Argentina festeja el carnaval perseguido por la dictadura
El carnaval, perseguido por la dictadura en su ¨¦poca, es distinto en cada provincia, unas veces influenciado por Brasil o Bolivia
No hay un carnaval en Argentina sino muchos. No es lo mismo el de la provincia de Jujuy, en el noroeste del pa¨ªs, m¨¢s parecido al de la vecina Bolivia que el de Corrientes y Entre R¨ªos, en el noreste, m¨¢s influido por el cercano Brasil, o el de Buenos Aires, m¨¢s emparentado por el r¨ªo de la Plata con el de Montevideo. Pese a que la ¨²ltima dictadura militar de Argentina (1976-1983) suprimi¨® los festivos de carnaval en un intento por eliminar una fiesta popular y de letras contestatarias, las comparsas y las murgas resistieron, siguieron haciendo bailar, cantar, re¨ªr y protestar a los argentinos hasta que desde 2011 la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, peronista, restaur¨® por decreto los dos d¨ªas de descanso (lunes y martes).
Esta noche de lunes en la avenida C¨®rdoba esquina Ag¨¹ero, en el tanguero y porte?o barrio del Abasto, la fiesta comenz¨® con el desfile de la murga Los Quitapenas, que se form¨® en el Centro Cultural Rojas y que, a diferencia de otras de Buenos Aires, no tiene mucho que envidiar a los extraordinarios coros de las de Uruguay. Mientras algunos ni?os jugaban a la guerra tir¨¢ndose espuma por la avenida y en la parrilla montada en la calzada se cocinaban hamburguesas y chorizos, Los Quitapenas cantaban a favor de la democratizaci¨®n de la justicia, en sinton¨ªa con las reformas impulsadas en 2013 por Fern¨¢ndez, aunque despu¨¦s se mofaban del diputado kirchnerista Juan Cabandi¨¦ por su pelea con una agente de tr¨¢nsito que lo mult¨® tambi¨¦n el a?o pasado. A diferencia del carnaval de Brasil o los de Entre R¨ªos y Gualeguaych¨², los murgueros porte?os no van ligeros de ropa sino con galeras y trajes multicolores y brillantes, en los que por all¨ª una joven rubia llevaba estampadas las im¨¢genes del Che Guevara y el pa?uelo distintivo de las Madres de Plaza de Mayo y por aqu¨ª otros luc¨ªan los escudos de clubes de f¨²tbol como Boca Juniors, Hurac¨¢n o Chacarita.
En m¨¢s de 20 de esquinas de diversos barrios, el ayuntamiento de Buenos Aires dispuso cortes del tr¨¢nsito para que desfilaran los corsos, que en la capital se distinguen especialmente por su ¨¢cida cr¨ªtica pol¨ªtica. El alcalde porte?o, Mauricio Macri, por ejemplo, recibi¨® reproches en el corso del Abasto por su deficiente gesti¨®n de las plazas en la escuela p¨²blica. En la avenida C¨®rdoba quedaban claras algunas caracter¨ªsticas del carnaval: su base popular, sobre todo de los barrios pobres y de clase media de la capital, y su integraci¨®n de personas de todas las edades, tanto en el desfile como en el p¨²blico, desde ni?os hasta j¨®venes, desde adultos hasta ancianos. Las murgas se han convertido en un espacio de participaci¨®n para muchos j¨®venes en situaciones de riesgo social. Su sonido aparece en canciones de grupos de rock argentino, como Los Fabulosos Cadillas, Los Piojos o Los Aut¨¦nticos Decadentes.
Algunos porte?os se quejan de los cortes de calles por el carnaval, pero los que participan de ¨¦l reivindican la necesidad de recuperar el espacio p¨²blico para el festejo popular. En las provincias, en cambio, la celebraci¨®n persisti¨® muy arraigada en toda la sociedad, aun despu¨¦s del veto de la dictadura a los festivos.
Este a?o uno de los corsos de Buenos Aires se organiz¨® en la calzada enfrente de un excentro clandestino de detenci¨®n y tortura del r¨¦gimen, El Olimpo, por el que hab¨ªan pasado unos 500 perseguidos, muchos de ellos desaparecidos. ¡°Enmarcado en el proyecto colectivo y militante de recuperaci¨®n del ex Olimpo, este evento busca aportar a la resignificaci¨®n de este espacio donde habit¨® la muerte y hoy se construye memoria para el futuro¡±, explicaron los organizadores del festejo en el centro situado en el barrio de Floresta. Tambi¨¦n a?adieron que el carnaval es ¡°un espacio contestatario al orden establecido y de apropiaci¨®n de la calle por parte del pueblo¡±.
En todas las provincias se han organizado celebraciones de carnaval, pero est¨¢n las m¨¢s tradicionales y las organizadas solo en los ¨²ltimos tiempos por inter¨¦s de los municipios. Entre las primeras est¨¢ el carnaval de la quebrada de Humahuaca, en Jujuy, donde las comparsas recorren las calles y las casas, bailan con el p¨²blico, al ritmo de los sikus, con disfraces de diablos, con mucha chicha (bebida alcoh¨®lica sobre la base de ma¨ªz) en el cuerpo. En Tilcara, uno de los parajes de la quebrada, no solo se celebra con m¨²sica andina sino tambi¨¦n con el rock de bandas como Bersuit. En el resto de la provincia tambi¨¦n se festeja mucho. ¡°No tenemos otra fiesta en el a?o¡±, contaba alguna vez un poblador de Susques, el ¨²ltimo pueblo juje?o en el camino hacia Chile por el paso de Jama. En la vecina provincia de Salta tambi¨¦n hay fiesta popular y es dif¨ªcil caminar por sitios tur¨ªsticos como Cafayate sin que alg¨²n ni?o o joven arroje talco a los curiosos.
En la ciudad de Corrientes o en la de Gualeguaych¨², en la provincia de Entre R¨ªos, el carnaval se asemeja m¨¢s al de Brasil, con sus desfiles de carrozas pobladas de hombres y sobre todo mujeres apenas vestidas. La m¨²sica tambi¨¦n se asemeja, aunque las letras son en espa?ol. El carnaval de Gualeguaych¨² se ha tornado el m¨¢s popular de Argentina, atrae a m¨¢s de 70.000 turistas de todo el pa¨ªs. Pero Corrientes se reivindica como capital nacional del carnaval y en su desfile ha reunido este a?o a 14.000 espectadores, mientras que en los corsos barriales ha convocado a otros 200.000.
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