China culpa a separatistas de Xinjiang del ataque mortal en el sur del pa¨ªs

Las autoridades chinas han culpado a separatistas de la regi¨®n aut¨®noma de Xinjiang ¨Chogar de la minor¨ªa ¨¦tnica musulmana uigur- del ataque perpetrado el s¨¢bado por la noche en la estaci¨®n ferroviaria de Kunming (capital de la provincia de Yunnan), en el que murieron 29 personas. M¨¢s de 10 asaltantes entraron armados con grandes cuchillos en la plaza y la estaci¨®n ¨Cuna de las m¨¢s grandes del suroeste de China-, atacaron a quienes pillaron a su paso y dejaron 29 v¨ªctimas mortales, seg¨²n la agencia oficial Xinhua. 143 personas resultaron heridas. Cuatro de los ¡°terroristas¡±, como les ha denominado la prensa oficial, murieron por disparos de la polic¨ªa, y un quinto -una mujer- fue detenido. Las fuerzas de seguridad est¨¢n buscando a los dem¨¢s implicados.

Algunas de las v¨ªctimas han asegurado que los atacantes iban vestidos de negro, y se abalanzaron dando cuchilladas de forma indiscriminada contra la gente que estaba haciendo cola para comprar billetes. Qiao Yunao, una estudiante de 16 a?os, estaba esperando para coger el tren cuando la gente empez¨® a gritar y correr. Vio c¨®mo un hombre acuchillaba a otro en el cuello. ¡°Me qued¨¦ helada, y corr¨ª hacia un local de comida r¨¢pida. Mucha gente corr¨ªa hacia all¨ª tambi¨¦n para refugiarse¡±, ha contado a la agencia Associated Press. ¡°Vi a dos atacantes, ambos hombres, uno con un cuchillo para abrir melones y el otro con un cuchillo para la fruta. Corr¨ªan y daban tajos a todo el que pod¨ªan¡±.

Fotograf¨ªas difundidas en Weibo -un servicio de mensajes cortos en Internet similar a Twitter- han mostrado cuerpos cubiertos de sangre en el suelo de la estaci¨®n. La televisi¨®n p¨²blica CCTV ha difundido im¨¢genes en la que se ve¨ªa una gran presencia policial en la estaci¨®n y c¨®mo polic¨ªas de paisano guardaban un cuchillo de grandes dimensiones en una bolsa de pl¨¢stico.

Las autoridades no han facilitado la identidad de los asaltantes, pero evidencias recogidas en el lugar del crimen muestran que se trat¨® de ¡°un ataque terrorista llevado a cabo por fuerzas separatistas de Xinjiang¡±, seg¨²n Xinhua, que cita al Gobierno municipal. Este afirma que fue ¡°un ataque terrorista violento premeditado y organizado¡±. Seg¨²n CCTV, dos de los asaltantes eran mujeres; una falleci¨® y la otra est¨¢ detenida.

El presidente chino, Xi Jinping, ha pedido ¡°el m¨¢ximo esfuerzo¡± en la investigaci¨®n y castigar a los responsables ¡°de acuerdo con la ley¡±. La gravedad de lo ocurrido ha provocado la condena ¡°en los t¨¦rminos m¨¢s duros¡± del secretario general del ONU, Ban Ki-moon, seg¨²n ha dicho su portavoz en un comunicado, en el que afirma que ¡°no hay justificaci¨®n para el asesinato de civiles inocentes y espera que los responsables sean llevados ante la justicia¡±.

El ataque supone una nueva escalada del conflicto ¨¦tnico que vive esta regi¨®n del oeste de China, en la que existe un fuerte resentimiento contra el Gobierno de Pek¨ªn por lo que muchos uigures consideran represi¨®n de su cultura y su religi¨®n y discriminaci¨®n por parte de los han, la etnia mayoritaria en China, que controla la vida pol¨ªtica y econ¨®mica de esta zona el pa¨ªs rica en recursos energ¨¦ticos y minerales.

En octubre pasado, tres miembros de una misma familia de Xinjiang estrellaron el coche en el que iban contra una multitud de turistas bajo el retrato de Mao Zedong en la plaza Tiananmen, en Pek¨ªn, y lo incendiaron, seg¨²n asegur¨® la polic¨ªa. Mataron a dos personas. Los tres atacantes suicidas ¨Cque Pek¨ªn calific¨® de militantes de Xinjiang- fallecieron. Desde entonces, el Gobierno ha incrementado las medidas de seguridad en la regi¨®n aut¨®noma.

El incidente en Tiananmen provoc¨® la alarma entre los dirigentes chinos, ya que se trat¨® de la primera vez que la violencia que sacude regularmente Xinjiang alcanza la plaza pequinesa, coraz¨®n y s¨ªmbolo del Estado. Lo ocurrido ahora en Yunnan, una de las provincias m¨¢s bonitas y tur¨ªsticas de China, eleva un grado m¨¢s la crisis ¨¦tnica. Es la primera vez que supuestos habitantes de Xinjiang han llevado a cabo un atentado de tal escala tan lejos de su regi¨®n.

