de EEUU. Ahora Egipto vuelve a mirar al que fue el principal motor de la URRS,? Rusia. El mariscal Al Sisi, de visita hoy en Mosc¨², ha recibido el apoyo del presidente Putin a su esperada candidatura a la presidencia egipcia.
Las relaciones egipcio-sovi¨¦ticas fueron sobre todo impulsadas a partir de finales de los a?os 1950 por el acuerdo de financiaci¨®n y ayuda t¨¦cnica vinculado a la construcci¨®n de la presa de Asu¨¢n. Despu¨¦s del fracaso en la obtenci¨®n de un pr¨¦stamo del Banco Mundial para la financiaci¨®n de infraestructura, Nasser se volvi¨® hacia la URSS. Esta cooperaci¨®n estrecha entre ambos pa¨ªses perdur¨® hasta principios de los a?os setenta del pasado siglo, ¨¦poca en la que el presidente Anuar el Sadat, con su pol¨ªtica de apertura econ¨®mica, el infitah, dio un viraje de rumbo y se inclin¨® hacia EEUU. Esta nueva alianza fue fortalecida y sellada por los acuerdos de Camp David.
EEUU, cuya influencia en la regi¨®n era indiscutiblemente importante hasta hace poco, lleva d¨¦cadas siendo considerada como una potencia imperialista. Adem¨¢s, su pol¨ªtica hacia Israel, vista por la gran mayor¨ªa de los egipcios como casi incondicional, no mejora la imagen de la potencia norteamericana en El Cairo ni en el mundo ¨¢rabe.
La posici¨®n estadounidense hacia los dirigentes ¨¢rabes, fortalecida por una cierta torpeza en la gesti¨®n de los diferentes y sucesivos cambios de gobierno, tampoco ayuda a mejorar dicha imagen. Se le reprocha haber apoyado durante d¨¦cadas al presidente Hosni Mubarak, y a continuaci¨®n al presidente Mohamed Morsi, sin que se haya podido detectar hasta ahora una posici¨®n clara y obvia en lo que se refiere a las expectativas y demandas en los ¨¢mbitos pol¨ªticos o sociales por parte de EEUU. Parece, por el contrario, que asistimos a una pol¨ªtica de la zanahoria y del bast¨®n, sin que se sepa claramente cu¨¢l es el objetivo ni el rumbo.
EEUU est¨¢ perdiendo influencia en la regi¨®n tanto estrat¨¦gica en el terreno como en las mentes de la poblaci¨®n ¨¢rabe. El gran mazazo tuvo lugar este verano con la crisis siria, cuando Rusia tom¨® las riendas de la situaci¨®n y EEUU cambi¨® dr¨¢sticamente de posici¨®n.
Y esto se ha traducido de manera tangible con un acercamiento por parte de Egipto hacia Rusia, con el aval pol¨ªtico y financiero de monarqu¨ªas del Golfo, bendiciendo as¨ª este cambio dr¨¢stico de rumbo. Este viraje se ha plasmado en la reciente visita de los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa rusos a El Cairo, que se sald¨® con un acuerdo de adquisici¨®n de armamento por parte de Egipto. Sus hom¨®logos egipcios les devuelven ahora la visita. Nabil Fahmi, ministro de Asuntos Exteriores, y el mariscal Abdel Fatah al Sisi se encuentran hoy en Mosc¨² para desarrollar la cooperaci¨®n bilateral.
La decisi¨®n que fue tomada por parte del Congreso americano para frenar la ayuda militar a El Cairo no ha tenido el efecto esperado. En vez de haber llevado a una presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica hacia los actuales dirigentes ¨Cel Gobierno interino, as¨ª como el hombre fuerte, el mariscal Abdel Fatah al Sisi, ministro de Defensa-, esta insumisi¨®n a EEUU est¨¢ siendo aplaudida por el pueblo egipcio. No solamente se compara a Al Sisi con Nasser, sino que esta mayor emancipaci¨®n respecto de EEUU, traducida por un acercamiento a Rusia, es comparada por muchos con el episodio de la crisis del Canal de Suez en 1956. Y la figura de Al Sisi se ve por lo tanto a¨²n m¨¢s fortalecida.
El hecho de que Vlad¨ªmir Putin haya declarado recientemente su apoyo a la todav¨ªa no confirmada, pero casi segura, candidatura de Al Sisi a la presidencia refuerza a¨²n m¨¢s el apoyo por parte de la poblaci¨®n egipcia hacia este acercamiento entre Mosc¨² y El Cairo.
Putin quiere ser percibido como defensor y protector de los cristianos de Oriente. En la historia moderna, esta actitud recuerda el papel que jugaba el imperio ruso, protector de los cristianos ortodoxos en el imperio otomano. Recordemos que, en lo que se refiere a los cat¨®licos en el imperio otomano, era Francia la responsable de su protecci¨®n -desde el siglo XVI y de acuerdo con el Tratado de las capitulaciones entre el rey Francisco I¡ã y el sult¨¢n Solim¨¢n el Magn¨ªfico-. Desde el Congreso de Par¨ªs que pone fin a la guerra de Crimea ¨Cque entre 1854 y 1856 enfrent¨® al imperio ruso con una coalici¨®n integrada por el otomano, Francia y el Reino-Unido-, Rusia tiene que renunciar a la protecci¨®n directa de los cristianos ortodoxos en la regi¨®n. En este sentido, se podr¨ªa considerar que en el complejo caso sirio y en el caso egipcio, Vlad¨ªmir Putin quisiera aparecer como el nuevo protector y defensor de los cristianos de Oriente. Pero tal y como sucedi¨® con el desencadenamiento de la guerra de Crimea, esto es solamente la punta visible del iceberg. ?Sus pretensiones estrat¨¦gicas en la regi¨®n, superan obviamente este cuadro de ayuda de naturaleza meramente intraconfesional!
Eva S¨¢enz-Diez Jaccarini es investigadora sobre el Mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y en la Universidad de Par¨ªs 8. Autora del libro ¡°D¡¯une revolution ¨¤ l¡¯autre. Politiques d¡¯enseignement et changements sociaux¡± (Publisud, Par¨ªs, 2013).
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