Resurrecci¨®n atl¨¢ntica
La OTAN regresa a los or¨ªgenes, cuando un enemigo sim¨¦trico daba sentido a su vida
El mensaje de Obama es inequ¨ªvoco. La OTAN vuelve a tener sentido. El objetivo fundacional de disuadir y repeler cualquier agresi¨®n que pudiera llegar del Pacto de Varsovia, la alianza sim¨¦trica organizada por Mosc¨², regresa al frontispicio de la organizaci¨®n. Animada por tales prop¨®sitos, consigui¨® adquirir el prestigio de la alianza militar m¨¢s exitosa de la historia, puesto que 42 a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n acab¨® por vencer a su adversario, desaparecido en 1991, sin un solo disparo.
Pocos dirigentes atl¨¢nticos quieren reconocerlo, pero desde la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica la alianza buscaba un sentido a su vida. Nada hab¨ªa conseguido llenar el vac¨ªo que produce la desaparici¨®n de un verdadero enemigo, aunque fuera m¨¢s por autodisoluci¨®n y debilidad que por una aut¨¦ntica victoria. Con la paradoja de que al ¨¦xito que acompa?¨® la ¨¦poca fr¨ªa, sin disparos, le suceden operaciones calientes, casi todas controvertidas y no siempre con desenlace claro, como las intervenciones en los Balcanes, luego en Afganist¨¢n, en Libia o en la costa de Somalia contra los piratas.
Ahora, con Vladimir Putin, la OTAN revive. Regresan las ideas que le dieron sentido. El famoso art¨ªculo cinco, que garantiza la defensa de cualquier socio ante una agresi¨®n, se esgrime de nuevo con el ¨¦nfasis de los viejos buenos tiempos. Adquiere fuerza renovada la idea de que es una organizaci¨®n para actuar dentro del ¨¢rea euroatl¨¢ntica en estricta defensa de sus miembros, m¨¢s que una polic¨ªa global que auxilia a la primera superpotencia americana para mantener el orden p¨²blico internacional. Con mayor raz¨®n cuando esta nueva guerra fr¨ªa coincide con la salida de Afganist¨¢n prevista para finales de 2014.
Con el regreso a los or¨ªgenes, muchas cosas han empezado a cambiar desde que Rusia se zamp¨® a Crimea de un silencioso bocado y tambi¨¦n sin pegar un tiro. De entrada,reverdece s¨²bitamente el viejo y deteriorado lazo transatl¨¢ntico. Ha quedado zanjada la discusi¨®n sobre el desinter¨¦s real o supuesto de Washington por la aburrida y desganada Europa. El pivote asi¨¢tico de Obama queda para m¨¢s tarde, ante la demanda del viejo pivote euroasi¨¢tico, que hizo girar el mundo en el ¨²ltimo siglo. R¨¢squense el bolsillo para gastar en armas como en tiempos del Tel¨®n de Acero.
El desv¨¢n atl¨¢ntico ser¨¢ el destino de los artefactos inventados en los ¨²ltimos 20 a?os para intentar sostener esa relaci¨®n imposible con Mosc¨², entre ellos el Consejo OTAN-Rusia. Los viejos mapas de Europa central y oriental se despliegan de nuevo sobre las mesas del cuartel general atl¨¢ntico en Mons, donde los militares preparan planes de contingencia y mandan aviones y barcos a misiones de reconocimiento. Los vecinos de Rusia, y especialmente los que cuentan con esas minor¨ªas rus¨®fonas que Putin quiere proteger, ver¨¢n reforzados sus dispositivos de alerta. El escudo antimisiles, con su componente naval radicada en Rota, que deb¨ªa guarecernos del Ir¨¢n fundamentalista y nuclear, se convertir¨¢ directamente en el nuevo dispositivo para defendernos de la amenaza rusa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.