?Qu¨¦ pudo impedir a los pilotos comunicar un problema?
El GPS y el radar tienen limitaciones que explicar¨ªa por qu¨¦ es tan complicado dar con la localizaci¨®n el aparato siniestrado
A los profesionales de la industria de la aviaci¨®n comercial no les gusta especular cuando se produce un accidente. Por eso insisten en que, antes de decir nada sobre las causas que llevaron a la desaparici¨®n del avi¨®n de Malaysia Airlines, hay que localizar el aparato y la caja negra. Solo en ese momento se podr¨¢ tener una idea de lo sucedido en la cabina. El misterio que rodea el incidente, sin embargo, s¨ª alimenta el debate sobre la necesidad de que los aviones lleven un sistema que comunique en tiempo real el estado de la aeronave.
Las cajas negras, a diferencia de lo que el viajero de un avi¨®n pueda pensar, no dan datos constantes a los centros de gesti¨®n de las aerol¨ªneas sobre la marcha de un vuelo determinado. Simplemente se limitan a registrar la posici¨®n del avi¨®n, las conversaciones en cabina y otros datos relevantes de la aeronave, que se descargan y analizan a posteriori. Estos dispositivos est¨¢n dise?ados para sobrevivir el impacto, el fuego y la inmersi¨®n.
S¨ª hay sistemas, como el desarrollado por Flight Aerospace Solutions, que permiten una comunicaci¨®n en pleno vuelo, utilizando la red global de sat¨¦lites. En una situaci¨®n anormal, el dispositivo permite hacerlo adem¨¢s en tiempo real. Pero las aerol¨ªneas son reacias a dotarse con este tipo de sistemas porque son demasiado caros y porque en los vuelos transoce¨¢nicos no hay banda suficiente para que la comunicaci¨®n sea efectiva.
Estos dispositivos est¨¢n pensados para mejorar la rutina y el rendimiento de los aviones. Es decir, para conseguir un uso m¨¢s eficiente del combustible y dirigir al personal de mantenimiento hacia una supuesta aver¨ªa. Los modelos m¨¢s modernos, como el B787 Dreamliner de Boeing, tambi¨¦n disponen de un sistema de comunicaci¨®n en tiempo real parecido. Pero no est¨¢n concebidos para casos de emergencia o situaciones catastr¨®ficas.
Lo que nadie es capaz de explicar en este momento es c¨®mo en una industria tecnol¨®gicamente tan avanzada, un avi¨®n tan puntero y fiable como el B777 pueda desaparecer con 239 personas a bordo. Los pilotos, como se?ala el capit¨¢n retirado Mark Weiss, est¨¢n entrenados para navegar y comunicarse en casos extremos. ¡°Al menos tratan de hacer saber a otros aviones que se desv¨ªan de su ruta¡±, explica. Por su experiencia, se?ala, el avi¨®n deb¨ªa estar fuera de cobertura.
¡°El radar y el GPS tienen sus limitaciones, porque no cubren todas las ¨¢reas¡±, explica, ¡°y hay una gran diferencia entre volar en tierra o en agua¡±. Tambi¨¦n recuerda que son las aerol¨ªneas las que deciden la configuraci¨®n de cada avi¨®n, incluida la tecnolog¨ªa que equipan. S¨ª explica que el B777 tiene un triple sistema para la navegaci¨®n. En su opini¨®n, no cree que el siniestro se deba a un problema de instrumental porque el aparato fue objeto de una revisi¨®n dos semanas antes.
Weiss conoce bien el modelo accidentado. Pilot¨® uno similar. Boeing acaba de presentar la nueva generaci¨®n. Explica que la tecnolog¨ªa que equipa el B777 es mucho m¨¢s sofisticada que la que se puede encontrar en cualquier dispositivo de consumo. Pero los expertos reconocen que se enfrenta a las mismas vulnerabilidades de un tel¨¦fono o una tableta. Se baraja, en paralelo, la posibilidad de que el piloto haya desactivado por error los sistemas de localizaci¨®n.
Los t¨¦cnicos de FlightAware, uno de los portales en Internet que sirve para seguir el rastro de un avi¨®n en vuelo, indican que es normal que las aeronaves entren en zonas en las que los radares y sistemas de GPS civiles no tienen suficiente se?al. Por eso creen que en este momento lo importante es la lectura que hagan los sistemas militares, que son m¨¢s sofisticados. Son los que indican ahora que el vuelo de Malaysia Airlines podr¨ªa haberse desviado hacia el oeste.
La hip¨®tesis m¨¢s extrema es que el avi¨®n haya sido objeto de un evento catastr¨®fico, que lo haya destruido de forma repentina y violenta como el vuelo 800 de la TWA, en 1996. En aquel caso fue por la explosi¨®n de los dep¨®sitos de combustible. Tambi¨¦n podr¨ªa deberse a la despresurizaci¨®n de la cabina. Para este piloto retirado, el problema es que se buscan los restos del avi¨®n por la zona equivocada. En el caso del cambio de ruta, a?ade, no hay que descartar el sabotaje, aunque las autoridades no vean v¨ªnculos terroristas en este momento.
Weiss tampoco se sorprende por el hecho de que los pilotos no comunicaran su posici¨®n o emitieran un SOS si estaban en dificultades. Asegura que fue lo que ocurri¨® con el Airbus A330 de Air France que se estrell¨® sobre el Atl¨¢ntico en 2009. ¡°Los pilotos estaban concentrados en salir de la situaci¨®n con vida, luchando por salvar a los pasajeros, y por eso no pensaron en hacer una llamada de emergencia¡±, relata. Por eso cree que las aerol¨ªneas deben incorporar los nuevos avances tecnol¨®gicos e integrar sistemas que van m¨¢s all¨¢ de lo que queda registrado en la caja negra.
Lo cierto es que existe una amplia multitud de tecnolog¨ªas que deber¨ªan permitir localizar a un avi¨®n con mayor precisi¨®n que un coche. Y, como indican los expertos del sector, la discusi¨®n sobre la necesidad de que las aerol¨ªneas las adopten es necesaria. Admiten que es costoso para un sector al que le cuesta ser rentable, pero tambi¨¦n precisan que el desembolso que se est¨¢ haciendo para la b¨²squeda del avi¨®n lo compensa.
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