Los suizos esgrimen su riqueza ante la UE
La UE tiene mucho que perder en las negociaciones con el pa¨ªs alpino, incrustado en el coraz¨®n de Europa
Los suizos rompieron la baraja que compart¨ªan con la Uni¨®n Europea hace apenas una semana. A sabiendas y mediante un refer¨¦ndum decidieron poner cuotas a la inmigraci¨®n europea pulverizando la libre circulaci¨®n de personas entre los pa¨ªses miembros, pactada tambi¨¦n hace 12 a?os con Suiza, un pa¨ªs incrustado ene el coraz¨®n de Europa. En Bruselas tronaron. La democracia suiza no solo se hab¨ªa atrevido con uno de los pilares sacrosantos de la UE, sino que hab¨ªan tocado adem¨¢s una fibra ultrasensible. A cuatro meses de las elecciones europeas, los partidos populistas escalan a buen ritmo clamando por el cierre de fronteras. El ejemplo suizo llegaba en un momento nefasto para los europe¨ªstas.
Llegaron entonces las amenazas por parte de Bruselas y la cancelaci¨®n de algunos programas cient¨ªficos y el¨¦ctricos con los suizos. La libre circulaci¨®n de personas es una pieza clave del paquete de acuerdos econ¨®micos y pol¨ªticos que mantienen Berna y Bruselas, les advirtieron. Si los europeos ya no pueden entrar a trabajar libremente a Suiza, el resto del paquete quedar¨¢ tambi¨¦n anulado, les dijeron. Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, presidente de la Comisi¨®n Europea, dijo por ejemplo el jueves: ¡°Ofrece a Suiza una situaci¨®n excepcional. Suiza tiene un acceso sin restricciones a nuestro mercado interior. Los suizos pueden establecerse en cualquier parte de Europa, hay alrededor de 430.000 en la UE que viven y trabajan aqu¨ª. No es justo que Europa ofrezca a Suiza estas condiciones y que despu¨¦s Suiza no ofrezca las mismas condiciones¡±.
Todo eso es verdad, pero es solo una parte de la pel¨ªcula. Porque la relaci¨®n de Bruselas y Suiza es, como casi todas, de mutua conveniencia. Bruselas recibe tanto ¡ªo incluso m¨¢s, seg¨²n qui¨¦n opine¡ª de lo que da. Y por eso, las negociaciones que arrancan la semana pr¨®xima y que pueden dilatarse hasta tres a?os, al margen de declaraciones m¨¢s o menos gruesas, est¨¢n destinadas a lograr un entendimiento entre dos socios que se necesitan y se convienen.
Berna recauda impuestos europeos y financia numerosos proyectos de investigaci¨®n
En teor¨ªa, la violaci¨®n de la libre circulaci¨®n de personas provocar¨ªa la cancelaci¨®n autom¨¢tica ¡ª¡°cl¨¢usula guillotina¡±¡ª de lo que en la jerga comunitaria se llama Bilaterales I y que son una serie de acuerdos en refer¨¦ndum tras intensos debates en el a?o 2000 y que garantizan a Suiza entre otras muchas cosas el acceso a un mercado de 490 millones de consumidores. Se trataba de buscar una soluci¨®n ad hoc para un no-socio rico y encajado en medio de la Uni¨®n. Fuentes oficiales interpretan en Berna que si caen esos acuerdos, todos los intereses mutuos y pactos estar¨¢n sobre la mesa, lo que equivaldr¨ªa a empezar a negociar de cero. De abrirse el gran bazar, la UE tiene mucho que perder.
