La crisis de seguridad en Tamaulipas vuelve a resonar a golpe de balazos
La permanente guerra entre carteles por el control de este Estado fronterizo con EE UU vuelve a alarmar tras una ola de violencia que el fin de semana dej¨® 31 asesinatos ligados al narco
El silencio de Tamaulipas se escucha mejor cuando suenan muchas balas a la vez. Desde hace casi una d¨¦cada, especialmente entre 2010 y 2012, este Estado del noreste de M¨¦xico, cuya frontera con Estados Unidos es paso clave de coca¨ªna y de migrantes, y donde tambi¨¦n se encuentra parte de la mayor reserva de gas del pa¨ªs, la Cuenca de Burgos, sufre de manera continua los efectos de la violencia criminal; pero su presencia en la agenda diaria nacional, en las teles, en las radios, en los peri¨®dicos, solo aparece de tanto en tanto, cuando las fases de caos superan lo que ya se asume como natural.?Entre erupci¨®n y erupci¨®n, Tamaulipas permanece sufriendo sin hacer mucho ruido.
Pero estos d¨ªas ha vuelto a sonar con fuerza. Entre el s¨¢bado y el lunes hubo al menos 31 muertos?a tiros, seg¨²n datos oficiales. En Tampico fueron 28. En Ciudad Mier, literalmente sitiada en 2010 por enfrentamientos entre comandos de narcos, fueron tres. Unos d¨ªas antes, el martes pasado, la ciudad de Reynosa se hab¨ªa convertido en un campo de batalla por la detenci¨®n de un l¨ªder del cartel del Golfo, hasta tal punto que la polic¨ªa solicit¨® que nadie circulara por las avenidas principales.
En esta nueva oleada de violencia destaca lo sucedido en Tampico, un puerto situado al sur del Estado. Solo en un periodo de cinco horas hubo 14 asesinatos, de acuerdo con el parte oficial: 15.10, dos hombres y una mujer; diez minutos despu¨¦s, un hombre; 16.30, otro hombre; 16.40, un hombre m¨¢s; 19.45, cinco hombres y una mujer; 19.55, un hombre, en una tienda de helados; 20.05, otro hombre. Ese parte se public¨® antes del recuento final de 28 muertos que se dio este mi¨¦rcoles. El alcalde de la ciudad, Gustavo Torres, ha dicho a los medios locales que se trat¨® de un ajuste de cuentas entre miembros del c¨¢rtel del Golfo. ¡°Hac¨ªa mucho que esto no ocurr¨ªa¡±, afirm¨®. Tambi¨¦n expres¨® su ¡°confianza¡± en que la situaci¨®n se calme y que la escabechina del domingo no disuada a los turistas de disfrutar la ciudad en las fiestas de Semana Santa.
El alcalde de Tampico afirma que en su ciudad los asesinatos se deben a ri?as del c¨¢rtel del Golfo
La descripci¨®n oficial del material recogido en Ciudad Mier tras los sucesos del fin de semana tambi¨¦n resulta impactante. El domingo: tres fusiles AK-47, un fusil AR-15, una granada, 31 cargadores de AK-47, 11 cargadores de AR-15, dos chalecos antibalas de doble placa. El lunes: un fusil AR-15, 13 cargadores.
Ciudad Mier es un pueblo de tan solo 4.500 vecinos, pero est¨¢ a un paso de Estados Unidos, separado por el R¨ªo Bravo. Su alcalde, Roberto Gonz¨¢lez, explic¨® este mi¨¦rcoles por tel¨¦fono que lo ocurrido no se puede comparar con lo que pas¨® hace unos a?os, aunque avisa de que es urgente controlar la situaci¨®n. ¡°Lo que vivimos no es tan atroz como antes, pero no queremos regresar al mismo escenario¡±. La lucha de 2010 en esta localidad entre el cartel del Golfo y el de Los Zetas, los grupos criminales en competencia en toda esta regi¨®n, provoc¨® una desbandada de habitantes: de 7.000 se quedaron en menos de 1.000. Se cerraron m¨¢s de 200 ranchos de ganado. Roberto Gonz¨¢lez considera que su municipio es un punto muy preciado por los narcotraficantes. ¡°Yo imagino que es la ruta m¨¢s corta para llegar a Estados Unidos. Es m¨¢s f¨¢cil ir por Mier y cruzar el r¨ªo que ir por otros lados, como Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros. Por eso agarraron a Mier como campo de batalla. Pero nosotros no queremos seguir siendo la Franja de Gaza¡±. Este martes, los vecinos que quedan en Ciudad Mier salieron a la calle con su alcalde para pedir m¨¢s seguridad, m¨¢s militares, un helic¨®ptero, algo que pueda contener la posibilidad de que reviente otra vez el polvor¨ªn.
