Por qu¨¦ teme Putin al Maid¨¢n
Maid¨¢n marca un hito para toda Europa. Aunque Yanuk¨®vich haya huido y ahora denuncia un golpe de Estado, el hecho es que un r¨¦gimen sin legitimidad se ha hundido por presi¨®n popular. Se ha conseguido atajar por fin el derramamiento de sangre pero lo que viene ahora no ser¨¢ nada f¨¢cil. Para Ucrania, en primer lugar, un pa¨ªs al borde de la bancarrota, con serias divisiones internas, una oposici¨®n poco cohesionada y liderazgo d¨¦bil, un pa¨ªs con una cultura pol¨ªtica postsovi¨¦tica que dificulta enormemente la construcci¨®n de un Estado de derecho. Para la Uni¨®n Europea, despu¨¦s, que ha adquirido ahora una responsabilidad hacia Ucrania que no entraba en absoluto en sus planes, por mucho que diga Rusia.
Para el presidente Putin, la perspectiva de perder Ucrania para la Uni¨®n Euroasi¨¢tica es un golpe directo a la l¨ªnea de flotaci¨®n de su proyecto de reconstruir en el espacio postsovi¨¦tico una zona de influencia estructurada. M¨¢s a¨²n, una Ucrania democr¨¢tica ser¨ªa un desmentido al putinismo, porque demostrar¨ªa que no existe una especificidad eslava-oriental que legitima la especificidad de un modelo ruso de democracia.
Mosc¨² se ha aferrado a dos ejes de argumentaci¨®n para denunciar la resistencia en Ucrania. El primero es el factor externo: la instigaci¨®n extranjera (Uni¨®n Europea y Estados Unidos). L¨¦ase, lo ocurrido no puede ser la expresi¨®n de una voluntad popular aut¨®noma, alguien ha debido mover los hilos. El segundo, aprovechando la heterogeneidad pol¨ªtica de Maid¨¢n, es interno: el movimiento popular est¨¢ dominado por radicales fascistas que llaman a nuestras puertas. La gran mayor¨ªa de los medios rusos, en particular los televisivos, han recogido y difundido este mensaje, con tonos propagand¨ªsticos que recuerdan tiempos sovi¨¦ticos. Es tambi¨¦n lo que repite ahora un Yanuk¨®vich sin aplomo.
El presidente ruso reprocha a los ¡°occidentales¡± algo que Mosc¨² ha venido practicando sistem¨¢ticamente. Ciertamente, tanto ¨¦l como su equipo han mantenido, desde enero, un perfil bajo y pueden decir que ellos no han ido y venido de Kiev como los altos representantes comunitarios y estadounidenses. Eso es pasar por alto que, con Yanuk¨®vich en el poder, ellos no necesitan desplazarse, una llamada basta. Han denunciado con indignaci¨®n la amenaza de sanciones de Bruselas y Washington como prueba de su interferencia, cuando a finales de 2013, Rusia aplic¨® ¡ªpreventivamente¡ª una larga serie de duras sanciones comerciales para disuadir al Gobierno ucranio de firmar el acuerdo de asociaci¨®n con la UE. Ahora, la parte de presi¨®n rusa que hay en la capitulaci¨®n en regla de Yanuk¨®vich responde sin duda a la preferencia de Mosc¨² por un repliegue t¨¢ctico para no perder una apuesta mayor.
Pocos pod¨ªan pensar que el nivel de determinaci¨®n y la capacidad de sacrificio de los ciudadanos ucranios que se echaron a la calle pondr¨ªan al Gobierno contra las cuerdas y le obligar¨ªan a aceptar todas sus condiciones. Pero el Kremlin menos que nadie porque, simplemente, las personas no entran en su concepci¨®n del poder.
Carmen Claud¨ªn es investigadora s¨¦nior, CIDOB
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