Ra¨²l Mijango: ¡°La tregua sigue, pero la paciencia de las pandillas tiene un l¨ªmite¡±
El excomandante guerrillero, mediador clave en el proceso de pacificaci¨®n entre las violentas bandas callejeras de El Salvador, avisa del riesgo de que el Estado no respalde el di¨¢logo
Ra¨²l Mijango (Santa Cruz Michapa, 1958) es un mediador clave en la tregua entre pandillas que ha reducido los homicidios en El Salvador. El domingo pasado por la tarde, el d¨ªa de las elecciones presidenciales, recibi¨® a EL PA?S en la capital, San Salvador. A mitad de entrevista lo llamaron por tel¨¦fono. Puso cara de sorpresa. Anot¨® en una cartulina las cifras 50,5 y 49,5. Eran los resultados provisionales que le estaban pasando de la pugna entre el FMLN y Arena, la izquierda y la derecha. Finalmente, gan¨® el primero por dos d¨¦cimas.
Un reto urgente del nuevo gobierno ser¨¢ definir su pol¨ªtica de seguridad, y eso implica decidir qu¨¦ se hace con la tregua, cuya f¨®rmula original es menos muertos por parte de las bandas a cambio de mejoras en sus condiciones de vida en las prisiones y de programas de desarrollo social afuera. El gobierno cesante del FMLN, presidido por Mauricio Funes, ha apoyado t¨¢citamente el pacto acordado entre las maras el 9 de marzo de 2012, pero desde el cambio de ministro de Seguridad en mayo de 2013 el acceso de los mediadores a las c¨¢rceles se ha taponado y en las calles han repuntado los asesinatos.
Mijango fue miembro del FMLN pero lo abandon¨® en el a?o 2000. ¡°Yo no sirvo para andarme peleando por cargos p¨²blicos con mis propios compa?eros. Yo vengo de hacer la guerra, donde uno tiene claro cu¨¢l es su adversario y d¨®nde lo combate¡±. El civil que dialoga con las pandillas para buscar la paz fue comandante de la guerrilla en los a?os ochenta. Es un hombre robusto con molestias bronquiales. De vez en cuando inhala de un dispositivo para oxigenarse mejor.
Pregunta. ?Cu¨¢l fue su funci¨®n concreta en la guerra?
Respuesta. Era jefe de las unidades de asalto.
P. ?Y cu¨¢l era su especialidad?
R. La incursi¨®n a las posiciones enemigas. Me toc¨® dirigir operaciones como voladuras de puentes, ataques a cuarteles, a brigadas, a destacamentos y a otras posiciones menores que aniquilamos durante el conflicto.
P. ?Qu¨¦ diferencia aquella guerra de la de las pandillas?
R. Era una guerra m¨¢s por ideolog¨ªas. Esta es de sobrevivencia.
La guerra de los ochenta fue m¨¢s por ideolog¨ªas. La de las pandillas es de sobrevivencia"
P. ?C¨®mo de sobrevivencia?
R. La aspiraci¨®n de las pandillas es vivir el momento. En la lucha revolucionaria ten¨ªamos un ideal. Estos muchachos eso no lo han tenido. Pero van madurando y entendiendo esa realidad, y creo que durante este proceso se ha ido dando vida a una utop¨ªa posible para ellos.
P. ?Qu¨¦ es para un pandillero una utop¨ªa?
R. Es la aspiraci¨®n a vivir una vida normal.
P. ?Les interesa eso?
R. Les interesa sobremanera.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque su vida no es nada halag¨¹e?a.
P. ?Ni para los jefes?
R. Ten¨¦s jefes de pandillas de 35 a?os de edad que han pasado 20 en la c¨¢rcel. Eso no es vida, sobre todo en un pa¨ªs con el sistema carcelario mas violador de derechos humanos de Am¨¦rica Latina, con un nivel de hacinamiento que sobrepasa el 325%, donde ni siquiera hay lugares adecuados para ingerir los alimentos
P. ?C¨®mo los ingieren?
R. Los agarran en la mano y los tienen que poner en el suelo, acurrucarse y comer. Esa no es vida de privilegios. Y el que est¨¢ en la calle anda permanentemente perseguido por su rivales y por la polic¨ªa. Y tampoco viven una vida de lujos. Los miembros que conocemos viven en condiciones de pobreza.
P. ?Entonces qu¨¦ hacen con el dinero que consiguen?
R. Como ellos tienen un concepto solidario del dinero, le mantienen la esposa, la mam¨¢ y la familia a los fallecidos, ayudan en procesos legales a los presos, le mantienen la familia a los presos, y cuando acaban con eso y se ponen a repartir, lo que les queda es una miseria.
P. ?Y los grandes jefes como el l¨ªder de la pandilla Barrio 18, El Viejo Lin, o el de la Mara Salvatrucha, el Diablito de Hollywood?
R. Padecen las mismas limitaciones. Al Diablito de Hollywood el a?o pasado la banca le embarg¨® la vivienda a su familia porque no tuvieron c¨®mo pagar la hipoteca. Eso no le pasa a ning¨²n capo de los jefes de los carteles tradicionales.