El silencio habitual de Tamaulipas tambi¨¦n tiene que ver con la debilidad de la sociedad civil. La amenaza de los criminales y la falta de fortaleza institucional hacen que la cr¨ªtica p¨²blica de lo que sucede sea m¨ªnima. Los diarios se autocensuran. Las oficinas de asociaciones civiles cierran. Uno de los escasos activistas con voz que quedan en la zona es Raymundo Ramos, presidente del Comit¨¦ de Derechos Humanos de Nuevo Laredo. A su juicio, casi nada ha cambiado en Tamaulipas desde que todo se empez¨® a desbaratar. ¡°Esto no es nuevo, viene desde hace m¨¢s de siete a?os. Ha pasado de todo: asesinatos masivos de migrantes, coches bomba en palacios municipales, narcobloqueos de carreteras. No es nada nuevo este desgobierno. Lo que ocurres es que los medios solo lo mencionan cuando llega a un punto muy alto de violencia. El problema es que ni el pasado Gobierno federal ni el actual han tenido voluntad de resolver el problema. Lo han hecho en Chihuahua [donde se pas¨® la crisis de Ciudad Ju¨¢rez], en Nuevo Le¨®n [cuya capital, Monterrey, tuvo una fase aguda de violencia], en Michoac¨¢n [donde han surgido autodefensas civiles], pero no aqu¨ª. En Tamaulipas el Gobierno federal no ha procurado resolver el problema de fondo, no hay un plan integral contra el delito, y no entendemos por qu¨¦. Es un Estado abandonado a su suerte. No hay m¨¢s que anuncios medi¨¢ticos y un desfile policiaco y militar permanente. La estrategia es salir de patrullaje como quien sale a por mariposas. Si te encuentras con una, la cargas en la red".
No es tan atroz como antes, pero no queremos regresar al mismo escenario¡±, dice el alcalde de Ciudad Mier
La estad¨ªstica oficial indica que pese a todo la violencia se ha atenuado en Tamaulipas. En 2013 hubo la mitad de homicidios dolosos que en 2012: de 1.016 se pas¨® a 555. Aunque otros delitos han aumentado. En los dos primeros meses de 2014 ha sido el Estado con m¨¢s secuestros (62) de todo M¨¦xico. En 2013 hubo 211 raptos, un aumento notable con respecto a 2012, en el que hubo 123.
El experto en seguridad Alejandro Hope afirma que en este Estado la situaci¨®n sigue siendo similar desde el punto de vista estructural. ¡°No hay nueva polic¨ªa, no hay nada que se asemeje a un sistema judicial efectivo, las prisiones son un desastre¡±. La variaci¨®n m¨¢s sustancial, en su opini¨®n, es que los dos carteles en combate, Golfo y Zetas, est¨¢n teniendo fracturas internas, lo que ha podido crear una especie de violencia menos potente, menos espectacular que hace unos pocos a?os, pero tambi¨¦n m¨¢s desordenada. Hope tambi¨¦n dice que existe una ¡°una din¨¢mica perversa¡± en la estrategia de control: por un lado las fuerzas de seguridad federales tratan de imponerse sobre el terreno, y por otro el Gobierno estatal considera que el problema ya no es responsabilidad suya y se desentiende.
El futuro inmediato de Tamaulipas sigue siendo oscuro, a pesar de las palabras de optimismo del Gobierno federal. A finales de 2013, en una visita al Estado, el Secretario de Gobernaci¨®n (Ministro del Interior) Miguel ?ngel Osorio Chong, dec¨ªa: ¡°A todos sus habitantes les decimos que tenemos estrategia, que sabemos a d¨®nde queremos llegar, que es devolverles la tranquilidad, la paz y la armon¨ªa en este gran Estado¡±. Hasta la fecha la regi¨®n contin¨²a en zozobra, entre la necesidad de seguir hacia delante y el temor a la violencia. La soci¨®loga Cirila Quintero, vecina de Matamoros e integrante del Colegio de la Frontera Norte, un centro de investigaci¨®n sobre migrantes, trata de dar una idea mesurada de la realidad cotidiana de su tierra: ¡°No es una situaci¨®n de toque de queda. Tomas precauciones, no sales a altas horas de la noche, te desplazas con cuidado y sabes que est¨¢s expuesto a que de pronto se desate una balacera. En fin, seguimos teniendo nuestra vida diaria. Porque tampoco somos Afganist¨¢n¡±.
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