El presidente que no deb¨ªa ser
Cuando le plantearon el proyecto pol¨ªtico a Luis Guillermo Sol¨ªs Rivera, en 2010, crey¨® que le estaban pidiendo apoyo para otro En los 80 trabaj¨® con ?scar Arias durante el proceso de paz en Centroam¨¦rica
No se le ve pinta de pol¨ªtico usual. No da palmadas por la espalda. Le gusta m¨¢s jugar futbol que verlo whisky en mano. No tiene fincas a su nombre ni ascendencia millonaria y trabaj¨® como profesor universitario hasta bien entrada la campa?a electoral.
En la familia de Luis Guillermo Sol¨ªs Rivera, hoy presidente electo de Costa Rica, no hay raigambre de pol¨ªtica nacional. La ¨²nica excepci¨®n es el paso de su pap¨¢, Freddy, como presidente municipal en Turrialba, un pueblo ubicado entre la capital y el Caribe, igual que el ganador de los comicios de este domingo en segunda ronda. El padre era empresario zapatero y la madre, maestra, hija de una negra nacida en Jamaica cuyos genes se notan en la nariz ancha de su nieto.
Esta falta de pedigree pol¨ªtico lo us¨® a su favor en un pa¨ªs donde el oficio de pol¨ªtico est¨¢ devaluado. Cuenta con orgullo y sorpresa el ¨¦xito que tuvo en esta campa?a una foto suya lustrando los zapatos horas antes de uno de los debates presidenciales que le ayudaron a darse a conocer. Dice que uno de sus seis hijos (en un pa¨ªs donde el promedio es menos de dos) le tom¨® la foto porque s¨ª, la subi¨® a redes sociales porque s¨ª y de repente esa foto se convirti¨® en un retrato de lo que es: ¡°un costarricense normal¡±, seg¨²n este creyente de la pol¨ªtica con s¨ªmbolos.
Este historiador que tambi¨¦n hace de polit¨®logo, de 56 a?os, no deber¨ªa ser presidente en la l¨®gica tradicional de la pol¨ªtica. Se le conoci¨® como ¡°el candidato del margen de error¡± porque sol¨ªa aparecer en la parte m¨¢s baja de las encuestas. No fue favorito para la competencia interna del Partido Acci¨®n Ciudadana (PAC), al que se integr¨® hace ocho a?os. En esas primarias logr¨® la victoria por solo 113 unidades, un 0,5% de esa votaci¨®n. Ninguna encuesta lo ubic¨® antes de las elecciones en febrero siquiera en segundo lugar y acab¨® con m¨¢s votos que todos, convertido entonces s¨ª en favorito contra el desgastado oficialista Johnny Araya.
Antes, nadie le ve¨ªa futuro en este primer intento de optar por un cargo de elecci¨®n popular, pero la manivela del PAC estaba libre despu¨¦s de que su fundador y ¨²nico candidato presidencial, Ott¨®n Sol¨ªs, prometi¨® en 2010 no volver a postularse. Un grupo de dirigentes de mando medio de la agrupaci¨®n se dio a la tarea de plantearle una candidatura. Entonces era director regional de la Secretar¨ªa General Iberoamericana (SEGIB) y ni siquiera viv¨ªa en Costa Rica. En uno de los viajes desde Panam¨¢ se lo propusieron y ¨¦l crey¨® que le estaban pidiendo apoyo para otra persona. Ni ¨¦l se lo cre¨ªa.
La idea se fue cocinando de manera subterr¨¢nea. ?l ten¨ªa prohibido participar en pol¨ªtica partidaria por su trabajo en la SEGIB, pero el nombre comenz¨® a rodar en las reuniones partidarias y en los medios de comunicaci¨®n, que lo conoc¨ªan bien porque desde a?os atr¨¢s fue uno de los analistas pol¨ªticos m¨¢s frecuentados. Tras graduarse de historia en la Universidad de Costa Rica, sac¨® su posgrado en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Tulane, en Estados Unidos y se desempe?¨® como profesor, investigador y consultor. Es, en resumen, un acad¨¦mico y lo deja claro en la forma de hablar. Por ejemplo, cuando su rival Johnny Araya se retir¨® de la campa?a, Sol¨ªs opin¨® en radio que era ¡°una estratagema¡±. Ni dijo ¡°trampa¡±, ¡°patra?a¡± ni ¡°juego sucio¡±.
Sus estrategas de esta campa?a le insistieron en que era ¡°demasiado profesor¡± en su discurso. ?l trat¨® de modularse, pero al final les respond¨ªa ¡°es que eso es lo que soy¡±. Eso es, pero no solo eso. Su curr¨ªculo en lo acad¨¦mico abunda en asuntos de pol¨ªtica exterior (¡°soy un integracionista centroamericano¡±), pero en lo pol¨ªtico resaltan los colores de su rival de turno. ?l es un exliberacionista.
Milit¨® en el Partido Liberaci¨®n Nacional (PLN) desde antes de 1980 y destac¨® por sus artes. En 1986 el presidente ?scar Arias lo quiso a su lado y lo hizo parte de las reuniones del proceso de pacificaci¨®n en Centroam¨¦rica que llev¨® al mandatario a ganar el Nobel de la Paz en 1987. ¡°Le escrib¨ª un discurso y le gust¨®. Despu¨¦s otro y le gust¨®. Despu¨¦s otro y otro¡±, cont¨® en una de las cientos de entrevistas que dio en esta campa?a para darse a conocer al electorado acostumbrado m¨¢s bien a un reciclaje de rostros en los ¨²ltimos 20 a?os.
