Maduro corta el transporte en los feudos opositores de Caracas
El presidente venezolano anuncia durante una marcha la suspensi¨®n de los servicios de metro y metrob¨²s para los municipios del este de la capital, en manos de la oposici¨®n
Nicol¨¢s Maduro ha impuesto la l¨®gica del asedio en el conflicto pol¨ªtico venezolano o, como el propio mandatario prefiere expresarlo, en su lucha contra el fascismo. En respuesta a tres d¨ªas de inquietud estudiantil en las calles, con protestas que dejaron tres muertos, 70 heridos y cerca de 200 detenidos, el presidente venezolano decidi¨® suspender los servicios de tren subterr¨¢neo (Metro) y buses de conexi¨®n (Metrob¨²s) para los municipios del este de Caracas ¨CSucre, Chacao y Baruta- de clase media y gobernados por alcaldes de oposici¨®n.
Desde el viernes permanecen cerradas tres estaciones importantes del Metro en el este caraque?o, Chacao, Altamira y Los Cortijos. Pero lo que hasta este s¨¢bado luc¨ªa como una precauci¨®n operativa para proteger las instalaciones del sistema ante des¨®rdenes y brotes de violencia, adquiri¨® otra categor¨ªa en las palabras del mandatario.
Maduro, que no dio ni plazo para levantar la medida ni la forma pr¨¢ctica de implementarla ¨Cla l¨ªnea principal del metro atraviesa de este a oeste el valle de Caracas-, cit¨® los destrozos que habr¨ªan ocasionado los manifestantes de oposici¨®n en equipos y sedes del Metro, como motivo para su determinaci¨®n. Al sitiar a esos municipios, adem¨¢s del efecto ejemplarizante de castigo, el heredero de Hugo Ch¨¢vez tambi¨¦n buscar¨ªa en la pr¨¢ctica dificultar la movilizaci¨®n de los protestantes, por una parte, y enajenarles el apoyo que la poblaci¨®n, ahora sometida a penurias imprevistas, les ven¨ªa ofreciendo. El presidente, que por mucho tiempo se desempe?¨® como conductor de metrobuses y dirigente del sindicato de ese sistema de transporte masivo, enumer¨® con toda propiedad las rutas urbanas y de suburbios que dejar¨ªan de funcionar.
Este anuncio tan beligerante se produjo, por paradoja, al t¨¦rmino de una ¡°Marcha por la Vida y la Paz¡±. Miles de adeptos del gobierno cubrieron este s¨¢bado el tramo desde la Plaza Venezuela de Caracas hasta la c¨¦ntrica avenida Bol¨ªvar, la calzada donde por tradici¨®n han medido sus fuerzas las opciones pol¨ªticas. En esta ocasi¨®n, aunque ¨Cextra?o para Venezuela- no hubiera campa?a electoral, el gobierno chavista estaba obligado a un alarde de calle, luego de que los estudiantes de oposici¨®n convocaran desde el mi¨¦rcoles multitudinarias protestas en al menos doce de las principales ciudades del pa¨ªs.
Como instrumento para la pacificaci¨®n, Maduro mostr¨® su proclamada ¡°mano de hierro¡± en un mitin al final de la marcha. Bram¨® contra el dirigente del opositor partido Voluntad Popular (VP), Leopoldo L¨®pez, contra quien el poder judicial, accionado por el gobierno, libr¨® una orden de captura bajo la sospecha de haber sido el instigador de los disturbios de la semana que termina. ¡°Cobardito, porque ni siquiera llega a cobarde, que es lo que son los fascistas¡±, calific¨® Maduro al ex alcalde del municipio capitalino de Chacao, quien habr¨ªa pasado a la clandestinidad. ¡°No habr¨¢ debilidad con el fascismo, vamos a darle calle a quien pide calle¡±.
Tach¨® tambi¨¦n de ¡°c¨®mplices¡± a los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, como Henrique Capriles Radonski o Ram¨®n Guillermo Aveledo, quienes, a su juicio, no se han deslindado con claridad de la conducta violenta que achaca al ala m¨¢s radical de la alianza opositora. Fue todav¨ªa m¨¢s all¨¢ y alert¨® que estos sectores estar¨ªan reclutando ¡°pistoleros¡± para atentar contra su vida.
Quiso aprovechar la crisis de orden p¨²blico de los d¨ªas recientes para aglutinar a sus partidarios ¨C¨²ltimamente fragmentados por controversias intestinas- en torno a la fuerza gravitacional de la polarizaci¨®n. ¡°En Venezuela no hay tres, cuatro o cinco opciones¡±, delimit¨®, ¡°s¨®lo hay dos modelos que se enfrentan. Uno es el de los que sabotean la econom¨ªa, le quitan el alimento al pueblo, manipulan a los j¨®venes. Y el otro es el de los que queremos trabajar, de los patriotas¡±.
Sin embargo, el presidente Maduro sorprendi¨® cuando marc¨® distancia con respecto a un aliado fiel pero incontrolable del chavismo: los llamados ¡°colectivos¡±, grupos de base paramilitares que sirven de batallones de choque en zonas populares y la calle. ¡°Si alguien que lleva franela roja (el color del chavismo) saca un arma en la calle para atacar a otro, ?ese no es chavista!¡±, afirm¨® ante un p¨²blico m¨¢s o menos despreocupado y al que pidi¨®, por si la par¨¢bola no hubiese sido suficientemente expl¨ªcita, levantar las manos en se?al de aprobaci¨®n. ¡°?Se entiende lo que digo?¡±.
