¡°Ahora podemos mirarnos con ojos de respeto mutuo¡±

Tan cerca y tan lejos. Comparten frontera y cientos de miles de ciudadanos irlandeses viven, trabajan e incluso votan en las elecciones generales brit¨¢nicas. Pero, hasta esta semana, nunca un presidente de la Rep¨²blica de Irlanda hab¨ªa pisado Reino Unido en una visita de Estado. Michael Higgins y su esposa, Sabina, llegaron a Londres el lunes a media tarde, pero la visita empez¨® ayer y es respuesta a la que realiz¨® a la Rep¨²blica la reina Isabel II en mayo de 2011.

En aquella visita, el temor inicial a que la soberana brit¨¢nica fuera recibida con frialdad popular y protestas de los radicales se transform¨® en una apoteosis de cordialidad y reconciliaci¨®n entre dos pa¨ªses que se aman y odian casi con la misma intensidad.

La reina ha correspondido al calor y la cortes¨ªa con la que fue recibida entonces alojando al matrimonio Higgins en el castillo de Windsor, en las afueras de Londres, un escenario mucho m¨¢s acogedor que las pomposas y fr¨ªas estancias del palacio de Buckingham. Un honor que la reina solo concede a miembros de la realeza o a pol¨ªticos especialmente pr¨®ximos, como el presidente estadounidense Ronald Reagan en 1982.

Como manda el protocolo, Higgins, que cumplir¨¢ 73 a?os el pr¨®ximo d¨ªa 18, fue cumplimentado a primera hora de la ma?ana por el pr¨ªncipe de Gales en la Embajada irlandesa en nombre de la reina. Durante el d¨ªa, el presidente irland¨¦s visit¨® la abad¨ªa de Westminster y se dirigi¨® luego a las dos C¨¢maras del Parlamento en el vecino palacio de Westminster. M¨¢s tarde recibi¨® en Windsor al l¨ªder de la oposici¨®n, Ed Miliband, antes del banquete de Estado que le ofreci¨® la reina. Entre los 200 invitados al ¨¢gape destac¨® enormemente la presencia de Martin McGuinness, n¨²mero dos del Gobierno aut¨®nomo de Irlanda del Norte pero tambi¨¦n n¨²mero dos del republicano Sinn F¨¦in y miembro en su d¨ªa del ya disuelto Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA).

McGuinness salud¨® a la reina en su visita a Dubl¨ªn en 2011. Ayer cen¨® en su casa. Fue un paso m¨¢s hacia la reconciliaci¨®n entre dos comunidades enfrentadas durante decenios y que desde 1998 han aceptado que solo lo v¨ªa pol¨ªtica y pac¨ªfica es aceptable a la hora de superar sus diferencias.

Durante estos d¨ªas, el presidente Higgins se entrevistar¨¢ en Downing Street con el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron; visitar¨¢ las caballerizas de Park House en Newbury; la catedral de Coventry; el teatro de Shakespeare en Stratford-upon-Avon y asistir¨¢ a un concierto en el Royal Albert Hall.

Al margen del boato de la cena de Estado en Windsor, el momento m¨¢s emotivo de la primera jornada del viaje de Estado del presidente irland¨¦s fue su alocuci¨®n ante la sesi¨®n conjunta del Parlamento brit¨¢nico, en la que Higgins aludi¨®, como no pod¨ªa ser de otra manera, a la independencia alcanzada por la Rep¨²blica en 1922 tras siglos bajo dominaci¨®n brit¨¢nica, ¡°una independencia por la que lucharon mi padre y muchos de su generaci¨®n¡±, evoc¨®.

¡°Soy consciente de que estoy aqu¨ª en compa?¨ªa de muchos distinguidos parlamentarios que hicieron su contribuci¨®n personal a un viaje que realizamos juntos¡±, a?adi¨®. ¡°Les reconozco y les rindo homenaje por ello, de la misma manera que reconozco y rindo homenaje a aquellos que trabajaron de forma abnegada por la concordia entre nuestros pueblos. Celebro nuestra c¨¢lida amistad y miro con confianza a un futuro en el que nuestra amistad puede crecer de forma incluso m¨¢s resuelta y m¨¢s productiva¡±, enfatiz¨®.

El presidente irland¨¦s resalt¨® que la relaci¨®n de respeto mutuo, amistad y cooperaci¨®n fue puesta especialmente de manifiesto por la visita de Isabel II a Irlanda en 2011. ¡°La visita de Su Majestad expres¨® de forma elocuente hasta d¨®nde llega nuestra comprensi¨®n y respeto por nuestras diferencias y puso de relieve que ahora podemos mirarnos los unos a los otros con ojos de respeto mutuo y compromisos compartidos¡±, a?adi¨® el presidente irland¨¦s.

¡°Nuestros v¨ªnculos son ahora fuertes y resueltos. Los fant¨¢sticos flujos comerciales y de inversiones entre ambos lados del mar de Irlanda benefician a los dos pa¨ªses. En turismo, deporte y cultura, los v¨ªnculos entre nuestros pueblos son m¨¢s fuertes y abundantes que nunca¡±, enfatiz¨® Higgins. Antes, el presidente irland¨¦s se detuvo unos instantes en la abad¨ªa de Westminster ante el monumento a lord Mountbatten, primo segundo de Isabel II y t¨ªo del duque de Edimburgo asesinado por el IRA en 1979 en aguas de Irlanda.

¡°Ahora podemos mirarnos con ojos de respeto mutuo¡±