P. Cuesta creer que no se enriquezcan.
R. No, no funcionan como un cartel. No andan solo tras el lucro. Ven en la pandilla algo que llena los vac¨ªos que la sociedad y la familia no logran llenar. Me ha tocado estar en actividades en las que yo le tenido que comprar los cigarros al Viejo Lin. Su motivaci¨®n no es el lucro. Por eso es posible que podamos hacer la paz.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. A que en El Salvador es posible resolver el fen¨®meno de la violencia porque m¨¢s que una expresi¨®n delictiva es expresi¨®n de un problema social. Hemos logrado controlar municipios violentos invirtiendo solo en una peque?a granja, o en una panader¨ªa. Si la motivaci¨®n de esta gente fuera el lucro desmedido esas acciones no tendr¨ªan ning¨²n valor.
P. Pero los jefes pandilleros pactaron la tregua para tener mejores condiciones en las c¨¢rceles. ?No es una tregua basada en sus intereses ego¨ªstas?
"Los pandilleros no llevan una vida de lujos. Me ha tocado estar en reuniones en las que le he tenido que comprar los cigarros al Viejo Lin
R. Esa es una visi¨®n bien superficial. Este proceso cobr¨® fuerza porque los pandilleros encontraron una alternativa mejor. Por una raz¨®n simple: llevan m¨¢s de 18 a?os en una guerra que suma mas de 52.000 muertos, la mayor parte de pandillas y familiares. Alguien como yo que ha vivido una guerra los entiende, porque lo que andan buscando es una forma de parar este conflicto. Todos lo conflictos producen agotamiento y esto plantea una necesidad imperiosa de encontrar salidas. La tregua no es porque los pandilleros quisieran tener televisores de pantalla plana en la c¨¢rcel.
P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n actual de la tregua?
R. Las autoridades de seguridad p¨²blica se han lanzado a la tarea de destruirla, pero, pese a todo, el proceso contin¨²a. Hoy celebramos el segundo aniversario habiendo logrado que hasta ayer 5.531 vidas de salvadore?os se hayan salvado. Hemos reducido un 18% la tasa de extorsiones, hemos logrado que las pandillas entreguen 504 armas de guerra¡
P. ?Cu¨¢l es la de m¨¢s poder que han entregado?
R. El AK-47.
P. ?Les sorprendi¨® que entregasen akas 47?
R. S¨ª, es considerada una de las mejores armas de infanter¨ªa del mundo.
P. Pero no son muy caros, ?no?
R. Es que ves a las pandillas con el lente de los carteles del narco. Nada que ver. Y ese es el lente de Estados Unidos, que no hace distinci¨®n entre formas criminales. Esto no es narcotr¨¢fico, y lo ¨²nico que lo hace gobernable es que las pandillas no est¨¢n vinculadas a los carteles. Si no, ser¨ªa ingobernable, porque el narco tiene las dos cosas de las que adolecen las pandillas: dinero y armas.
P. Lo interrump¨ª cuando hablaba de los logros.
R. Hemos logrado dos a?os sin motines en las c¨¢rceles, y los procesos en los territorios dan frutos. En Sonsonate, a finales de 2011, se registraron 123 homicidios en todo el a?o. ?Sabes cu¨¢ntos el a?o pasado?: 16. Una reducci¨®n de 107 homicidios.
Todos los conflictos crean agotamiento. La tregua no es porque los jefes pandilleros quieran tener teles de pantalla plana en las c¨¢rceles
P. Y aunque los ¨ªndices han bajado, ?qu¨¦ sigue provocando las muertes?
R. Son por peque?os conflictos que se generan en los territorios y que son normales en un proceso de paz, sobre todo cuando lidias con una estructura de m¨¢s de 60.000 personas, m¨¢s que el ej¨¦rcito y la polic¨ªa juntos.
P. ?Estados Unidos est¨¢ en contra del proceso?
R. No lo ha apoyado.
P. ?Y el gobierno salvadore?o?
R. Ha sido incoherente, y poco valiente, porque por momentos ha asumido el apoyo al proceso y por momentos lo ha negado, y ha querido explotar los beneficios del proceso pero no quiere pagar los costos de asumir que apoya un proceso que es rechazado por un sector de la sociedad.
P. ?Qu¨¦ sector?
R. La derecha y el empresariado, porque ser¨ªa reconocer un ¨¦xito de esta administraci¨®n de izquierdas y un fracaso de ellos.
P. ?Qu¨¦ futuro tiene la tregua despu¨¦s de las elecciones?
R. Si el que gana apoya el proceso, ¨¦l mismo va a tener mejores resultados en menor tiempo. Si no, el proceso igual seguir¨¢ caminando, pero con menos resultados.
P. ?No hay manera de que se rompa?
R. Seguimos con la voluntad firme de continuar.
P. ?Qu¨¦ podr¨ªa romperlo?
R. Que la sociedad y el estado desechen la oportunidad. La paciencia tiene un l¨ªmite. Las pandillas han caminado dos a?os, pero tampoco van a pasar toda la vida ofreciendo al gobierno y al estado recuperar la paz.
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