¡°Todos somos rehenes de Putin¡±
Las minor¨ªas de Crimea debaten si oponerse o colaborar con los rusos y las nuevas autoridades Los t¨¢rtaros buscan crear una autonom¨ªa en la pen¨ªnsula
Los seis diputados t¨¢rtaros del Parlamento de Crimea, como otros cargos electos pertenecientes a esa minor¨ªa (243.000 personas, el 12% de la poblaci¨®n), aguardaban instrucciones de su m¨¢ximo ¨®rgano ejecutivo, el Consejo Nacional o Kurultay, que se reuni¨® este s¨¢bado en sesi¨®n de urgencia, para decidir qu¨¦ actitud adoptar ahora que la anexi¨®n de Rusia es un hecho consumado (por ejemplo desde el domingo rige el huso horario de Mosc¨²): si de franca oposici¨®n o una suerte de pragmatismo que les permitiera proteger sus derechos mediante una cooperaci¨®n sutil con las nuevas autoridades. Triunf¨® la primera opci¨®n, y el Consejo resolvi¨®, en virtud del derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos, iniciar ¡°el proceso pol¨ªtico y legal para crear una autonom¨ªa territorial y nacional¡± dentro de Crimea.
A diferencia de los t¨¢rtaros, el resto de minor¨ªas de la pen¨ªnsula gestiona su inquietud como puede, es decir, sin ¨®rganos representativos que les marquen una pauta de actuaci¨®n. La comunidad ucrania (24%), que hasta hace unos d¨ªas viv¨ªa en su propio pa¨ªs, dista mucho de estar organizada como tal, si bien engrosa otra minor¨ªa coyuntural ¡ªy transversal¡ª, la de los activistas pro-Kiev. Por razones de seguridad, estos son intencionadamente invisibles: desde que empez¨® la crisis, al menos 20 de sus miembros han sido detenidos, tres de ellos han desaparecido durante d¨ªas y uno m¨¢s, de la minor¨ªa t¨¢rtara, fue hallado muerto con evidentes signos de tortura.
¡°La comunidad t¨¢rtara se halla profundamente dividida¡±, explicaba dos d¨ªas antes de la reuni¨®n del Consejo Nacional t¨¢rtaro Nariman Dzhelyalov, n¨²mero dos del Mejlis, el ¨®rgano permanente de autogesti¨®n de esta comunidad, de religi¨®n musulmana sun¨ª y lengua t¨²rquica y que durante tres siglos, del XV al XVIII, domin¨® la pen¨ªnsula. ¡°La mitad se niega a aceptar que Crimea es ahora Rusia; la otra cree que debemos rendirnos a la evidencia. Incluso el Mejlis [250 miembros] est¨¢ escindido al respecto. Hay quienes consideran que debemos luchar por nuestra independencia como entidad nacional, como la poblaci¨®n ind¨ªgena que somos, y no cooperar de ninguna manera con las nuevas autoridades. Pero la situaci¨®n es excepcional, por lo que lo ideal ser¨ªa conciliar posturas¡±, a?ad¨ªa Dzhelyalov. Frente a la moderaci¨®n de Dzhelyalov, gan¨® la opci¨®n extrema defendida por el propio l¨ªder del Mejlis, Refat Chubarov, que ya hab¨ªa sugerido d¨ªas antes la posibilidad de convocar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
Los seis diputados t¨¢rtaros de Crimea est¨¢n divididos a partes iguales, recalcaba Dzhelyalov en un ejercicio de sinceridad. Tambi¨¦n miembros del equipo de gobierno de la alcald¨ªa de Bajchisar¨¢i, feudo hist¨®rico de los t¨¢rtaros, que boicote¨® la celebraci¨®n del refer¨¦ndum del 16 de marzo (solo se celebr¨® en distritos de poblaci¨®n mixta). En la ciudad, una hermosa postal de casas bajas, almendros en flor y minaretes afilados como puntas de l¨¢pices, son t¨¢rtaros el 40% de sus 35.000 habitantes, as¨ª como el alcalde y la vicealcaldesa, Elmira Ablyamitova, que explica que los funcionarios de esa minor¨ªa se han dirigido a ella para preguntar qu¨¦ hacen. ¡°Continuar con nuestro trabajo como hasta ahora, en la medida de lo posible¡±, recalca la vicealcaldesa, ¡°pero tambi¨¦n acatar la decisi¨®n del Kurultay; haremos lo que nos diga porque tiene un objetivo muy claro, la defensa de nuestros derechos¡±. La reivindicaci¨®n de Crimea como ¡°territorio hist¨®rico¡± t¨¢rtaro qued¨® expresa en el anuncio del s¨¢bado del consejo.
