La oposici¨®n venezolana exhibe fuerza y unidad contra la represi¨®n
Caracas se convierte en el escenario de la mayor protesta opositora desde las elecciones
La calle, ese mantra que una parte de la oposici¨®n venezolana invoca desde el pasado 23 de enero, le dio al dio al Gobierno una respuesta masiva y afirmativa este s¨¢bado en Caracas y otras ciudades. En la capital venezolana se congreg¨® la mayor concentraci¨®n opositora desde la ¨²ltima campa?a electoral. Cuando los sectores contrarios al r¨¦gimen revolucionario parec¨ªan en mengua mientras se desgajaban en las barricadas nocturnas llamadas localmente guarimbas, dieron una convincente demostraci¨®n de fuerza y unidad.
¡°No a la represi¨®n y a la violencia¡±, era el lema del evento que dominaba la tarima principal. All¨ª tomaron la palabra el dirigente estudiantil Juan Requesens, la esposa del hoy prisionero Leopoldo L¨®pez, Lilian Tintori, los l¨ªderes de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, Mar¨ªa Corina Machado y Antonio Ledezma, y los gobernadores de los estados de Lara y Miranda, Henri Falc¨®n y Henrique Capriles Radonski. Todos coincidieron en llamar a la protesta pac¨ªfica y continuada.
¡°Podemos tener diferencias, pero hay algo que nos une que es m¨¢s grande, y se llama Venezuela¡±, proclam¨® el tambi¨¦n excandidato presidencial, Capriles, reconociendo las fracturas internas que se han manifestado en los ¨²ltimos d¨ªas en el comando opositor y se vinculan a la escogimiento de los m¨¦todos para enfrentar al Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. En cualquier caso, la masiva asistencia de decenas de miles de caraque?os debi¨® servir como un incentivo unitario.
La convocatoria buscaba reencauzar las protestas de los ¨²ltimos d¨ªas que, luego de diversos incidentes violentos que hasta la fecha han arrojado un saldo de diez muertes, languidec¨ªan bajo los ataques de los cuerpos de seguridad y la propia dispersi¨®n. Su principal demanda era el cese de la represi¨®n violenta ¨Cque, casi en sincron¨ªa, se cobraba una nueva v¨ªctima, Geraldine Moreno, fallecida en la cercana ciudad de Valencia- y la liberaci¨®n de los estudiantes detenidos en las protestas, as¨ª como de los presos pol¨ªticos, con Leopoldo L¨®pez en primer lugar. Las consignas y pancartas as¨ª lo reflejaban: ¡°Para el Gobierno, paz se escribe con P de plomo¡±, proclamaba una, mientras en otras se registraban los nombres de personas asesinadas por el crimen. Abundaban tambi¨¦n las pintas contra la injerencia cubana y el amordazamiento de los medios nacionales: ¡°Si los medios callan, ?que hable la calle!¡±, se ped¨ªa en una cartulina manuscrita.
Simult¨¢neamente se hac¨ªan concentraciones similares en otras ciudades del pa¨ªs, como Valencia y Maracay. El exilio venezolano llam¨® a protestas en 70 ciudades del mundo. La manifestaci¨®n opositora estrenaba ubicaci¨®n en la avenida Francisco de Miranda, entre La California y Los Ruices, en el este de Caracas. El Gobierno ha prohibido que se congreguen en el centro de la capital.
En el centro de Caracas, mientras tanto, y con los respectivos permisos oficiales, marchaba un grupo de mujeres vinculadas al Ejecutivo. Se trata de una manifestaci¨®n que la revoluci¨®n convoc¨® improvisadamente para hacer contrapeso a la anunciada concentraci¨®n opositora. Las mujeres oficialistas recorrieron desde la Plaza Morelos hasta el palacio presidencial de Miraflores, donde se esperaba se dirigieran a las asistentes la vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Blanca Eekhout, y la primera dama ¨Co primera combatiente, como prefiere el protocolo chavista- Cilia Flores.
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