Las escuchas a Sarkozy se vuelven contra el Gobierno socialista
La ministra de Justicia, que neg¨® haber sido informada, rectifica despu¨¦s de que la fiscal¨ªa y el primer ministro aseguren lo contrario
Las escuchas judiciales al expresidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy se han convertido en un bumer¨¢n para el Gobierno socialista. En una h¨¢bil maniobra pol¨ªtica, el centro-derecha, protagonista de esc¨¢ndalos de todo pelaje, ha conseguido dar la vuelta al foco y ha puesto contra las cuerdas a la c¨²pula del Ejecutivo presidido por Fran?ois Hollande. La ministra de Justicia, Christiane Taubira, que neg¨® haber sido informada sobre los pinchazos de los dos tel¨¦fonos m¨®viles de Sarkozy ¨Cuno oficial y otro clandestino-, se vio obligada este jueves a admitir lo contrario despu¨¦s de que el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, admitiera ¨Ctras negarlo tambi¨¦n en principio- que la Fiscal¨ªa hab¨ªa informado al Gobierno.
Taubira cometi¨® un fat¨ªdico error el mi¨¦rcoles, al blandir ante la prensa los documentos que probaban que estaba al corriente, al menos desde el 26 de febrero, de que las comunicaciones de Sarkozy estaban siendo grabadas -desde septiembre de 2013- por orden de los jueces que investigan el caso Gadafi, que investiga la presunta financiaci¨®n irregular por parte del dictador libio de la campa?a electoral de la UMP en 2007.
La ministra ense?¨® algunos papeles a las c¨¢maras, y su transcripci¨®n dej¨® claro que hab¨ªa mentido al afirmar que se hab¨ªa enterado del contenido de los pinchazos por la prensa. Los documentos que ense?¨® muestran que Taubira hab¨ªa recibido un resumen de las conversaciones entre Sarkozy y su abogado el 26 de febrero pasado, el d¨ªa que los jueces decidieron abrir una nueva investigaci¨®n al exjefe del Estado por tr¨¢fico de influencias y violaci¨®n de secreto judicial.
Adem¨¢s, Taubira hab¨ªa enviado el 31 de enero una circular a los fiscales conmin¨¢ndoles a que le informaran ¡°regularmente y de forma completa y r¨¢pida¡± sobre todos los casos sensibles.
Tras la asombrosa demostraci¨®n de amateurismo, que ha dejado muy tocada su imagen de integridad, la ne¨®fita ministra aparece como la primera v¨ªctima pol¨ªtica de un esc¨¢ndalo que, m¨¢s all¨¢ de los nombres ilustres, aumenta el descr¨¦dito del bipartidismo formado por el centro derecha y el centro izquierda.
Cuando faltan solo diez d¨ªas para las elecciones municipales y dos meses para las europeas, las bazas electorales de la extrema derecha encarnada por Marine Le Pen aparecen cada vez m¨¢s reforzadas.
La estrategia del centro derecha para defender a su l¨ªder temporalmente retirado copia en esencia la que Silvio Berlusconi y sus secuaces despliegan desde hace dos d¨¦cadas en Italia. Trata de presentar los numerosos problemas judiciales de Sarkozy ¨Cimplicado en seis esc¨¢ndalos distintos- como una persecuci¨®n encarnizada de los jueces izquierdistas; las escuchas han a?adido a la letan¨ªa las acusaciones de compl¨® pol¨ªtico -un Watergate a la francesa- urdido ¡°con m¨¦todos sovi¨¦ticos¡±.
Tirando de profesionalidad, la UMP ha reclutado a cientos de abogados y a sus medios afines para acusar a los socialistas y a los jueces de atacar a las libertades p¨²blicas e individuales al poner bajo vigilancia a su gran rival pol¨ªtico con el fin de evitar su regreso.
Lo curioso es que, igual que sucede con la izquierda italiana, el centro izquierda franc¨¦s da muestras de debilidad e incompetencia manifiestas. La primera reacci¨®n de Ayrault y Taubira ante la carga ha sido negar que superan nada, y ahora esas alegaciones comprometen a toda la c¨²pula del Estado, incluidos Manuel Valls, el ministro del Interior, y el propio presidente, Fran?ois Hollande.
Valls ha asegurado que se enter¨® de los pinchazos a Sarkozy por los peri¨®dicos, lo que suena cuando menos ex¨®tico trat¨¢ndose del primer polic¨ªa de Francia, es decir del hombre al que los agentes que realizan las escuchas deben reportar toda informaci¨®n sensible.
El editorial de este jueves de Le Monde era despiadado con el ministro del Interior: ¡°Valls ha elegido el rid¨ªculo de aparecer como el hombre peor informado de Francia¡±, afirmaba.
La duda alcanza de pleno al jefe del Estado: si Ayrault y Taubira hab¨ªan sido informados de que Sarkozy hablaba con su abogado Thierry Herzog por un tel¨¦fono m¨®vil de prepago, comprado por este a nombre de un tal Paul Asimuth ¨Cun excompa?ero de instituto de Herzog que vive en Israel y que ha anunciado que demandar¨¢ a Sarkozy por suplantaci¨®n de identidad-, ?es cre¨ªble que Hollande no supiera nada?
Seg¨²n el semanario sat¨ªrico ¨Csiempre bien informado- Le Canard Encha?n¨¦, el presidente hizo el lunes una encendida defensa de la separaci¨®n de poderes y de la independencia de la justicia ante un grupo de visitantes, y afirm¨® que se hab¨ªa enterado por la prensa de las escuchas a Sarkozy. ¡°Lo ignoraba todo sobre el lanzamiento de ese procedimiento y, forzosamente, sobre el contenido de las escuchas. Si hubiera recibido un resumen de esas escuchas, estar¨ªamos ante un esc¨¢ndalo de Estado¡±, dijo Hollande.
Su entorno se limita a afirmar que el presidente ¡°vela por el buen funcionamiento de la justicia¡±. Lo ¨²nico que parece cierto es que el esc¨¢ndalo refuerza la desconfianza de los ciudadanos en la pol¨ªtica, y que tanto la mayor¨ªa como la oposici¨®n pagar¨¢n ese peaje tarde o temprano.
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