Los populares europeos eligen a Juncker para enfrentarse a Schulz
Barnier pierde la batalla frente al luxemburgu¨¦s, apoyado por Merkel El expresidente del Eurogrupo ser¨¢ el cabeza de cartel para los comicios del 25 de mayo
Pantalones de cuero, gafas oscuras, barba de dos d¨ªas, carisma, verbo f¨¢cil. No, no era un pol¨ªtico conservador: Bono, el l¨ªder de los U2, fue este viernes la sorprendente estrella invitada en las primarias del Partido Popular Europeo (PPE) en Dubl¨ªn, una de las capitales m¨¢s castigadas por la crisis en el continente. ¡°Europa es una idea que necesita convertirse en sentimiento; Europa necesita contadores de historias¡±, afirm¨® ante un Congreso entregado, c¨®modo en medio de una escenograf¨ªa con genuino sabor americano. Dicho y hecho: los 800 delegados de los populares europeos eligieron como narrador de la nueva fase de la pol¨ªtica europea que se avecina a Jean-Claude Juncker, viejo rockero del languideciente proyecto europeo. Ser¨¢ un duelo por la presidencia de la Comisi¨®n Europea entre un ex primer ministro de un para¨ªso fiscal ¡ªel ir¨®nico, lenguaraz y europe¨ªsta Juncker¡ª y un impetuoso exlibrero de pueblo: el alem¨¢n Martin Schulz, actual presidente del Parlamento Europeo y candidato socialdem¨®crata.
El expresidente del Eurogrupo lider¨® los rescates durante la crisis
Schulz parte con una ligera ventaja en los sondeos, que parecen una alfombra roja para dar la bienvenida a una gran coalici¨®n ¡ªa la alemana, y eso empieza a ser algo m¨¢s que una met¨¢fora en la UE¡ª entre esos dos partidos a la vista de las escas¨ªsimas diferencias entre conservadores y socialistas. El belga Guy Verhofstadt (liberales), el griego Alexis Tsipras (izquierda radical) y la alemana Ska Keller y el franc¨¦s Jos¨¦ Bov¨¦ (Verdes) completan los carteles electorales de los principales partidos para las elecciones de finales de mayo.
Juncker derrot¨® con solvencia al vicepresidente y comisario de Mercado Interior, el franc¨¦s Michel Barnier, que vendi¨® cara su piel hasta el final a pesar de las numerosas voces dentro del partido que le ped¨ªan una retirada digna y silenciosa. El luxemburgu¨¦s sac¨® 382 votos, frente a los 245 de su oponente, que jug¨® en franca desventaja desde el principio; se le reprochaba un bajo perfil pol¨ªtico y falta de apoyos, incluso en su propio pa¨ªs, pero sobre todo no contaba con un as en la manga casi infalible en la Europa de hoy: Juncker ten¨ªa desde hace un mes el pl¨¢cet de la canciller Angela Merkel, en una jugada muy t¨¢ctica de Berl¨ªn, que necesita un candidato con tir¨®n en casa para contrarrestar a Schulz. Juncker habla alem¨¢n ¡ªy franc¨¦s e ingl¨¦s, con gran fluidez todos ellos¡ª y es conocido m¨¢s all¨¢ del Rin, como tambi¨¦n son conocidas sus viejas rencillas con la canciller. Merkel pas¨® por alto sus desavenencias en busca de un t¨ªquet que no gusta en el PPE pero s¨ª en la canciller¨ªa: Schulz a la Comisi¨®n y Juncker al Consejo, esa es la quiniela con m¨¢s probabilidades a d¨ªa de hoy, siempre que no salga el habitual tapado (un primer ministro de un pa¨ªs peque?o).
El candidato franc¨¦s obtuvo 245 votos frente a los 382 del ganador
Juncker es una apuesta firme, pero a la vez cargada de iron¨ªa. Los populares europeos est¨¢n obligados a defender el legado de la gesti¨®n de la crisis, que presentan como un ¨¦xito a la vista de que el riesgo de ruptura del euro ha desaparecido, pasando por alto que el paro est¨¢ en m¨¢ximos, que las dudas persisten tanto sobre el estado de los bancos como sobre las finanzas p¨²blicas de algunos pa¨ªses, y que todo eso se traduce en un eurodesencanto creciente que est¨¢n aprovechando los populismos. Merkel, el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, y el del Consejo, Herman Van Rompuy, defendieron en Dubl¨ªn el ¨¦xito de las pol¨ªticas econ¨®micas de los ¨²ltimos a?os, y apoyaron al candidato adecuado para proteger ese relato. Juncker presidi¨® el Eurogrupo (la reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa del euro) durante los rescates a Grecia, Irlanda, Portugal y Espa?a.
El luxemburgu¨¦s tiene la historia reciente del proyecto europeo en la cabeza: ha sido protagonista destacado en Bruselas durante el ¨²ltimo cuarto de siglo. Pero el Congreso del PPE y el candidato elegido no dejan de ser una paradoja casi perfecta en esta Europa plagada de contradicciones: Bono, que traslad¨® su domicilio fiscal a Holanda para pagar menos impuestos, lanz¨® un discurso cr¨ªtico con la troika que ha protagonizado el rescate irland¨¦s y con el capitalismo financiero, dio la alternativa a Juncker, que se enfada como un ogro cada vez que alguien critica el modelo econ¨®mico de Luxemburgo, el pa¨ªs del secreto bancario, uno de los para¨ªsos fiscales anclados en el coraz¨®n de Europa.
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