Gregorio Jim¨¦nez y las zonas de silencio
El asesinato de un reportero local de Veracruz se ha convertido en un s¨ªmbolo de la compleja trama criminal para imponer zonas de silencio en M¨¦xico
Unos d¨ªas antes de su secuestro y asesinato, Gregorio Jim¨¦nez de la Cruz convers¨® con un par de colegas, periodistas de nota roja en Coatzacoalcos, Veracruz. Les dijo una frase que no han olvidado:
--Si algo me llega a pasar, les dejo el encargo de que aboguen por m¨ª.
Gregorio Jim¨¦nez de la Cruz fue secuestrado en su domicilio de Villa de Allende, Coatzacoalcos, el 5 de febrero (aniversario de la Constituci¨®n mexicana, que consagra las garant¨ªas individuales) y su cuerpo, mutilado y con huellas de tortura, fue encontrado el 11 de febrero en una fosa del municipio de Las Choapas.
Su asesinato se ha convertido en un s¨ªmbolo de la compleja trama criminal para imponer zonas de silencio en M¨¦xico. A trav¨¦s de la amenaza, el ataque con granadas a las redacciones de los peri¨®dicos y la desaparici¨®n forzada de periodistas, porciones enormes del territorio nacional han desaparecido del mapa informativo: en sus ranchos y ciudades el secuestro, la extorsi¨®n y el homicidio se han convertido en el redituable negocio de las empresas del crimen organizado, pero son temas de los que ni se escribe ni se habla.
Desde hace a?os, por ejemplo, no conocemos casi nada de Tamaulipas y la guerra que se ha librado por el control de su frontera con Texas. Apenas nos estamos enterando de que en Coahuila, hace poco m¨¢s de dos a?os, se arras¨® a pueblos enteros, con el brutal saldo de decenas de mujeres y hombres desaparecidos y probablemente incinerados con diesel. En la regi¨®n de Tierra Caliente de Guerrero los secuestros se convirtieron en el negocio preferido de los caciques y, de no ser por la insurrecci¨®n de las autodefensas, sabr¨ªamos poco o nada del r¨¦gimen extractivo y semifascista que hab¨ªa impuesto el crimen organizado en Michoac¨¢n con la complicidad de m¨²ltiples autoridades.
La narrativa del Mexican Moment y la ¡°salvaci¨®n de M¨¦xico¡± s¨®lo se sostiene cuando estos cap¨ªtulos de la realidad nacional son oscurecidos y silenciados.
En el sur de Veracruz el periodismo se ha convertido en un ejercicio heroico
Como en diversas regiones del pa¨ªs, en el sur de Veracruz el periodismo se ha convertido en un ejercicio heroico. Los periodistas hacen su trabajo en las condiciones m¨¢s adversas, bajo la presi¨®n de las bandas del crimen organizado, los caciques pol¨ªticos y aun de oficiales de la polic¨ªa. Hasta mayo de 2013, en Coatzacoalcos operaba la Polic¨ªa Intermunicipal: eran esos mismos elementos de la polic¨ªa quienes llamaban a los reporteros para que le dieran cobertura a las ¡°narcomantas¡±. O los que les alertaban cuando no pod¨ªan reportar determinados hechos porque pisar¨ªan los terrenos de ¡°aqu¨¦llos¡± (aqu¨¦llos es el eufemismo para referirse a Los Zetas).
Desde el segundo semestre de 2013, la seguridad p¨²blica en el municipio de Coatzacoalcos se encomend¨® a una corporaci¨®n llamada ¡°Mando ?nico¡±. Sus integrantes, encapuchados, rutinariamente toman fotograf¨ªas a los reporteros, les ordenan que proporcionen sus nombres y, en ocasiones, los someten por la fuerza.
Algunos periodistas han sido secuestrados y amedrentados por las guardias blancas de los caciques, aunque, a diferencia de Gregorio Jim¨¦nez, regresaron para contarlo. Para colmo, el gobierno estatal, encabezado por Javier Duarte de Ochoa, premia a los medios que lo adulan a trav¨¦s de los convenios de publicidad oficial, y castiga a los peri¨®dicos independientes con la asfixia financiera.
El asesinato de Gregorio Jim¨¦nez destap¨® tambi¨¦n el poco aprecio al oficio period¨ªstico en M¨¦xico. Al igual que otros de sus compa?eros, Gregorio no ten¨ªa un sueldo en ninguno de los tres peri¨®dicos en los que colaboraba; ganaba veinte pesos (un euro y diez c¨¦ntimos) por cada nota publicada (en algunas ocasiones lleg¨® a cobrar hasta cuarenta y cincuenta pesos). Algunos de sus colegas ni siquiera devengan salarios; s¨®lo reciben vi¨¢ticos de setecientos pesos quincenales (cuarenta euros) para sus autobuses. Y los que s¨ª reciben una remuneraci¨®n, cada quincena, firman de recibida su liquidaci¨®n: as¨ª, a los diarios que los emplean ni siquiera les cuesta un centavo echarlos a la calle si resultan inc¨®modos.
Gregorio Jim¨¦nez de la Cruz completaba sus ingresos con fotograf¨ªas de fiestas, m¨ªtines, reuniones familiares, bodas y graduaciones. ?se hab¨ªa sido su oficio desde hac¨ªa veinte a?os y hace apenas un lustro hab¨ªa abrazado el periodismo. Se hab¨ªa vuelto reportero de la secci¨®n policiaca (sucesos) de Notisur, El liberal del sur y La red. Era el corresponsal para esos tres peri¨®dicos en la localidad de Villa de Allende, de unos 20 mil habitantes, situada a unos cuarenta minutos en coche de Coatzacoalcos, su cabecera municipal.