Los ases que guarda Suiza en la manga llegado el extremo de una negociaci¨®n a cara de perro son muchos. Para empezar, porque cerca de un mill¨®n y medio de ciudadanos de la UE trabaja en Suiza, un pa¨ªs cuya econom¨ªa resulta envidiable para buena parte de los pa¨ªses europeos. Para continuar, porque, seg¨²n los datos del Gobierno helv¨¦tico, el saldo comercial se cifra en 19.000 millones de francos (unos 15.390 millones de euros) a favor de la UE. Adem¨¢s, Berna recauda los impuestos de aquellos ciudadanos de la UE que tienen una cuenta en un banco en Suiza y se los entrega diligentemente a las capitales correspondientes (previa apropiaci¨®n de una comisi¨®n por los servicios prestados). En concreto, recauda el 35% de los intereses que entregan los bancos a los clientes. Los datos de 2012 por ejemplo indican que las autoridades suizas entregaron por este mecanismo algo m¨¢s de 615 millones de francos a la UE. Espa?a recibi¨® por esta v¨ªa 46,7 millones de euros, seg¨²n las cuentas oficiales suizas. A cambio, los europeos han permitido la supervivencia del secreto bancario, ya que Berna recoge impuestos, pero no desvela la identidad de los propietarios de las cuentas. Bruselas decidi¨® esta semana anular algunas reuniones y puntos del orden del d¨ªa de temas relacionados con Suiza tras el refer¨¦ndum. Curiosamente, Bruselas no se anim¨® a cancelar la reuni¨®n t¨¦cnica convocada con la idea de incluir en la recaudaci¨®n los productos financieros que han proliferado en la ¨²ltima d¨¦cada o a otros pagadores de intereses.
Otras aportaciones sustanciosas son por ejemplo los t¨²neles de L?tschberg y San Gotardo ¡ª27 kil¨®metros y 20.000 millones de francos suizos de presupuesto, abrir¨¢ en 2016¡ª, construidos con la idea de dar salida a las mercanc¨ªas del puerto de Rotterdam y que es uno de los grandes ejes de conexi¨®n entre el norte y el sur de Europa. Los t¨²neles son para muchos suizos la prueba material de las contribuciones suizas y es tambi¨¦n uno de los argumentos que emplea el UDC-SVP, el partido de ultraderecha que convoc¨® el refer¨¦ndum ¡°contra la inmigraci¨®n masiva¡± y gan¨®. ¡°Si quieren renegociar, entonces pondremos todo sobre la mesa. ?Qu¨¦ quieren, que cortemos el tr¨¢fico de camiones de la UE? ?Que dejemos de financiar a los universitarios que vienen a Suiza?¡±, amenaza en una entrevista en Z¨²rich Luzi Stamm, vicepresidente del UDC-SVP.
Es un territorio clave, con t¨²neles que permiten cruzar el continente
Resulta casi imposible cuantificar las contribuciones suizas a una Europa en crisis, pero por ejemplo un documento del Gobierno suizo suma hasta 4.700 millones de euros en partidas concretas, buena parte de ellas destinadas a los pa¨ªses del Este y los Balcanes, y directas. Suiza a cambio se beneficia enormemente del mercado interior europeo. Tanto, que un franco de cada tres que ingresa Suiza proviene del comercio con la UE, que representa el 60% de sus exportaciones. Suiza adem¨¢s no puede permitirse perder la mano de obra cualificada europea que suma un quinto de su mano de obra. Suiza, el para¨ªso de las grandes multinacionales y los bancos, dejar¨ªa casi con certeza de serlo. Tambi¨¦n por eso, resulta poco realista pensar que la intensa relaci¨®n que une a Berna ya Bruselas vaya a desaparecer de la noche a la ma?ana.
Mientras, en los despachos de Berna no quieren ni o¨ªr hablar todav¨ªa de estrategias negociadoras ni de partidas concretas. No quieren ni pueden. Porque el resultado del refer¨¦ndum que el domingo puso patas arriba las relaciones con la UE y al que en vano se opusieron, les pill¨® por sorpresa. No contaban con el no, ni con un plan B en caso de que ocurriera lo que termin¨® por ocurrir. ¡°Es como si tienes una mancha en el pulm¨®n y vas al m¨¦dico y te dice que tienes c¨¢ncer. No tengo muy claro qu¨¦ plan B puede haber¡±, compara una fuente del Gobierno conocedora del curso de las negociaciones. Por eso, para el Ejecutivo de Berna, la prioridad ahora pasa por esmerarse en lograr la cuadratura del c¨ªrculo. Es decir, tratar de establecer un sistema de cuotas de inmigrantes que le permita a Bruselas salvar la cara y defender que a pesar de todo no viola la libre circulaci¨®n de personas. ?Y si eso falla? ¡°Habr¨¢ que sentarse a negociar y empezar de cero¡±, admite la fuente del Gobierno.
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