Ablyamitova dice temer solo por su hijo, de 17 a?os. ¡°La ola de xenofobia se ha disparado con la victoria rusa, ahora est¨¢n desafiantes, van casi perdon¨¢ndonos la vida por las calles. Pero vamos a resistir, esta es nuestra madre patria¡±, explica. Este a?o se conmemora el 70? aniversario de la deportaci¨®n por Stalin a Asia central ¡ªsobre todo a Uzbekist¨¢n¡ª de unos 250.000 t¨¢rtaros. El 40% muri¨® de hambre, fr¨ªo o enfermedades como consecuencia directa de la deportaci¨®n; los supervivientes, o sus hijos, rehicieron a finales de los ochenta el camino de vuelta, aunque al llegar se encontraron sus casas ocupadas por extra?os. No importa cu¨¢l sea el precio: Ablyamitova y los suyos, como decenas de miles de sus compatriotas, est¨¢n dispuestos a aguantar en Crimea y, a partir de ahora, a hacerla definitivamente suya.
Pero la incertidumbre ante el futuro espolea un ¨¦xodo que a¨²n solo puede calificarse de incipiente. ¡°Al menos 200 ucranios han cruzado el paso fronterizo de Armiansk el pasado fin de semana, siendo registrados en el continente como refugiados¡±, explica el oficial ucranio Artum Korneyev. No pocos t¨¢rtaros ¡ªunos 400, seg¨²n Dzhelyalov¡ª cruzaron a Ucrania en los primeros d¨ªas de la crisis y otros muchos se plantean la posibilidad de emigrar o solicitar asilo en el extranjero, mientras que los griegos, que tambi¨¦n se opusieron a la anexi¨®n, se rinden a la evidencia de que en la pr¨¢ctica Crimea y Rusia son hoy la misma cosa.
¡°?Ad¨®nde vamos a ir? ?A Grecia, a Constantinopla [nombre griego de Estambul]? Esta es nuestra tierra desde hace 6.000 a?os; no podemos hacer nada para evitar la presencia rusa, pero tampoco dejar abandonadas nuestras propiedades y empezar de cero en otra parte¡±, afirma Nikol¨¢i Sumulidi, l¨ªder de los 20.000 griegos de Crimea y uno de los dos diputados de esa comunidad en el Parlamento local. ¡°Aceptar¨¦ el pasaporte ruso. ?O es que alguien cree que sin ese documento se puede ir muy lejos?¡±.
Pragmatismo frente a resistencia; supervivencia cotidiana o defensa de las propias se?as de identidad, la de unas comunidades que, expresamente o a rega?adientes, se han visto obligadas a tomar partido en una guerra que les sobrepasa. ¡°Somos todos rehenes de esta situaci¨®n, el ¨²nico que sale ganando es Putin¡±, explica Alexei Roman, un programador inform¨¢tico de 33 a?os. ¡°Soy ucranio ¨¦tnico y no tengo la menor intenci¨®n de cambiar mi pasaporte por el ruso, pero no me parece nada bien que Ucrania nos considere unos criminales si lo hacemos¡±, explica, en referencia a una norma en tramitaci¨®n en el Parlamento de Kiev sobre ¡°territorios ocupados¡±, que prev¨¦ severas penas por traici¨®n para los crimeos ¡ªtanto de origen ucranio como t¨¢rtaro o griego¡ª que se rindan ¡ªpor ejemplo, pidiendo el nuevo pasaporte¡ª a las nuevas autoridades en caso de que entren en Ucrania.
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