Con Gregorio Jim¨¦nez suman diez periodistas muertos en Veracruz durante la administraci¨®n de Javier Duarte, que se inici¨® en diciembre de 2010.
En Coatzacoalcos, los periodistas de la fuente policiaca hab¨ªan hecho el acuerdo de trasladarse en grupo a las coberturas como una medida de seguridad. Se sent¨ªan espiados y hostigados. Goyo, sin embargo, no pod¨ªa beneficiarse de esta m¨ªnima protecci¨®n de su gremio, porque reportaba solo desde Villa de Allende, su barrio obrero de unos veinte mil habitantes.
Desde el gobierno de Fidel Herrera Beltr¨¢n (2004-2010) se descompuso la convivencia en el sur de Veracruz con el repunte de los secuestros y las extorsiones. Con el gobierno de su sucesor, Javier Duarte de Ochoa, la cifra negra de secuestros lleg¨® a cinco a la semana s¨®lo en Coatzacoalcos, de acuerdo con los periodistas de la fuente policiaca.
En ese contexto de zozobra, Gregorio Jim¨¦nez se tom¨® en serio su labor de reportero, de encarnar el derecho de la ciudadan¨ªa a estar informada, y era los ojos y los o¨ªdos de sus lectores. No tuvo miedo de informar sobre los secuestros en Villa de Allende. Su ¨²ltima nota al respecto reportaba el plagio de Ernesto Ruiz Guill¨¦n, El Cometierra, el 18 de enero. Gregorio Jim¨¦nez fue v¨ªctima de la misma banda que hab¨ªa secuestrado a Ruiz Guill¨¦n, cuyo cuerpo se encontr¨® en una fosa pr¨®xima a donde yac¨ªa el periodista.
Con Gregorio Jim¨¦nez suman diez periodistas muertos en Veracruz durante la administraci¨®n de Javier Duarte, que se inici¨® en diciembre de 2010. Otros cuatro reporteros est¨¢n desaparecidos y un n¨²mero incierto han huido del estado para proteger sus vidas. En el Veracruz de Javier Duarte, matar un periodista sale muy barato: sus autores intelectuales tienen amplias probabilidades de salir impunes del ataque, de ir construyendo su zona de silencio, de aterrorizar a los medios de comunicaci¨®n e impedir que cuenten lo que ocurre ah¨ª.
Frente a esa agresi¨®n, redes de periodistas de diversas entidades del pa¨ªs se coordinaron con el objetivo de enviar un mensaje: los asesinatos de periodistas ya no le saldr¨¢n baratos a sus autores intelectuales. De ahora en adelante motivar¨¢n la movilizaci¨®n del gremio. Una de las primeras acciones fue la visita a Coatzacoalcos de una Misi¨®n de Observaci¨®n de periodistas y miembros de ONG, con la Red de Periodistas de a Pie como columna vertebral, adem¨¢s de Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa. Form¨¦ parte de esa Misi¨®n, que estuvo en Coatzacoalcos y Xalapa el 15, 16 y 17 de febrero. El primer objetivo fue expresar la solidaridad del gremio con la familia y los colegas de Gregorio Jim¨¦nez. Adem¨¢s, sus miembros se entrevistaron con actores locales y producir¨¢n un informe sobre el caso, as¨ª como de las condiciones para ejercer el periodismo en la zona. Dicho informe se dar¨¢ a conocer el 5 de marzo, cuando se cumpla un mes del secuestro de Gregorio Jim¨¦nez.
Esta red de redes de periodistas ¨Carticulada en seis estados del pa¨ªs¡ª ha decidido dar un paso adelante y salir a las calles: ha convocado a la ciudadan¨ªa a que se concentre en el ?ngel de la Independencia este domingo 23 de febrero al mediod¨ªa. Nuestra demanda es que se proteja el derecho ciudadano a la informaci¨®n, y para ello le exigimos al presidente Enrique Pe?a Nieto que garantice las condiciones para la libre expresi¨®n en todo el pa¨ªs, empezando por Veracruz. A la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (Fiscal¨ªa General) le demandamos que ejerza su facultad de atracci¨®n e indague el asesinato de Gregorio Jim¨¦nez, puesto que no confiamos en la investigaci¨®n del gobierno de Javier Duarte y su hip¨®tesis de que el asesinato se redujo a un conflicto vecinal. Al gobierno de Veracruz le solicitamos que forme un fondo financiero que garantice la educaci¨®n de los dependientes econ¨®micos de Gregorio Jim¨¦nez hasta el nivel superior, adem¨¢s de una pensi¨®n a la viuda. Ese mismo fondo deber¨ªa de beneficiar a los dependientes de los otros periodistas asesinados y desaparecidos que se quedaron sin sus proveedores econ¨®micos.
Semanas antes de su muerte, Gregorio Jim¨¦nez le pidi¨® a sus compa?eros que abogaran por ¨¦l si algo le pasaba. Con gran valor, sus compa?eros de Coatzacoalcos salieron a las calles a exigir, primero, su presentaci¨®n con vida y, cuando el crimen se hab¨ªa consumado, pidieron justicia para Gregorio. Se manifestaron a pesar de que eran seguidos por halcones (vigilantes) del crimen organizado. Sus patrones, adem¨¢s, amenazaron con despedirlos si se movilizaban. En honor a ese valor de nuestros colegas y en memoria de Gregorio Jim¨¦nez de la Cruz, llamamos a la ciudadan¨ªa a que exija este domingo su derecho a la informaci¨®n en el ?ngel de la Independencia.
Periodista. Autor de Ovejas Negras, rebeldes de la Iglesia mexicana del siglo XXI, editorial Oc¨¦ano.
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