Se qued¨® en el PLN y fue director de Pol¨ªtica Exterior en el gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Figueres (1994-1998). Su experiencia en pol¨ªtica no es de ensuciarse los zapatos. No fue un operario pol¨ªtico en el terreno ni en los barrios; lo suyo era algo m¨¢s elevado, m¨¢s acorde a su perfil de intelectual; sencillo, pero intelectual al fin. Lleg¨® a ocupar el cargo de secretario general m¨¢s por circunstancias del partido que por sus ambiciones o capacidades de gestor pol¨ªtico. Lo recuerda ahora 11 a?os despu¨¦s, uno de sus amigos, haciendo ver la coincidencia con el triunfo electoral de este domingo.
Fue portavoz en 2002 del candidato liberacionistas Rolando Araya y estaba listo para ocupar el cargo de Ministro de Exteriores, pero la derrota fue clara frente Abel Pacheco. Result¨® insuficiente el trabajo del equipo que integraban Sol¨ªs, Laura Chinchilla (ahora presidenta) y el mismo Johnny Araya (rival hasta ayer).
Despu¨¦s se fue del PLN al alegar razones ¨¦ticas e ideol¨®gicas y entr¨® al PAC, con el que ahora llega a gobierno. En 2006 ard¨ªa la discusi¨®n nacional en torno al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Sol¨ªs puso entonces su verbo y sus ideas a disposici¨®n del movimiento opositor a la causa que lideraba ?scar Arias, su exjefe en las negociaciones de paz centroamericanas. En el 2007 fue el referendo y el ¡°no¡± perdi¨® por una peque?a ventaja contra el ¡°s¨ª¡±. Era otra campa?a que perd¨ªa Sol¨ªs.
No se le conoci¨® m¨¢s actividad pol¨ªtica hasta finales del 2010, cuando le plantearon ser ¨¦l el presidente de la Rep¨²blica. Le propon¨ªan dejar de ocupar las segundas l¨ªneas y ponerse al frente de un movimiento de cambio capaz de evitar la continuidad del PLN en el poder despu¨¦s de ocho a?os. Ahora se puede ver como un acierto apto para electores reacios: tiene las ra¨ªces y amigos socialdem¨®cratas del PLN, tiene ideas en apariencia progresistas para complacer a quienes lamentan tendencias neoliberales del pa¨ªs. Tiene entrada para hablar con sectores de distintas banderas y tiene cara de no-pol¨ªtico. En uno de sus primeros spots publicitarios se presentaba as¨ª: ¡°tengo un carro, un reloj, cuatro trajes que me quedan y no necesito m¨¢s¡±. Despu¨¦s reforz¨® el concepto en redes sociales, uno de los flancos fuertes de esta campa?a del PAC, junto con el impulso juvenil y el voluntariado de los seguidores.
Sol¨ªs es cat¨®lico moderado, est¨¢ divorciado y se esfuerza en dejar claro que es padre. No es bebedor frecuente, pero tampoco abstemio. No fuma, pero a veces, solo a veces, se permite un puro, algo inusual en los h¨¢bitos de un tico. Ahora su pareja es la espa?ola Mercedes Pe?as, su ¡°pepegrillo¡± y su representante hasta ahora para los preparativos de la ceremonia de toma de posesi¨®n del 8 de mayo. Esta madrile?a dirige en el pa¨ªs una fundaci¨®n cooperante especializada en desarrollo local y, aunque al principio no se alegr¨® con la idea de meterse en pol¨ªtica, est¨¢ lista para ejercer de ¡°Primera Dama¡±, pero con funciones sustantivas m¨¢s all¨¢ del perfil casi machista tradicional en ese cargo. Ella es la madre de la hija mejor de Sol¨ªs, quien sigue llev¨¢ndola a diario a una escuela privada francesa.
Otra voz al o¨ªdo de Sol¨ªs es la de su jefe de campa?a y probable Ministro a la Presidencia, Melvin Jim¨¦nez. Fue su profesor de ¨¦tica en el colegio privado cuando pocas familias ten¨ªan a sus hijos en colegios privados. Jim¨¦nez es un obispo luterano experto en movilizar colectivos sociales por debajo de los cartones formales de los partidos pol¨ªticos. Suena conveniente para uno de los prop¨®sitos de Sol¨ªs ante el terreno pol¨ªtico fragmentado y devaluado; su objetivo es hacer m¨¢s pol¨ªtica por debajo del sistema formal. Al fin y al cabo, ¨¦l no se siente un pol¨ªtico de sistema, cosa que no todos ven bien en su propio entorno. ¡°Diay, ?qu¨¦ se puede esperar de un profesor metido a ser presidente?¡±, dijo hace tres semanas un colaborador suyo, pol¨ªtico de a?os, creyendo que nadie lo escuchaba.
Pretende seguir viviendo en su casa actual, tercera a la izquierda en un condominio, la forma habitacional cada vez m¨¢s gustada en Costa Rica por la clase media y hacia arriba. Pretende seguir limpiando sus propios zapatos y dando guerra a los protocolos de seguridad que aplican sus nuevos guardaespaldas. El profesor de la asignatura de Pol¨ªtica y Relaciones Internacionales en la Universidad de Costa Rica ya no podr¨¢ estar en el aula los martes de 10.00 a 13.00. Estar¨¢ ocupado intentando gobernar, aunque tiempo atr¨¢s nadie lo hubiera cre¨ªdo. Ni ¨¦l mismo.
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