Sobre la desinformaci¨®n del Kremlin
Putin ha manipulado la percepci¨®n del conflicto entre la poblaci¨®n rusa de Crimea y en las regiones orientales de Ucrania
¡°Rusia, prot¨¦genos del genocidio¡±, reza la pancarta de una mujer mayor plantada delante del Parlamento de Crimea. ¡°No al fascismo en Ucrania¡±, proclama un manifestante en Mosc¨². Sin embargo, desde que ha empezado la crisis, no se ha registrado ning¨²n acto de agresi¨®n contra ciudadanos ucranio por el hecho de ser rusohablante. Ni siquiera la prensa rusa ha podido rastrear evidencia de alguno. Por tanto, si no se puede demostrar la realidad de un abuso, hay que crear la percepci¨®n masiva de que ¨¦ste se puede producir y se debe evitar. Es lo que ha hecho el Kremlin entre la poblaci¨®n rusohablante en Crimea y en las regiones orientales de Ucrania, y es el argumento que utiliza ante su propia sociedad para justificar su actuaci¨®n.
Los estrategas del Kremlin han conseguido articular un plan de desinformaci¨®n que se abre camino incluso en medios y opini¨®n p¨²blica en otras partes del mundo, Espa?a incluida. Los tres mantras de esta estrategia son que los fascistas y radicales extremistas han dado un golpe de Estado derrocando a un presidente leg¨ªtimo, que lo han conseguido gracias a la injerencia occidental y que los derechos, cuando no la integridad f¨ªsica, de las minor¨ªas rus¨®fonas est¨¢n en peligro.
La disoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica dej¨® a m¨¢s de veinte millones de rusos aut¨®ctonos en territorio de nuevos estados independientes de los que se convirtieron en ciudadanos. Desde entonces, Mosc¨² considera a todos los rusohablantes como sus compatriotas y la Constituci¨®n rusa ¡°garantiza la defensa y el apoyo de sus ciudadanos fuera de su territorio¡±, como recoge tambi¨¦n el Concepto de Pol¨ªtica Exterior rusa, de febrero 2013. Por ello, en el caso de Crimea, el Kremlin ha distribuido diligentemente grandes cantidades de pasaportes rusos para garantizar que los compatriotas se conviertan legalmente en sus ciudadanos. La l¨®gica de este planteamiento (donde est¨¢n mis compatriotas estoy en mi derecho) permite activar, a conveniencia, un mecanismo amparado en lo que Mosc¨² define como sus ¡°intereses leg¨ªtimos¡±.
La lengua rusa, usada tambi¨¦n por un gran n¨²mero de ciudadanos que se definen como ucranio, nunca ha estado realmente amenazada en Ucrania. Cualquiera que se pasee por la calles de K¨ªev o, incluso, de Lviv, que compre un diario en alg¨²n quiosco o entre en alguna librer¨ªa, lo ve y lo oye. Por eso, el ¨²nico error de bulto que efectivamente ha cometido el Gobierno interino hasta la fecha ha sido derogar la ley de 2012 sobre el estatuto del ruso, algo sobre lo que debe dar marcha atr¨¢s cuanto antes.
En la pluralidad pol¨ªtica de Maid¨¢n, que abarca desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, Mosc¨² ha convertido en ¨²nicos protagonistas al partido ultranacionalista Svoboda y otros grupos de ultraderecha, como si estos dominaran realmente la agenda pol¨ªtica del momento. Obvia, en cambio, a los paramilitares de Yanuk¨®vich, los titushki, o la composici¨®n del Gobierno interino o del Parlamento, donde esas fuerzas est¨¢n en minor¨ªa. De hecho, es la pol¨ªtica rusa actual la que refuerza a esa derecha chovinista ucraniana a la que Mosc¨² regala argumentos de peso.
En Ucrania, la identificaci¨®n con una lengua o una procedencia nacional no presupone, de entrada, a qui¨¦n vas a votar. Y esto molesta al Kremlin antes de las pr¨®ximas elecciones. En Ucrania, como en la mayor¨ªa de los estados postsovi¨¦ticos, ruso, rusohablante y prorruso son tres realidades distintas que, a veces, coinciden y muchas otras no. Lo que se dirime ahora es qu¨¦ modelo de gobernanza van a escoger los ciudadanos ucranio. Por m¨¢s que lo repitan los medios y dirigentes rusos, la divisi¨®n del pa¨ªs no es ni ¨¦tnica ni ling¨¹¨ªstica, es pol¨ªtica.
Carmen Claud¨ªn es investigadora senior del CIDOB
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