Ambos atentados hacen pensar que los militantes podr¨ªan estar cambiando de t¨¢ctica para golpear a civiles en lugares alejados de su zona habitual. Hasta ahora, los ataques se hab¨ªan producido normalmente en Xinjiang, y hab¨ªan tenido como objetivo a las fuerzas de seguridad. Una prueba de la preocupaci¨®n que este ¨²ltimo incidente ha generado en el Gobierno es que el presidente chino, Xi Jinping, ha enviado a Kunming al m¨¢ximo responsable de seguridad interna de China y miembro del Politbur¨®, Meng Jianzhu, para que supervise la investigaci¨®n y visite a los heridos y las familias de las v¨ªctimas. El atentado se ha producido en un momento muy sensible, d¨ªas antes del comienzo, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, de la sesi¨®n anual del Parlamento en Pek¨ªn.

El ataque en Kunming ha tenido un gran impacto en Weibo. Algunos usuarios han contado detalles de lo ocurrido, aunque muchos de los comentarios han sido borrados r¨¢pidamente por los censores, en particular aquellos que describ¨ªan a los asaltantes. Otros internautas han criticado con dureza la violencia contra inocentes y algunos han pedido una reflexi¨®n sobre las razones que subyacen detr¨¢s de este tipo de atentados.

Xinjiang, una regi¨®n dos veces el tama?o de Turqu¨ªa, tiene una poblaci¨®n de unos 22 millones de habitantes, de los cuales unos nueve millones son uigures. Regularmente se ve golpeada por estallidos de violencia y revueltas, que, seg¨²n las autoridades, son impulsados por ¡°terroristas¡±. El Gobierno dice que grupos armados de uigures tienen conexiones con militantes islamistas en Pakist¨¢n y Asia Central, y llevan a cabo los ataques para establecer un estado independiente llamado Turkest¨¢n Oriental. Expertos internacionales afirman, sin embargo, que Pek¨ªn ha dado pocas pruebas de que exista realmente un movimiento terrorista organizado, y que las tensiones son m¨¢s bien fruto del resentimiento local. Las organizaciones de derechos humanos se?alan que Pek¨ªn exagera la amenaza terrorista para justificar su pol¨ªtica de fuerte control en Xinjiang.

En el ¨²ltimo a?o, se ha producido una serie de incidentes violentos relacionados con Xinjiang, que, seg¨²n la prensa china, provocaron m¨¢s 100 muertos en 2013, incluidos varios polic¨ªas. El anterior al de ahora, tuvo lugar el pasado 14 de febrero, cuando la polic¨ªa mat¨® a ocho ¡°terroristas¡± y otros tres resultaron muertos debido a los dispositivos que pensaban utilizar como bombas suicidas durante un ataque en el condado de Wushi, en la prefectura de Aksu, en Xinjiang, seg¨²n inform¨® Xinhua. Dos civiles y dos polic¨ªas resultaron heridos.

El incidente m¨¢s grave de los ¨²ltimos a?os ocurri¨® en 2009, cuando turbas de uigures se echaron a la calle en Urumqi (capital de Xinjiang) y acuchillaron a miembros de la etnia han de forma aleatoria, incluidos ni?os y mujeres. D¨ªas despu¨¦s, muchedumbres de han armados con palos y barras atacaron a uigures. Casi 200 personas murieron. Los disturbios condujeron al Gobierno a endurecer la vigilancia y, en paralelo, incrementar las inversiones en la regi¨®n. Desde entonces, han continuado los episodios violentos con cierta frecuencia.

Los uigures representan actualmente el 46% de la poblaci¨®n de Xinjiang y los han, el 40%. El resto pertenece a otras minor¨ªas. Pek¨ªn insiste que los uigures gozan de amplias libertades, que ha invertido mucho dinero en el desarrollo de la zona y que la vida de los locales ha mejorado radicalmente gracias a las inversiones p¨²blicas.

A finales del mes pasado, las autoridades de Xinjiang acusaron formalmente de secesi¨®n a Ilham Tohti, un prominente acad¨¦mico de la minor¨ªa musulmana uigur que daba clases en la Universidad de las Minor¨ªas de Pek¨ªn. Tohti es un arduo defensor de los derechos de los uigures y cr¨ªtico con las pol¨ªticas del Partido Comunista Chino en Xinjiang. Ha sido acusado de difundir ideas separatistas, incitar al odio ¨¦tnico y participar en actividades secesionistas. Se enfrenta a un castigo potencial de 10 a?os de c¨¢rcel e incluso la pena de muerte.