El parte de bajas de esta semana de disturbios incluye a tres v¨ªctimas fatales, todas de sexo masculino y asesinadas por impactos de bala. Uno de los fallecidos, Juan Montoya, era un reconocido dirigente de los ¡°colectivos¡± del 23 de Enero, un barrio obrero al noroeste de Caracas, famoso por su m¨¢s que cincuentenaria tradici¨®n de grupos insurgentes. Montoya encarn¨® por un tiempo al Comandante Murach¨ª de los Carapaicas, un grupo armado de la barriada. En 2008 particip¨® en un atentado con explosivos contra la sede de la patronal Fedec¨¢maras, que le llev¨® a pasar un tiempo en prisi¨®n. Los grupos paramilitares rindieron honores al ca¨ªdo este viernes, durante su velatorio. Esos ¡°colectivos¡± participaron activamente en la represi¨®n de las marchas estudiantiles recientes en Caracas, M¨¦rida y otras ciudades venezolanas. Ahora, con los ¨¢nimos soliviantados por la muerte de Montoya, piden cobrar justicia en un caso que las autoridades policiales todav¨ªa no resuelven. Contenidos con dificultad por el gobierno, despiertan recelos en las fuerzas armadas, incluyendo a la oficialidad que hace parte consustancial del chavismo. ¡°Hay gente que se cree m¨¢s revolucionaria porque sale con un fusil¡±, fue la cr¨ªtica apenas velada que Maduro les dedic¨®.
La marcha oficialista no s¨®lo serv¨ªa como respuesta a los d¨ªas de agitaci¨®n previos, sino que adem¨¢s saludaba la presentaci¨®n, menos de 24 horas antes, del ¡°Plan de Pacificaci¨®n¡± con que el gobierno revolucionario ha prometido enfrentar la grave situaci¨®n de inseguridad que aqueja a los venezolanos. En efecto, en plena noche de San Valent¨ªn, entre invocaciones al amor, cantos y ritos ecum¨¦nicos, el heredero de Hugo Ch¨¢vez recibi¨® el documento del ministro del Interior y Justicia, el general Miguel Rodr¨ªguez Torres.
Durante el acto, Maduro denunci¨® que su casa materna, en la urbanizaci¨®n Los Chaguaramos del suroeste caraque?o, hab¨ªa sido blanco en las ¨²ltimas horas del hostigamiento de bandas de oposici¨®n. ¡°No voy a permitir que eso ocurra y que ataquen a familias s¨®lo por ser chavistas¡±, advirti¨®. Anunci¨® tambi¨¦n que, en el marco del plan, se crear¨¢ una brigada secreta con tropas militares y policiales, ¡°para combatir al narcotr¨¢fico y el sicariato que nos llegan desde Colombia¡±.
La velada de este viernes, D¨ªa del Amor y la Amistad en Venezuela, al parecer entusiasm¨® al presidente Maduro hasta el punto que, durante su mitin en la avenida Bol¨ªvar, afirm¨® que la consigna de los revolucionarios venezolanos es la de ¡°rumbear y triunfar¡±. Pero, mientras en un parque hist¨®rico del centro de la ciudad transcurr¨ªa la ceremonia de presentaci¨®n del plan de paz ¨Ctransmitida por cadena nacional de radio y TV-, m¨¢s al este, los escuadrones antimotines cargaban con bombas lacrim¨®genas, chorros de agua y perdigones contra los manifestantes para disolver el ¨²ltimo baluarte de los estudiantes rebeldes en la capital, la Plaza Francia de Altamira.
Aunque para la ma?ana del s¨¢bado, d¨ªa de la marcha oficialista, la paz parec¨ªa haber regresado a las calles de Caracas y otras localidades, y la mayor¨ªa de las cerca de 200 personas arrestadas durante los disturbios ¨Cincluyendo a tres periodistas- hab¨ªan recobrado su libertad bajo condiciones, la tensi¨®n se percib¨ªa a¨²n con claridad.
Cientos de estudiantes rebeldes y madres de j¨®venes heridos o detenidos se concentraban en asamblea en la Plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes, en el sureste de la capital, para concertar nuevas acciones. Otros tantos se movilizaban por la avenida Francisco de Miranda, cerca de donde el mi¨¦rcoles cay¨®, con un tiro en la cabeza, el manifestante Robert Redman, de 31 a?os de edad.
El ¨²nico foco de violencia que resist¨ªa al apaciguamiento estaba en Altamira. Desde horas de la tarde la Guardia Nacional intentaba dispersar a cientos de j¨®venes que volv¨ªan a atrincherarse. Ya en la noche del s¨¢bado, la situaci¨®n deriv¨® en actos de vandalismo.
Mientras tanto, desde la noche del viernes, un contrataque de hackers antigubernamentales hab¨ªa afectado la cuenta en Twitter del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y los sitios en Internet de 60 instituciones del Estado, en lo que parec¨ªa ser un nuevo episodio en la escalada de la guerra cibern¨¦tica venezolana. Poco antes de eso, la red social Twitter confirmaba que un agente externo estaba bloqueando la carga de contenidos fotogr¨¢ficos y de video en los trinos emitidos desde Venezuela.
Las autoridades, entre tanto, no s¨®lo segu¨ªan tras el rastro de Leopoldo L¨®pez. Tambi¨¦n se orden¨® capturar al ex embajador venezolano en Bogot¨¢, Fernando Gerbasi, y al ex jefe de custodia del fallecido presidente Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, Iv¨¢n Carrat¨², quienes, seg¨²n una conversaci¨®n telef¨®nica grabada sin permiso judicial y difundida por los medios del Estado, parec¨ªan conocer con anterioridad los planes del golpe de Estado que, siempre seg¨²n la versi¨®n oficial, las protestas buscaban detonar. El viernes en la noche, tras el allanamiento infructuoso de la residencia de Gerbasi en Caracas, la polic¨ªa pol¨ªtica detuvo brevemente a la hija del diplom¨¢tico, para ser sometida a interrogatorio.
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